la traición

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Las chicas, Lauren y Kennedy, están escondidas atrás de un ataúd. El sonido de pisadas pesadas se acerca lentamente.

---Kennedy, tenemos que salir de aquí. No podemos quedarnos atrapadas---dijo Lauren temblando.

---asintiendo---. Tienes razón, Laura. Vamos a tener que correr por nuestras vidas.
Las chicas se miran determinadas y salen detrás del ataúd con cautela. El hombre, con un cuchillo en mano, aparece al frente de ellas.

---¡corre, Kennedy!---susurro Lauren.
Las chicas comienzan a correr por los pasillos laberínticos del cementerio. Él asesinó, las persigue implacablemente, pero ellas logran mantenerse un paso adelante.

---respirando agitadamente---¡Lauren, no puedo más!

---¡sí puedes! No te detengas ahora---exclamo empujándola.

Las chicas continúan corriendo, saltando obstáculos y evadiendo trampas improvisadas. El asesino se acerca cada vez más, pero las chicas demuestran una increíble agilidad y astucia para evitar ser alcanzadas.
Finalmente, encuentran una salida al exterior del cementerio. Corren hacia la libertad mientras el asesino se queda atrás, frustrado por no haber logrado su objetivo.
Lauren y Kennedy se detienen a recuperar el aliento, abrazándose aliviadas de haber escapado ilesas.

---lo logramos, Kennedy. Estamos a salvo---dijo sonriendo.

--gracias por estar ahí, Laura. No sé qué hubiera hecho sin ti---mira por última vez al cementerio.

Las chicas se abrazan nuevamente, fortaleciendo su amistad en medio de la adversidad.

Ambas sonriendo salen corriente de allí. Llegando a la calle cerca de donde vive Kennedy, se tropiezan con un pote de basura.

---ten cuidado, te digo la verdad. Aún tengo miedo ---dijo Kennedy temblando y no por el frío.

---mañana vamos a la comisaria, tenemos que decir que casi fuimos asesinadas, o incluso tal vez violadas. Y que ese número nos anda acosando, pero... ¿Desde cuándo te escribe? ---mira con curiosidad a Kennedy.

---desde hace dos semanas---mira a todos lados atenta.

---yo desde hace una semana. ¡Madison! Que tal a ella también le están haciendo lo mismo. ¿¡Qué tal ya le han hecho algo!? Vamos ---ambas se miraron aterradas y corren hacia la casa de Kennedy.

Corriendo por un buen rato, llegamos a la cada de las gemelas. La entrada de la casa se ve lujosa y moderna, tiene un camino de acceso de piedra pulida, una puerta principal grande de madera noble, con manijas de acero inoxidable. También hay luces empotradas en el techo del porche y plantas exóticas a ambos lados de la entrada.

Pero lo más raro es que la puerta está abierta. Ambas se miraron asustadas, entraron a la casa, había cosas tiradas en el suelo. ¿Puede ser que Madison esté malherida? Corrieron hacia el segundo piso. Al llegar allí encontraban en la alfombra de felpa, grandes pisadas, y en la pared de un costado, las huellas estaban el frente a las de un pie más pequeño (Madison)
Kennedy, no puedo evitar lo peor, comenzó a gritar el nombre de Madison. Llegando a la habitación de ella, ambas abrieron la puerta de una sola. Pero lo que se encontraron no fue algo de asesinato, sí no una noche de pasión. Había prendas de ropa en el suelo.

Ambas se miraron asustadas, ¿violación? Siguieron la ropa suelta. Al llegar al baño de la habitación, se escucharon algunos gemidos. Kennedy y Lauren se sonrojaron, pues están invadiendo la privacidad de Madison. Soltaron una risa sigilosa pero... A unos pasos de salir de la habitación, Lauren escucho la voz de alguien conocido, Lauren se sorprendió. Esto no es lo que está pensado, ¿o sí? Lauren abrió la puerta tan rápido que Madison, mi aquel chico pudieron reaccionar. Nos estaban desnudos y dentro de la ducha, al darse cuenta de que alguien los veía, salió.

---¿¡Tobías!? ---grito Lauren.
---¿Lauren? ¿Q-que haces aquí? Mi amor no es lo que parece ---empuja a Madison y sale de la ducha poniéndose una toalla en la cintura.

---¿¡que!? Que andabas cogiendo con... ¡Con Madison! ¡Eres un imbécil! ---dijo sollozando. Salió de allí tan rápido como pudo.

Kennedy sigue a Lauren, estando en el primer piso. Lauren salió de la casa tomando un taxi, pero antes de agarrar el taxi, Tobías salió.

---déjame explicar ---decía medio desnudo en la calle---. Y-yo, yo necesitaba amor, y tú no me lo dabas.

---maldito---le da una cachetada---. ¡Eso no significa que me estés engañado¡¡y con Madison! ¡Madison! Eso es muy... Estúpido.

---mierda, lo sé, perdóname. Por favor ---decía acercándose a Lauren y tratando de abrazarla.

Era obvio, Lauren no sé Hiba a dejar abrazar. Salió de allí tan rápido como pudo y se subió al taxi.

Estando en casa no puede evitar soltar unas lágrimas. Él, él. El hombre que ella amaba, con el que paso tres años juntos, tres. Todo fue una pérdida, quién sabe desde cuando la engañaba. Era obvió, Lauren están ingenua que algunas veces no se da cuenta de la realidad. El día del café, luego su comportamiento, después. Varias, varias. Lauren entra en la casa y tira su algunas cosas (libros, flores, sillas y algunas cositas de la repisa) Lauren se acostó en el sofá llorando, hoy le paso de todo, casi las matan, los exámenes finales, ignorar a Rubín y ahora el engaño de Tobías.
Lauren estaba totalmente melancólica. Comía el helado de la nevera, y no podía evitar tirar las almohadas. La casa estaba sola, Marco, de seguro, está en la casa de su novia, y sus padres, trabajando.

Pasaron dos horas, aún seguía mal, su celular sonaba y al ver quién era, es Kennedy. Preguntando donde está, que hace, como está. Pero ella no está de buen humor para contestar.
Pero, una chispa se le vino en la mente de Lauren. Hace unos días, escucho como las gemelas hablaban de alguien. Una relación de Madison, cuando iban a decir el nombre, se fueron porque ya sabían que alguien las escuchaba.
Así que Lauren le escribió a Kennedy.

L:bien, todo bien. Tú sabías lo de Madison.
L:¿verdad? Las escuché en estos días hablar de eso.
K:sí... Lo siento, en verdad yo tampoco sabía. Pero me dijo, fue hace unos días.
K:ya llevaban tres meses haciendo eso.
K:perdón. En serio.
L:¡tres meses!, yo siento la estúpida. Sabías lo que pasaba y no me dijiste nada, tranquila. Pensé que eras diferente.
K:por favor, no me dejes de hablar. Por favor, entiéndeme que me tenía amenazada.
L:no importa.

Fue como una daga en el pecho. El amor que tenían, era todo falso, solo por, por no darle mucho amor. Lauren se sentía culpable, ella sentía que fue su culpa.
Estando melancólica llega su hermano. Él la mira curiosa, pero igualmente la ignora. El sube a su habitación, Lauren subió también y antes de entrar a su habitación Marco le habló.

---¿ya te diste cuenta? ---dijo en forma burlona.

---¿de qué hablas? Sí, vienés a molestarme, por favor déjame sí---casi entrando a la habitación, Marco reveló lo del engaño.

---lo de Madison y Tobías, él me contó hace dos semanas. Decía que no le dabas lo que él quería.

Lauren, enfadada, camina y se pone enfrente de Marco. Él también se pone derecho y la mira.

---¿sabes que más me dijo? Que eres una zorra por andar con ese pelo tocino y q---recibe una cachetada de Lauren.

---¡mira maldita rata, me respetas! ¡Y no vuelvas a hablar de ese idiota, me oíste! ---dijo enfadada y apretando los puños.

Marco se acaricia la mejilla, pero antes de decir algo revive otra de Lauren, pero estaba vez fue con el puño.

---¡desde ahora, ya no eres más mi hermano, ahora eres una maldita rata de alcantarilla, una donde no debiste salir! ---confeso lo último y entró a la habitación otra vez. Dejando a Marco afuera.

Lauren lloró toda la noche, tuvo que apagar su celular, ya que Tobías y Kennedy no paraban de mandar mensajes.

...

Entre sombras y secretos Where stories live. Discover now