Capítulo 25

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The Tries: 1/3

Hemos roto.

Hemos roto y eso es lo que me repito constantemente en la mente durante días. No fue muy lógico tomar decisiones apresuradas de mi parte. Ni siquiera, logró ser capaz de pensar en algo diferente que no sea culpable de todo lo que ha pasado aquel día en el concierto. Estoy segura de que me odia. Fui un desastre. Lo se muy bien. Tengo la culpa y me da igual que a veces mi conciencia tome el control de decir que lo hice con buena fe, sin esperarme ese maldito final entre medio de lo sucedido.

Te odio Ane.

Y podría repetirlo en mi mente ese te odio Ane miles de veces. Y podría culparla todo el tiempo de todo lo que ha pasado, porque quizás hubiera tomado otras decisiones y acciones al respeto que no sea una ruptura. No puedo estar orgullosa de nada. Pero lo hice, por él, por mí y por todo lo que nos rodea. ¡Es lo mejor!

No te auto mientas, no es lo mejor.

Y quizás, los días que pasen no son lo suficiente para olvidarme de él. Claro que no. Los días nunca son suficientes para olvidar a alguien tan distinto al resto del mundo como imposible de volver a encontrar.

¿Era eso lo que quería el escritor de esta maldita historia?

Cállate conciencia, esto no es más que una pura realidad. ¿Por qué es tan complicada nuestra historia? ¿Por qué nadie lo pone fácil y dejarnos vivir nuestro romance normal? ¿Es que acaso esto me llevara a algo?

Si. A darte cuenta que seguirá siendo tu debilidad crónicamente.

TE DIJE QUE TE CALLARAS.

—No me digas, ¿has suspendido géneros periodísticos uno y dos? —Eliot vuelve a la barra

Si, porque el maldito Bar de Miu es el mejor refugio de olvido de alguien, esperando que esa espina dentro de tu pecho, desapareciera con los minutos que vayan pasado. Pero ya lo he comprobado, ya lo sabía y podía pasar de todo, menos sacármelo de ahí. La última vez que estuve en ese bar, fue cuando él me vino a buscar y fuimos a la casa de sus padres.

—No suspendí nada

—¿Te han llamado tus padres y te han dicho que dejes la carrera?

—Tampoco—dije furiosa

—¿Es mi bar?—pregunta Miu—Puedes tomar un descanso, no te sientas estresada.

—No es el bar—dije

—Es el gato de Jayden—dice por detrás Irina y se queda en la barra junto a mi parada—No su gato de abajo, no me refiero a eso.

—Que sí, te entendemos—dijo Eliot con los ojos en blanco

—Jayden está detrás con un par de amigos.—dijo Irina—Cuando he visto su cara, solo he pensado en que deberíamos de echarlo de aquí.

—¿Que? —la mire extrañada —¿Jayden?

—Lleva días aquí no es una sorpresa, es su bar favorito y no puedo echarlo—dice Miu

—Joder, Jude tú historia esta hecha de guitarristas, rupturas y cosas salvajes como estas, es todo un lujo eh—se burla Irina, la mire seriamente—Solo trato de bromear contigo, cambia esa cara.

—¿Qué tal un coctel de fresa?—me propone Eliot

—¿O de mango?—dijo Miu

—No quiero nada, solo quiero tranquilidad.

Miré hacia atrás, captó a Jayden entre sus amigos del vecindario de mi residencia, sigue siendo el mismo Jayden aunque por supuesto que no tengo esa espina por dentro de que llamará toda mi atención. Ya no despierta las mismas pasiones ni provoca las mismas sensaciones en mi, de rencor o cualquier cosa parecida. No hay una pulsión emocional que me haga desear regresar al pasado y junto a él. Lo miro con una especie de indiferencia, porque solo logró captar en mi mente a Marcos Cooper.

Acordes menores Where stories live. Discover now