☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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El silencio se hizo dueño de la habitación, pero este era uno bueno: podia ver la sonrisa de Jisung mientras que con sus dedos pasaba las paginas del álbum de fotos.

Nunca antes lo vió tan emocionado por algo, y eso que era Jisung, quien se emocionaba con todo lo lindo del mundo, pero esto era diferente. Aquella característica de él, que era su sonrisa, además de muchas otras cosas, por más que haya visto el álbum tres veces, seguía sonriendo como la primera vez. Parece que le gustaba ver fotos de su novio cuando era pequeño.

Ahora no le quedaba otra que exigir lo mismo. Era más que urgente ver a Jisung de pequeño, solo quería saber si sus mejillas eran del mismo tamaño que ahora, o si eran más chiquitas o grandes, necesitaba saberlo.

—¿Entretenido? —preguntó ni bien vió que Jisugn terminaba de ver el libro.

—¡Eras muy bonito! —chilló de la felicidad.

Notó como abrazaba al album con adoración, mientras balanceaba su cuerpo de un lado a otro, mientras él, se recostaba sobre la cama, apoyando todo su peso y cabeza sobre su brazo.

—Voy a ignorar que lo dijiste en pasado —asintió, haciendo un gesto totalmente ofendido

—¡Sigue siendo bonito! —exclamó, corrigiendo su error.

Dejó el álbum a un lado con todo el cuidado del mundo, para luego girarse y ver a su hyung, que lentamente se estaba sentando de nuevo, justamente, para estar a la altura de su novio.

—Ahí está mejor —le sonrió y pinchó su nariz—. ¿Te sientes bien con que nos quedemos a dormir aqui?

—Sip, aunque... La lucesita... no la traje, ¿podemos dejar la televisión prendida?

—Claro, no tienes que preguntar —sonrió nuevamente.

El silencio se había adueñado del momento, una vez más. Minho tenía muchas cosas que decir, pero el estar viendo como sus ojitos brillaban con inocencia, lograba que cada palabra no pudiera salir de su boca, ni siquiera ser formulada en su cabeza.

Reemplazó lo que tenía que decir, por correr los mechones de cabello que caían levemente sobre sus ojos, lo que hacía que por ellos no pudiera observar en totalidad, porque aquellas pestañas largas eran dignas de ser observadas, al igual que el resto de su rostro. Esquina por esquina, era algo de lo que nunca se iba a cansar.

—Eres precioso, no entiendo cómo lo haces.

—Un poco de maquillaje y...

—No —le interrumpió—. O sea, sí, el maquillaje le da el toque, pero he visto tu rostro sin él y solo voy a decir, que me encantas.

Jisung sintió sus mejillas arder y descendió la mirada, tímido. Sin embargo, sintió los labios de Lee rozar los suyos, y fue eso lo que logró sorprenderlo y levantar levemente su cabeza, para iniciar un beso dulce.

Minho se acercaba cada vez más. Dejó sus manos sobre las calientes mejillas, para profundizar la unión y de esta manera, erguirse, percibiendo como Jisung se iba recostando sobre la cama, por ende, a él no le quedó otra que pasar su pierna al otro lado del cuerpo ajeno, colocándose arriba.

—Min...

—¿Qué sucede?

—¿Lo haremos aquí?

—No si tú no quieres —le dijo con seguridad, pero no pudo contenerse de dejar un par de besos en sus mejillas, los cuales descendian hasta su cuello—. Mamá se fue por una emergencia en una de las empresas, así que estamos tú y yo.

—Lo sé, pero... ¿no es extraño?

—Bebé, si es incómodo para ti, no haremos nada.

—Es que sí quiero... Pero me parece algo raro —esbozó una sonrisa para Minho—. No tenemos protección.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora