Desde que te vi 1

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'Sinopsis'

Un chico con una infancia muy difícil regresa a la casa donde vivió los primeros años de su niñez. Él es boxeador pero en realidad no le gusta tanto el boxeo.

Ya conocemos la historia desde el punto de vista de Cheryl, de quien se enamora perdidamente desde que la vió por primera vez en la casa. Pero hay cosas que no estuvieron lo suficientemente claras en Imperfectamente Perfectos. En este libro lo descubriremos.

***

El entrenamiento de hoy había sido duro. Pero por fin podría ir a un lugar al que puedo llamar hogar. Nací en esa casa. Viví ahí por los primeros cinco años de mi vida hasta que mi madre murió.

Un año después mi padre se casó con una mujer llamada Susie. Al principio ella nos trataba bien a mi hermano y a mí, y luego con el paso del tiempo cambió drásticamente. Su comportamiento era abusivo. Aunque esa parte ya la saben, como también deberían saber que en realidad no me gusta el boxeo pero de igual modo he sido campeón en algunas ocasiones.

Llegué a la casa acompañado por mi fiel y peludo compañero, Dag. Al abrir la puerta noté algo muy raro. Las sábanas que deberían cubrir los muebles no estaban, todo se veía recién limpiado y no sólo eso, sino también que junto a la puerta había un par de maletas.

Mi perro empezó a ladrar.

—¡Dag, silencio! —le ordené casi en un susurro.

Una chica apareció frente a mí con un cuchillo de cocina bastante grande. Ella usaba unas gafas. Se veía hermosa. Tenía labios gruesos y una mirada inocente. Parecía un ángel.

Creo que alguien se enamoró a primera vista.

Yo también lo creo, conciencia.

—¿Quién eres tú? —preguntó la chica. Dios mío su voz es hermosa.

Le miré a la cara.

Ella dejó caer el arma al suelo. Supuse que ya se dió cuenta de quién soy yo. La chica se quedó un rato como que en trance. Me le quedé viendo bien raro. Es rarita, me encanta.

—¿Holaaa? ¿Hay alguien ahí? —intenté hacerla reaccionar, agitando los brazos e intentando comprobar si no estaba ciega la algo así— Se supone que yo debería preguntar quién eres tú. Así que, ¿qué haces en mi casa? ¿Esas maletas son tuyas?

—Una pregunta a la vez, por favor —pidió ella.

Al menos funcionó tu intento de sacarla del trance.

—Ah, claro. Tú debes ser la sirvienta. Te descontaré del sueldo mensual esta pequeña situación —informé yo, ignorando sus palabras intencionalmente. Quería comprobar si era fácil irritarla—. Lleve las maletas a mi nueva habitación.

—¿Perdone? —cuestionó la desconocida, llevándose una mano al corazón, ofendida. Y sí, era fácilmente irritable— ¿Tengo cara de sirvienta? Porque yo creo que no.

—¿Quién te crees que eres para hablarme así? —pregunté yo, mirándola con mala cara a propósito para hacer más creíble mi actuación de enojo.

—¡Yo soy la dueña de esta casa! —me gritó ella.

—Vamos a relajarnos un poco, ¿ok? —puntualicé y levanté las manos en señal de rendición.

TRILOGÍA: AMOR ALQUILADO✔️Where stories live. Discover now