20. Pensando en estrellas

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— Bueno, chicas, ya solo quedo yo...

Todas se miraron, se habían quedado sin ideas para devolver la constelación Fénix al cielo.

— ¿Alguna idea?

— No, sueles ser tú la que tiene las ideas...

— Pues vaya...

Nora se quedó un momento en silencio mientras que el resto de sus amigas pensaban un plan para librarse de la constelación. Se le había ocurrido una idea, pero tenía miedo de que fuese demasiado buena.

— ¿Nora? ¿Estás bien? — le dijo Yoyo mientras le cogía de las manos.

— Sí, si, es que... Creo que se me ha ocurrido un plan...

— Bien, te escuchamos amiga....

— Veréis... Mi "poder", el de Fénix, es renacer de sus cenizas... Pero... Y sí, por ejemplo... Para librarse de él hay que tirarse de algún sitio sabiendo que no hay salvación...

— Pero entonces, al tener el Fénix, ¿No te salvarías?

— ¿Y sí es eso lo que quiere que pensemos? A lo mejor... Así es como puedo librarme de él.

— Pero si no tienes el Fénix... ¿Quién te salvará?

— Por eso no os quería contar mi idea chicas... Creo que para liberar del Fénix hay que... Morir...

— ¿Pero como vas a hacer eso? — le dijo a prima sin poder creerselo —. ¿Estás loca o qué?

— No, lo digo en serio. Pensadlo un momento: Fénix es un animal que revive de sus cenizas, y se consumía por acción del fuego cada 500 años... Pero, yo hoy ya me he salvado... Y hace unos años...

Los ojos de Yoyo se llenaron de lágrimas.

— No, no, no por favor. Seguro... Seguro que hay otra forma... Pero esta no....

— Bueno, ¿A vosotros se os ocurre alguna otra? Vamos chicas, pensadlo, pedí un deseo a la estrellas, les pedí que no tuviera tantas oportunidades para volver a revivir, como me pasó hace unos años. Las constelaciones me han escuchado y piensas que está es la mejor opción... ¿Se os ocurre algo que podamos hacer sino?

Todas las chicas se miraron entre ella y asintieron, mientras sus ojos se llevaban de lágrimas.

— No pasa nada chicas... Yo ya he vivido un montón de recuerdos bonitos, ¿Lo recordáis? Aquella vez que me castigaron el día de mi cumpleaños y os planteasteis en el jardín con una tarta, regalos y una pancarta... Y que luego se activaron los aspersores; o... O aquella vez en la que nos fuimos a la feria y a Zoe se le metió algodón de azúcar por la nariz; o cuando en Nochevieja Ester casi se ahoga con una uva cuando le dijimos que mejor cogiera chuches como nosotras; o cuando nos quedamos todas a dormir en la casa de Fiona y sus hermanos montaron una guerra en mitad de una escena de la peli de terror; o cuando fuimos a la piscina y nos hicimos las muertas en el agua y el socorrista se tiró a por nosotras y nos expulsaron...; O cuando, cuando... — y después de soplar para que las lagrimas no salieran de sus ojos, prosiguió —, cuando hemos estado juntas. Cada día ha sido único porque he estado con todas vosotras, sois como mi familia y, a veces, en las familias se pierden miembros. Pero algo que no se pierden... Son los recuerdos.

Todas las chicas se abrazaron y se rieron por última vez todas juntas. Nora miró a todas y, les dijo a cada una. Una vez cuando solo quedaba Yoyo, le dió un fuerte abrazo.

— Gracias, gracias por salvarme la vida en su momento, y gracias por querer salvarmela ahora...

— Siempre nos quedarán los recuerdos... — dijo mientras sus ojos formaban un mar de lágrimas.

Y así, sin más... Nora empezó a correr y a correr hacia el final de la colina, donde, había un precipicio. Antes de tirarse gritó:

— ¡Vosotras habéis hecho mi vida mejor, sois toda mi vida!

Y, por una vez, Nora sonrió mientras se acercaba a su muerte, ya no le tenía miedo...

Constelaciones De Vidas Where stories live. Discover now