Capítulo 07

6.2K 375 23
                                    


SILVIA


Nunca pensé que la punta de una deportiva pudiera sentirse tan bien. Notaba como el calor subía por mi cuerpo con su roce, mientras sus ojos azules analizaban la reacción de mi físico mientras yo trataba de exponer lo que me había dicho. Sus manos eran grandes y cálidas, y me aferré a ellas cuando notaba como estaba logrando que la humedad se formara en mi entrepierna.

Miré de reojo a la barra, el camarero tras ella no parecía reparar en los gestos sucios que estaba teniendo mi cara, estaba centrado en secar la vajilla mientras hablaba con un hombre sentado al otro lado. En una mesa cercana, un pequeño grupo de amigas hablaba desinteresadamente, ni prestaban atención. Me percaté entonces de que en otro extremo un tipo me observaba fijamente. Mis caras. No sé si se fijaría a donde iba la pierna de Marc, pero desvié la mirada y traté de contener mis emociones. Aun así, sentir que alguien nos había visto, que Marc estaba disfrutando de dejarme en evidencia, eso me excitaba más.

Era una sucia impresentable.

Fue justo en aquel momento, cuando entraron al bar un grupo de chicos y chicas. Reconocí al instante a la que iba primero, los colores de su cabeza eran inconfundibles; esa combinación de verde, azul y rosa. Llevaba la sonrisa puesta, era una jovencita que siempre transmitía felicidad. Sus acompañantes hablaban y reían.

Me zafé del agarre de Marc y él captó mi incomodidad, por lo que se giró para ver hacia donde mis ojos estaban mirando con tanto temor.

En ese momento, Elisa reparó en él y su sonrisa aún se ensanchó todavía más.

—¡Marc! —lo saludó dándole un abrazo desde detrás.

—Hey, Eli.

—¿Qué haces aquí?

De forma casi instintiva, su mirada se deslizó hasta mí.

Quise morir, de verdad que quise morir.

—¿Profesora?

Mi corazón latía nervioso. Pese a aquella situación, Marc continuaba con su pierna dentro de mi falda. Incluso hizo más presión. Tuve un espasmo que traté de disimular dando un trago de vino.

—Ya me iba —dije.

Elisa nos miraba con cierta incredulidad.

—¿Y eso qué estáis aquí los dos?

—Nos hemos encontrado por casualidad —respondió Marc por mí.

Al fin apartó su pierna de mi intimidad.

Aproveché su mentira para terminar de darle forma.

—Sí. Había quedado con alguien aquí y...

—Tenía una cita —soltó él, sacándome aún más los colores—. Tenía una cita y la ha plantado.

—No tenía ninguna cita. ¡Estoy prometida!

Conforme dije aquello, cerré mi boca de golpe. Me arrepentí en aquel momento de haber dado más información de mi vida personal de la necesaria. No quería que mis alumnos supieran mucho de mí y Marc mucho menos, porque ya había quedado claro de lo que era capaz de hacer si conocía mis hábitos, seres queridos y debilidades. Sin embargo, las cejas de Marc se juntaron ligeramente, en una expresión algo fea. Parecía que no le había hecho gracia aquella información.

Sentí como aquellos chicos, tan carismáticos, libres y más jóvenes que yo, me miraban como si me estuvieran juzgando.

—Había quedado con una amiga que hacía tiempo que no veía y me dijo que este bar le gustaba por... —miré alrededor y vi las pintadas de la pared— la estética.

—¡Pues tiene muy buen gusto! —exclamó Elisa dando saltitos, contenta.

Me puse en pie y acomodé mi falda.

—Llegué demasiado puntual y me encontré con Marc y quiso hacerme compañía. Voy a llamar a mi amiga para decirle de vernos en otro sitio.

De repente, aquella expresión de alegría que portaba de forma permanente se transformó en el extremo opuesto.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No creo que sea apropiado estar aquí con algunos de mis alumnos, más aún teniendo en cuenta que empecé esta semana.

—Joooo —se quejó ella. La verdad era que era muy mona—. Bueno, pues espero que lo pases bien con tu amiga.

—Gracias, chicos —les sonreí a todos—. ¡Divertíos vosotros también! Nos vemos el lunes.

Salí del local y cuando pude sentir el aire del exterior, di una bocanada mientras masajeaba mi sien. No podía creer lo que acababa de suceder. Cuando sentí que estaba fuera de peligro y mi cuerpo se relajó un poco, mis piernas temblaron como reflejo.

Suspiré al darme cuenta de que ahora me tocaba regresar a casa andando. No estaba demasiado lejos, aunque sí que era una distancia considerable de un barrio a otro.

Sin mayor dilación, puse rumbo a mi casa. Tuve que revisar el maps para asegurarme de que estaba tomando la dirección correcta. Apenas caminé una calle cuando escuché una voz que me gritaba detrás de mí.

—¡Eh!

Al girarme, pude ver al hombre que me había estado mirando allí dentro. Venía directo hacia mí. Sentí como el pulso me fallaba cuanto más cerca estaba.

—¿Sucede algo? —pregunté educadamente.

—¿Te vas sola? ¿Quieres que te acompañe a casa?

Era una cuestión extraña y siniestra, más aún teniendo en cuenta que no lo conocía de nada.

—Estoy bien, vivo por aquí cerca —mentí—. Muy amable.

Me di la vuelta, dando por zanjada la conversación. Sin embargo, para él no fue suficiente mi negativa.

—Venga, una chica tan guapa, sola, atrae a mucha gente...

Su voz me puso la piel de gallina. Tenía un algo en su tono de voz que daba miedo.

—De verdad que estoy bien, gracias.

En aquel momento, me agarró de brazo y mi miedo se hizo más real... Hasta que otro agarré me rodeó de la cadera y me separó de él. Era Marc.

—Lárgate —dijo con frialdad.

—No estaba haciendo nada —se excusó el individuo de forma torpe.

—Bien, pues pírate y no te vuelvas a acercar a ella.

Cuando me fijé en la expresión de Marc, pude ver que estaba llena de ira. Daba un poco de miedo.

El tipo vaciló un poco, pero finalmente se marchó como él le había pedido. En aquel momento, su mirada celeste se posó en mí.

—Vamos, te llevo a casa.


***

¡Hola! Me estoy adaptando al ritmo del nuevo trabajo y a compaginarlo con la escritura y la ilustración, pero no me olvido de vosotras. 

Espero que estéis disfrutando de esta historia tanto como yo. 

Y recordad que cualquier apunte constructivo es bien recibido. 

Gracias por leerme y nos leemos en el próximo. 

Si queréis que mañana suba otro capítulo, solo tenéis que pedirlo ;)

Mala MaestraWhere stories live. Discover now