Ma Belle Beta

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Ma Belle Beta
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"¿Cómo fue que llegue aquí?"

Esa pregunta era la que rondaba la cabeza de Yibo. Desde hace más de una semana el mayor estaba viviendo con él y la vida del castaño ya estaba más que cambiada. Todos los días, zhan lo despedía con un beso y a veces con una nalgada antes de irse al trabajo, cuando volvía zhan tenía una cena lista para ambos y al finalizar el pelinegro le hacía sexo oral o lo seducía para tener sexo. Tampoco es que el menor se resistiera, pero el azabache era quien inicia los encuentros.

¿Dónde quedó su rutina monótona sin sexo? Ni en la universidad había tenido tanto sexo.

Ahora estaba nuevamente en la entrada de su departamento, siendo besado por un sexi veinteañero que vestía con unos shorts cortos y una de sus camisas.

Sin importar la que haya sido su vida en el pasado, el castaño deseaba con todo su corazón que el morocho se quedará a su lado, a pesar de no ser un alfa y no darle seguridad cómo lo haría uno.

Los chasquidos provocados por ambas bocas eran sonoros, esta vez Zhan casi no alcanza a Yibo y lo tomó de la corbata afuera del departamento para darle su merecido beso de despedida. Ya era costumbre que el pelinegro pasará sus brazos por su cabello mientras besaba al menor que lo sostenía de la cintura acariciando con sus pulgares.

- ¡Ughum! - el sonido de alguien aclarándose la garganta provocó que Yibo abriera los ojos y tratara de apartar a Zhan, pero este, a pesar de haber escuchado, no se detuvo, movió su lengua alentando a qué el castaño volviera al beso, meta que casi cumple de no ser nuevamente interrumpidos - Disculpe, Joven

El mayor se separó sin soltar al beta, a su lado su vecina, una señora de cuarenta años, los veía con desaprobación.

- No deberían hacer ese tipo de actos en un espacio público -

- ¡Ah! - El menor se avergonzó e inclino un poco su cabeza en forma de disculpa - Lo lamen-

- No es un espacio público, es la entrada de nuestra casa - contestó Zhan

La señora hizo una mueca

- Aun así, podrían pasar niños y ver sus - hizo una mania con sus manos

El mayor enarcó una ceja molestó, abrió su boca dispuesto a responder, pero un beso en la comisura de sus labios lo calló.

- Ya me tengo que ir - le dijo Yibo antes de acercarse a su oído y susurras - No pelees -

El mayor le sonrió, asintió cuando el castaño se alejó de él e hizo una venia a la vecina.
El Omega sonrió ladino cuando vio al otro inclinarse y con su mano bien abierta, estampó una nalgada en el trasero de Yibo.

- No llegues tarde - dijo sonriente, antes de entrar y dejar a Yibo sobándose la nalga y la vecina con la boca abierta, indignada.

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- ¿Qué sucede, Wang? - preguntó Lusi viendo a su amigo picar su comida

Era la hora de la comida y los cuatro amigos estaban en la cafetería comiendo sus meriendas. Todos platicaban acerca de diversos temas, pero solo uno de ellos parecía estar en su propio mundo.

La pregunta hizo que los otros dos pusieran atención al joven de cabellos ondulados.
El menor subió su mirada, pasándola por sus tres acompañantes. Estos vieron una mirada extraña en su amigo. Yibo suspiró dejando caer su cara en la mesa.

- ¿Qué hago? - su voz salió algo triste y desolada

-¿Qué sucede? - el Se. Tanabe trató de mirar la cara de su menor

Este subió su cabeza reposando su mentón en la mesa.

- ¿Qué debo hacer para que se enamore? -

Machida volteo a ver a su amiga con una cara diciendo "¿Este de que habla?" Pero ella se alzó de hombros.

- Depende - contestó Lusi - ¿De quién quieres que se enamore?

El castaño formó un puchero

- De mí -

- Olvídalo -dijeron los tres al mismo tiempo

El menor se levantó indignado por la respuesta inmediata.

- ¿Qué lo olvidé? -

- Yibo, eres un gran chico, pero - Lusi pasó su mirada por el cuerpo de su amigo - Eres tú

- ¿Y eso qué significa? - contestó molesto

- Amigo, si quieres que se enamore de ti, solo sé tu mismo, si lo hace es porque es amor genuino, si no, significa que no es para ti - Machida explico mientras comía

El castaño solo suspiró. Realmente estaba en un problema. Ni siquiera sabía que eran zhan y él y temía preguntar y obtener una respuesta que no quiere escuchar.

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Mientras tanto, el mayor veía con admiración la rompa limpia colgada en el balcón. Sacó de su mandil una pequeña libreta con una lista, dónde tacho, lavar ropa.

Se quitó el mandil dejándolo doblado y dentro de un gabinete, ahora tendrá que ir al supermercado y comprar algo para la cena, quería hacer curri, ya que el menor me había dicho que era uno de sus favoritos. Se lanzó al sofá donde saco nuevamente su libreta, la abrió hasta dar con una hoja que decía.

Plan para casarse con Yibo

Por qué Zhan estaba más que dispuesto a enamorar y hacer caer al Beta que lo rescató, no dejaría que el destino quitará de sus manos a aquel castaño bondadoso, amable y dotado.

Desde ese día que Yibo le hizo el desayuno, zhan decidió que ese Beta es para él y dónde zhan pone el ojo pone la bala. Mentiría si dijera que no me gusta el castaño, obvio que le gusta, el problema aquí es que los Betas no sé casan con omegas, no en su mayoría y a pesar de que el menor nunca lo trató mal, una cosa es ser compañeros de cama y otra, esposos. Así que el morocho se decidió a mostrar todas sus buenas cualidades y demostrar al Beta lo perfecto que sería como esposo.

Sonrío en grande recordando el beso que le dio el menor antes de irse, Yibo era muy cerrado y no se acercaba por voluntad, respetaba mucho a zhan y lo mima demasiado, es por eso que el mayor no está seguro si le gusta o no al castaño, pero estaba más que decidió a enamorarlo y obtener una proposición a cambio. Tenía dos meses antes de su próximo celo, y era su tiempo límite para amarrar a Yibo.

El castaño aún no lo sabía, pero sería su esposo.

Conejo_801