Con una nota de amor

Capítulo cuarenta y uno | Tenemos que hablar

Thiago

—¿Que haremos? —Jake parecía demasiado desesperado.

—Llamemos a la policía.

—Es una buena idea —Leo, camino hasta el teléfono del apartamento y comenzó a realizar la llamada.

—Debemos de ir protegidos.

—Uno de mis tios es policía, deberíamos de ir a buscarlo para conseguir chalecos.

—Buena idea, también deberíamos de llevar a policías atrás de nosotros, deben de atrapar a la persona que quiere dañar a Sky.

—Las traigo un poco de té para que se relajen chicos, todos están muy nerviosos.

—Mami está desaparecida, la han secuestrado, estaremos nerviosos, Grace. —Tristan susurró, pasando las manos por su cabello.

—Bien, respiren y terminemos de armar el plan, para ir en busca de Sky.

—Ustedes no irán a ningún lado, chicas. Es mejor que se queden aquí. Aquí estarán a salvó todas.

—Queremos estar con Sky. —Esta vez hablo Hazel.

—Puedo imaginarlo, pero nosotros las mantendremos al tanto.

Ellas asintieron, sin quejarse.

—Tengo la dirección anotada, faltaría prepararnos, no sabes que podría pasar.

—¿Pueden enviarle la dirección a la policía? Deberíamos irnos llendo. 

Todos estuvieron de acuerdo, Ashton se acercó a Aubrey y Harriet para besarlas, mientras Kylee besaba a su novia y Hunter dejaba un beso en la frente de Ellie.

—Esperemos que traigan a Skylier bien, no queremos que la traigan dañada.

—Podemos asegurarte que ella estará bien, nosotros la protegeremos.

Killian miró a Aysel con ternura mientras besaba su frente.

—Necesito conocer a la chica que podría jurar que me odia por qué me besaste.

—Tengo que explicarle todo, aparte nunca nos besamos por voluntad propia, era para protegerla pero insisto eso no sirvió de nada, aún asi ellos la tienen y no se de que son capaces de hacerle.

—Todo estará bien —Ella intento animarme y yo simplemente asentí, quería que todo estuviera bien, aunque en el fondo lo dudaba.

—Debemos de irnos.

Todos caminamos hasta dos de los autos mientras nos subíamos, bien, debía de admitir que estaba nervioso y deseaba, anhelaba que ella estuviera bien.

—A la derecha —Dijo Killian.

Continué manejando, sintiendo un vuelco en mi corazón.

—Ahora da a la izquierda y da la vuelta.

Seguí sus instrucciones