(DISPONIBLE TAMBIÉN EN SUEÑOVELA)
La vida normal de Ice empezó a cambiar cuando sucesos o más bien individuos misteriosos comenzaron a aparecer en su vida. Blak; Maximous Blak fue lo primero, el chico por el cual su vida comenzó a ir de cabeza. Segu...
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"Al instante, aquel panorama conocido se presentó ante mí. El bosque, con su nieve que no sentía, con su imagen fría y nostálgica. ¿Hace cuanto no se había presentado en mis sueños? Mi mente recordó aquel día, aquel fuego e instantáneamente mire mi mano, una de la cual no había cicatriz ni marca donde antes me había quemado.
Mi pelo y mi vestido se movió al compás del viento, pero mi piel no lo sentía, el viento pasaba de mí como si fuera un fantasma.
Mis ojos viajaron por todo a mi alrededor, aquel bosque se sentía solitario. Pero sentía aquella sensación que me daba escalofríos, la sensación de que me estaban observando.
¿Porque me sentiría observada en un sueño? Ni siquiera puedo comprender lo recóndito de mi mente.
Comencé a caminar hacia la nada, el bosque no tenía un camino así que mis pies hacían el suyo a voluntad.
Hasta que me detuve por algo inusual.
Un sonido.
Un grito.
-¿Que...?- mi respiración se volvió agitada. ¿Un grito? nunca vi a alguien más en mis sueños, no en este escenario. Entonces ¿que...?
De nuevo, un grito. Pero esta vez sonaba más cercano.
Estaba paralizada, no sabía qué hacer. ¿Y si voy con que me encontraría? ¿qué cosas está produciendo mi inconsciente? Tenía miedo, no iba a mentir. La mente de uno puede tener mucha imaginación cuando el control está en el inconsciente.
Mis pies comenzaron a caminar hacia donde escuche el grito. Lentamente me abrí paso entre los árboles, pero el bosque se volvía interminable, como si fuera un laberinto.
Cada segundo que pasaba mi nerviosismo aumentaba.
-Por favor, despierta- me decía a mi misma. No me gustaba soñar, y menos con este bosque. Nunca traía nada bueno consigo.
Hasta que me detuve, mi cuerpo se paralizó, había dejado de responderme, no podía avanzar, no podía moverme. Mi respiración se volvió agitada, y mis ojos no se apartaron del blanco de la nieve.
El cosquilleo en mi nuca se volvió más agresivo.
Había alguien más, alguien más conmigo.
Estaba detrás mío.
No escuchaba nada, ni el viento azotar los árboles, ni el latido de mi corazón, solo mi agitada respiración.
Y luego sentí su respiración en mi oído y mi piel se erizo.
-Despierta- susurro una mujer- Despierta- repitió.
