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Comenzar a unir los clavos no era tan difícil, y más cuando la persona causante de ellos dejaba toda a la loca imaginación de alguien inocente. Aunque eh aquí un punto muy importante, Levi en realidad no estaba haciendo nada para guardar las pruebas de su cruel infidelidad, era el mismo quien dejaba todo al descubierto, y no solo se trataba de ciertas actividades que había tomado últimamente, extrañamente el labial rojo se había vuelto de su favorito luego de besar aquellos labios tan perfectos y que mejor idea que dejar su amante dejará claras marcas en su pulcra camisa.

El no estaba haciendo absolutamente nada para detener aquellos juegos tan inocentes, en realidad era él quien aumentaba las inseguridades de su propia esposa, usando su tierna inocencia a su conveniencia, Mikasa estaba a su merced y era estúpidamente muy leal a él. Grave error, claramente, el siendo un horrible cazador tenía muy bien vigilado a su propia presa. Era macabro su juego, algo tan perverso para alguien que juro amar a esa bella niña con total sinceridad.

Sin embargo el tenía sus razones, absurdas claramente, pero las tenía. No lo hacía por venganza o tal vez, en realidad en su mente seguían aquellas imágenes tan nefastas, se preguntaba por su tierna Mikasa había dado la pauta para el comenzar con su asqueroso plan. Nunca fue alguien malo con ella, complació cada uno de sus deseos, cumplió cada uno de sus caprichos, incluso llegó a darle la vida que ella tanto deseaba.

¿Porque le había pagado con aquella moneda?.

Para Levi su orgullo era su fiel amigo en estos momentos, llegando incluso a cometer un grave crimen como dudar de su propia hija. En realidad no tenía nada que perder con hacer una prueba de ADN. Mikasa se había vuelto una zorra y lo había confirmado con aquellas grabaciones, ¿Que más podía pensar?, ¿Quien le aseguraba que esa niña era de el?. Tal vez era muy estúpido pero era su hija, el había pasado aquellos hermosos nueve meses de embarazo con la azabache, había estado el día que ella dio a luz, había sido quien cuido de esa niña todas esas largas noches.

Después de todo esa niña era suya.

Lastimosamente le había tocado tener una madre tan descarada como era Mikasa, no podía hacer mucho en realidad. Tampoco podía huir con la niña, no se consideraba una persona capaz de hacerle eso a alguien quién fue especial en su momento para el. Dudaba a estas alturas rescatar algo de su cariño hacia su actual esposa, no lo merecía. No merecía sus lágrimas, mucho menos sus pensamientos, ni sus sentimientos. Levi había quedado tan devastado con aquellas explícitas imágenes que no se tomaba el atrevimiento de pensar en el gran abertura que comenzaba a formarse en su bella familia.

En realidad era él quien no quería saber la verdad.

Y eso complicaba mucho más las cosas.

—¿A donde me llevaras a cenar hoy Levi?—pregunto la rubia una vez que se subió al auto.

—¿A donde quieres ir tu preciosa?—le sonrió.

—¿Mmm?—la chica le dio un leve beso en la mejilla del chico—¿Y si mejor vamos aún lugar más privado?.

—Esa idea me agrada—volvió a sonríe.

Y entonces le dio el paso a la gran noche con aquel beso tan apasionado.

Volvieron aquel tan recurrido hotel, la habitación era la misma que ocho días atrás, Levi descaradamente dejo que aquella mujer entrará en sus pensamientos y se quedará en ellos y no de una manera muy buena. Y sí, esa noche Levi tuvo sexo con esa mujer, y no solo fue una vez, siquiera podía contar las veces que la había hecho llegar al Clímax en aquella habitación de hotel, sin imaginar que aún lado de aquella inmensa cama su teléfono comenzaba a llenarse de mensajes muy discretos de su esposa, llamadas y una que otra imagen de su bella hija.

~~Te Necesito Chica~~ (Levi y Mikasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora