Capítulo 10

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Onur se quedó mirando a su hijo y Sehrazat cuando bajaron del taxi que los había llevado a su casa en Barcelona.

El barrio era antiguo, bastante céntrico, pero no había tantos edificios en los alrededores...

Cuando estaban entrando, Sehrazat saludó en español a un par de vecinos y Kaan hizo lo mismo.

-¿Es difícil?

-¿El idioma? Un poco... pero uno se acostumbra cuando todo el mundo lo habla alrededor...es una cuestión de supervivencia...

-Entiendo...- dijo y entraron.

Onur se quedó mirando el lugar. Realmente no se había podido imaginar el ambiente en el cual su hijo y Sehrazat vivían y ahora comprendía por qué ella tenía buenos recuerdos y cariño por el lugar...

-La casa no es una mansión, pero tiene un lindo jardín, dos habitaciones y una amplia cocina... lo cual para esta zona es bastante...

-Por supuesto...- dijo y dejó su bolso a un costado y siguió a Kaan, que lo llevó a conocer el resto de la casa.

Sehrazat abrió la ventana, corrió las cortinas y observó que sus plantas estaban un poco descuidadas. Se preguntó qué sucedería hasta que decidiera si vendería o no la casa y quién podría hacerse cargo de cuidarlas...

Luego, llevó su bolso a su habitación y escuchó las risas que provenían de la habitación de Kaan...

Se asomó y los vio a ambos revolcándose en la cama, muertos de risa, haciéndose cosquillas. No pudo evitar sonreír, de todas las cosas que le estaban pasando ese tiempo, esa era una de las más bonitas...

-¿Preparamos algo de comer? - les preguntó y ambos la miraron.

-Cocinemos algo... ¿o prefieres salir? - propuso Onur.

-Podríamos hacer unas pastas con frutos de mar... supongo que tengo algunos guardados en el freezer...

-Bien...- dijo Onur y Kaan asintió.

-Iré a preparar las cosas...- dijo y Onur extendió una mano y la tomó del brazo. Kaan lo miró y él le guiñó un ojo.

-Creo que mamá no debería salvarse de unas... cosquillas...- dijo y la atrajo hacia él y ambos comenzaron a hacerle cosquillas.

Sehrazat sintió que perdía el control, no recordaba ser tan sensible pero la realidad era que en poco tiempo pedía por favor que le tuvieran piedad mientras se deshacía en carcajadas...

Un rato después, todavía agitados y riéndose, se dirigieron a la cocina y comenzaron los preparativos.

Sehrazat llegó a pensar que no había sido una buena idea preparar fideos porque la harina comenzó a volar por todas partes y la única que realmente cocinaba era ella, pero Kaan estaba tan contento y Onur le dedicaba unas miradas tan intensas que no quiso decir nada...

Finalmente, mientras ella preparaba la salsa, una diferencial para Kaan, que no era muy fanático de los frutos de mar, los convenció de que se fueran a dar un baño...

Onur se quedó prendado de la enorme tina que Sehrazat tenía en el centro del baño. Era espaciosa y se quedaron un buen rato con Kaan jugando allí...

Ella les alcanzó toallas a ambos cuando terminaron y le prestó su bata a él...

Kaan se quedó demorado vistiéndose y Onur se dirigió a la cocina, llevado por el exquisito aroma de la comida...

-No recuerdo que fueras especial en la cocina...

-Porque no lo era...- dijo ella con una sonrisa.

Segundas oportunidadesWhere stories live. Discover now