Capítulo 4

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Sehrazat miró hacia delante y sus ojos se quedaron enfocados en una pareja que jugaba con su bebé en el parque, parecían muy jóvenes, pero se los veía contentos, relajados... trató de recordar si en algún momento ella se había sentido así con su hijo, estando con Onur...

Lo paradójico era que cuanto más distendido lo había sentido a él, había sido a su regreso de Barcelona, sobre todo durante ese encuentro que habían tenido hacía ya dos días...

Su móvil la sacó de sus pensamientos y Sehrazat inspiró hondo antes de contestar...

-... sí... así es... estuve en contacto con proveedores, postulantes para los cargos a cubrir en la empresa... ¿arquitectos? No... todavía no... bien... ¿cuánto más debería quedarme aquí? - dijo y se quedó muda ante la respuesta- bien... muy bien... no... lo pensaré...

Desconectó la llamada y vio que el niño que la pareja tenía se había golpeado y lloraba desconsoladamente. Suspiró. ¿Quedarse todo lo que fuera necesario?

De pronto sintió un escalofrío al reconocer, al menos en su cabeza, que deseaba quedarse un largo tiempo... pero se reprendió a sí misma por estar pensando que algo que ya no había funcionado antes, podía ocupar un lugar innecesario en su cabeza...

Sintió un par de manos que se apoyaban sobre sus párpados desde atrás y reconoció el perfume de Onur...

Se mordió el labio instintivamente...

-Onur...- dijo en un tono que se le antojó demasiado familiar.

-Me pareció recordar que te gustaba este lugar... acabo de dejar a Kaan con María...

-Muchas gracias...- dijo solamente ella y él la soltó y rodeó el banco de madera para sentarse a su lado...

Onur se quedó mirando a la pareja con el niño y luego suspiró...

-¿Me buscabas por algo? - le preguntó ella al ver que él no emitía palabra.

-En realidad... creo que debería buscar una buena excusa... pero no se me ocurre...- dijo y sonrió con cara de inocente.

-Prueba diciendo la verdad...

-Tenía ganas de verte...- dijo él casi sin dejarla terminar de hablar.

-Onur...

-Escucha... siento que por primera vez estamos en sintonía...

-Pasamos un muy buen momento...

-Pero cancelaste el almuerzo...

-Me sentía algo incómoda... y tenía la excusa perfecta... mucho trabajo...

-Ahora estás más desocupada...

-Pretendo relajarme...

-Podría ofrecerte esos masajes tailandeses que alguna vez te hice... ¿recuerdas? - le preguntó y se perdió en sus ojos, en los que vio reflejado el recuerdo.

-Así es... pero no es cansancio físico, debo relajarme mentalmente...

-Entiendo... ¿seguirás rechazándome? ¿acaso no lo pasamos bien juntos?

-Onur... tenemos un hijo en común... él es todo lo que me importa... ¿entiendes?

-Perfectamente...- dijo y se acercó más.

-¿Qué haces?

-No puedo dejar de pensar en que quiero volver a repetir lo del otro día...- le dijo en tono bajo y ella se erizó.

-Onur...

-Déjate llevar como el otro día...- le dijo él medio en secreto, sus ojos perdidos en sus labios.

Segundas oportunidadesWhere stories live. Discover now