Capítulo 21.

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—¿Se ha comprado Axel ya el traje? —le preguntó Violet a Kyle cuando íbamos de regreso a casa.

Habíamos dejado a Jeremy en la suya hace unos cinco minutos y ahora Violet le estaba bombardeando a preguntas sobre Axel, ya que el prometido de mi amiga no le quería contar nada de nada.

—Yo que sé —se encogió de hombros Kyle.

—¿Cómo que no lo sabes?

—Como que no lo sé. Los tíos no hablamos de eso.

—Oh, perdóneme señor machote.

Reí por el comentario de Violet y me tapé la boca al ver la mirada que me lanzó Kyle. Era divertido ver cómo los dos hermanos se picaban entre ellos.

—Sí, se lo ha comprado —respondió al final Kyle, rodando los ojos.

Violet asintió satisfecha. Yo me recargué contra la ventana del asiento trasero mientras miraba la calle. Parecía que estaba a punto de empezar una tormenta.

Me encantaba la lluvia, pero me encantaba cuando estaba dentro de casa y donde no me pudiera mojar entera. En cierto modo el hecho de escuchar la lluvia caer y golpear contra la ventana me relajaba totalmente.

—Hemos llegado —me dijo Kyle girándose para mirarme.

Entramos a casa, ayudando a Violet a cargar el vestido por las escaleras para que la cola no rozara el suelo. Me preguntaba cómo podría caminar hacia el altar sin dificultad y sin ayuda de nadie.

En cuanto entramos a la casa, Violet y yo nos pusimos a organizar la despedida que tenía lugar mañana. Ya estaba el local elegido así que solo quedaba avisar a la gente. Íbamos un poco apuradas, avisando con sólo un día de antelación. Arrasamos con toda la libreta de contactos de Violet y casi todas dijeron que si que irían.

—¡Whooho! -exclamó Violet— ¡Fiesta mañana! —dijo alzando los brazos e inclinando la cabeza.

Yo reí y Kyle, que estaba en el sofá observándonos curioso sonrío también.

—Quizás deba organizar yo la fiesta de despedida para Axel ya.

Las dos dejamos de reír al mismo tiempo y le miramos serias. Kyle rió maliciosamente.

—¿A dónde iréis? —pregunté yo, alzando una ceja.

Yo confiaba en el, mas o menos, y el en mi, también más o menos, pero no nos hacía mucha salir y ver lo que le podría esperar al otro en la discoteca.

No me fío de las chicas que podrían estar ahí, a lo mejor clones de Marianna, y estaba segura de que él iba a estar celoso de los chicos que estuvieran allí. Los chicos al igual que nosotras somos celosos por naturaleza.

—No lo sé todavía -respondió, mordiéndose el interior de la mejilla—. ¿Dónde iréis vosotras?

Violet lanzó una carcajada irónica.

—¿Y que vengáis al mismo sitio que nosotras? No será verdad. No te lo pienso decir y Abby tampoco ¿a que no? —me miró.

Yo negué con la cabeza, dándole la razón. Si Kyle llega a estar en el mismo sitio que yo no era seguro que me fuera a controlar con su mirada puesta encima mía todo el rato. Me desconcentraría y no era nada bueno.

—Ya lo averiguaré —dijo el levantándose del sofá y agarrando el teléfono de la casa de la mesa del comedor.

Cuando pasó por mi lado, rozó con su mano mi cadera, y yo sonreí sabiendo que lo hizo queriendo.


Anoche Kyle no durmió conmigo, y por una parte fue lo mejor que pudo hacer, porque Violet entró a mi habitación por la mañana a agarrar unos zapatos suyos que dejó aquí cuando me fui. Pero, por otra parte, eché de menos sentir a Kyle a mi lado.

Mi mitad imprevista. [#Wattys2015]Where stories live. Discover now