They Don't Kwow About Us |21|

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They don't know about us/Ellos no saben sobre nosotros/Ils ne savent pas rien de nous

De cuando nadie sabe sobre Rogue y Gambito.

La aparición repentina de Azazel casi hace que los pendientes se me escapen de las manos.

El rostro del mutante permanece serio y hoy no estoy de humor, tengo una cita dentro de poco.

Guardo mis nuevas adquisiciones en mi gabardina tratado de mantener la indiferencia en mi rostro. Aún tengo siete minutos antes de que la alarma de la joyería se dispare así que alcanzo un medallón de oro mientras el plan de escape comienza a formarse en mi mente.

Mis ojos se desvían a la ventana justo cuando la mano roja de Azazel se prende de mi brazo, me digno a mirarlo.

Bonne nuit à toi aussi, ami Azazel.

Él se limita a usar su poder.

Creo que llegaré tarde a mi cita.

Odio cuando hacen esto, una simple invitación es suficiente para los ladrones decentes. Supongo que es mi culpa, mis amistades no suelen ser tan refinadas como mi linaje.

Por supuesto, aparecemos delante de una mesa de juego.

Parece que el día de hoy han optado por la sutileza, estamos en una bóveda de armas, a juzgar por el olor y las cajas amontonadas en las esquinas.

La mesa está llena. Algunas caras conocidas como de costumbre: Magneto, Emma Frost y otros empresarios mutantes poderosos. En la cabecera, el magnate millonario que nos humilla, Sebastian Shaw, se cree omnipotente.

—Un placer, como siempre, amigos— saludo al tomar asiento.

Azazel se apresura a colocar el collar anti poderes y asegurarlo en mi cuello, antes de regresar al lado de su jefe.

—Siempre eres bienvenido en nuestras noches de juego, Gambito.

Shaw usa ese tono formal que no engaña a nadie. Todos sabemos la hipocresía que esconde.

Estos juegos están arreglados, él es el único que debe ganar al final, porque si no su venganza caería sobre nosotros.

Con el tiempo, he entendido lo que realmente le gusta: presumir. Necesita un público que le alabe lo prestigioso que es. Pero, sobre todo, necesita una excusa para sus premios. Los diamantes, el dinero, los objetos valiosos y demás cosas adquieren un mejor valor si puede decir que los ganó en una partida.

La mayoría de los que estamos aquí nos conformamos con poder jugar un poco y contar con su protección gracias a ello, mientras perdamos. De todos modos, aunque sabemos que yo soy el mejor en las cartas, los collares de metal impiden usar poderes y Shaw usa eso de pretexto contra el por qué siempre pierdo.

—El premio de hoy— dice— es uno que me constó conseguir, pero considero que es para chuparse los dedos. El ganador podrá llevarle a casa y será suya. He oído que las sureñas son buenas para casi todo.

Mis alarmas se disparan y los pendientes de rubí pesan en mis bolsillos cuando Azazel prende la televisión que ha estado descansado al lado de Shaw.

Rogue, que ha localizado la cámara, se revuelve en sus ataduras y grita con furia hacia nosotros. La especie de camilla que la mantiene de pie está envuelta en cables y Azazel aparece junto a ella cuando Shaw se lo ordena.

Veo como Rogue jala con fuerza, tratando de alcanzar el panel donde el mutante rojo teclea, pero una mueca de dolor la hace desistir. Un grito dolorosamente mudo se dibuja en su rostro y luego la pantalla vuelve a estar en negro.

—Una preciosura, ¿no es así?

Veo a Magneto y a Frost lamerse los labios. Por supuesto que la quieren, reconocen a la niña de Wolverine, pero ellos no saben sobre nosotros.

—Apuestas de cinco grandes hacia arriba.

Empieza a repartir.

Ellos no saben de las cosas que hacemos, de los te amo compartidos en la oscuridad.

—Barajamos con mano roja.

Si supieran no lo entenderían. Los X-Men dirían que no debemos estar juntos, muy jóvenes para saber lo que es eterno.

—Tres rondas por cada apuesta y reparto libre.

Shaw no sabe, porque de lo contrario no la hubiera pedido.

Ella, que con un toque me hizo ser yo mismo.

¿Y piensan que no voy a luchar por ella?

Sus besos son dulces.

As de picas.

Sus ojos brillantes.

Rey de picas.

Toda la vida esperando.

Reina de picas.

Para encontrar un amor como este.

J de picas.

Un amor correspondido.

Diez de picas.

La mesa se queda en silencio al ver mi flor imperial.

Algunos de los mutantes que no conozco boquean.

—El premio, mon ami— reclamo, tenso.

Shaw truena los dientes y Azazel comienza a desaparecer cuando dos cartas salen disparas de mi mano.

La primera carta prende la televisión y me da una una buena vista de la segunda, que se ha ido con Azazel y revienta la correa de una de las manos de Rogue.

La veo sonreir al ver la reina roja y quitarse el guante con desición.

Sin Azazel para retirarnos los collaresm Shan no puede volarme en pedazos tan facilmente.

—Bien— dice molesto—. Cambio de plantes. Aquel que mate al ladrón podra quedarse con la chica.

El unico plan que se me ocurre es derribar la puerte de atrás y salir corriendo hasta que se cansen, pero siento un escalofrío en el cuello y de un momento a otro estoy en un callejon sin salida. El collar anti poderes cae con un ruido sordo.

—Siempre tengo salvarte, ¿no es así, cajún?

Me volteo sonriendo.

Rogue esta roja y su nueva cola se mueve suavemente de un lado a otro, lo único que no cambia es el brillo en su mirada.

—Mis disculpas, chérie. ¿Qué tal si te compenso este drama con una cita y algunso regalos?

Ella sonríe y me besa en la mejilla, causandome escalofríos.

—Gracias, Remy.


Bonne nuit à toi aussi, ami Azazel: Buenas noches para ti también, amigos Azazel.

La sudiste et le voleur [Rogue x Gambit]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora