[❥︎Sweet Obssesionఌ︎] Dekutodo/Bakutodo

❥︎Capítulo 9

Habían pasado varios días desde su último encuentro con su omega y la emoción por volver a verlo se mantenía presente, mas tendría que esperar para hacerlo dado a que debía proseguir en otros aspectos vinculados a su plan maestro que le auguraba aquella felicidad que tanto buscó desde que con tan solo cuatro años de edad descubrió lo cuan cruel que puede ser el mundo ante quienes son considerados como inútiles, fallos o simples errores.

Estaba tan cerca de su vida añorada que mentiría al decir que no contaba los días ansioso por tener a su destinado a su lado para siempre.

Tendría por fin a quien dar y recibir amor

No dejaba de agradecerle al destino que su hilo rojo tuviera su otro extremo atado a su amado Sho-chan y aunque fueran de dos mundos distintos al ser un villano y un héroe, sabía que no existiría barrera que evitara que tuviera a su omega entre sus brazos, porque estaba dispuesto a acabar con cualquiera que se interpusiera de por medio.

Incluyendo al maldito de Kacchan, claro está..

Y a Endeavor con quien tenía cuentas pendientes.

Tenía una "linda" reunión con su suegro programada para tiempo después.

Mientras tanto, se encontraba arreglando los últimos detalles en dos de zonas del que sería un nuevo hogar, optando por alistar todo en cuanto antes si se le presentaba la oportunidad de adelantar su estrategia. La parte del sótano le estaba tomando un poco más de tiempo del esperado; en especial, porque tenía que adecuarlo de ideal forma a causa de que ese sería el sitio donde mantendría a su querido Todoroki-kun durante los primeros días, siendo aquello más como una medida de precaución de ser el caso en que pusiera resistencia o si hiciera intentos de escapar. A medida que esas actitudes de su parte fueran disminuyendo a su totalidad, se encargaría de llevarlo a la parte superior de la casa y acomodarlo en la que sería la habitación que compartirían a partir de ese instante por el resto de sus vidas.

Una cama matrimonial destacaba en medio de la habitación, de blancas sábanas que serían testigos de como dos destinadas almas se entregarían una a la otra, volviéndose una sola después de una larga espera. Junto a esta se encontraba un pequeño velador y  a unos metros de ella una mesa con un par de sillas, permaneciendo los objetos con firmeza en el suelo, estando también un librero en una de las esquinas. Así mismo, el cuarto contaba con un baño y con solo una puerta de acceso para entrada y salida, pudiendo ser abierta usando un código que sería distinto para cada día. Cada ángulo del cuarto contaba con cámaras y micrófonos que estaban conectados a las pantallas que mantenía en una de las recámaras de la parte superior para mantenerlo vigilado por cualquier eventualidad.

Después que acabó de arreglar aquella área, volvió a subir tomando rumbo al último lugar que le hacía falta adecuar los últimos detalles:

La habitación del o los bebés