Una reunión conmovedora

249 45 43
                                    

Para las fiestas y festivales de la temporada, JongIn había recibido unas cuantas cartas de parte de su familia. KyungSoo no había preguntado sobre el contenido de las mismas, pero no fue algo necesario, el propio JongIn respondió fácilmente y sin ninguna restricción.

-Es de parte de mi madre y hermanas. Quieren verme en este festival de las linternas -había dicho con suavidad, sin comprometerse demasiado con el asunto-.

KyungSoo había sonreído entonces, se había acomodado junto a él en su oficina y apoyado un codo sobre su rodilla flexionada, la mejilla descansando en su mano abierta. Mientras esto ocurría, JongIn dejó a un lado la carta, con sumo cuidado, como si temiera romperla o doblar los bordes si la movía de forma demasiado brusca.

Fue adorable, verdadera y malditamente lindo.

-Ya veo... ¿Vas a complacerlas? Deberías hacerlo, incluso yo, un completo desconocido, puedo decir que realmente las extrañas y no compartes demasiado tiempo con ellas como quisieras.

-No eres un desconocido -se apresuró a asegurar y KyungSoo rió entre dientes-; por otro lado, ahora soy padre, tengo responsabilidades ineludibles y mi familia puede entenderlo.

-Hum, pues, a mi parecer, lo han entendido perfectamente bien. Vamos, nada te prohíbe ir y ver a tu madre y tus hermanas. SooBin-ah pasa un buen tiempo junto a tus sobrinos y JongSoo disfruta de la compañía de sus tías. ¿Por qué no ir y relajarse cuando puedes hacerlo?

JongIn terminó de acomodar la carta en uno de los cajones de su escritorio y luego tomó un pincel, retrajo su manga con la mano contraria y mojó la punta en la tinta molida, luego cepilló gentilmente el pergamino en blanco que esperaba para ser adornado con su linda y correcta caligrafía. Hermosos caracteres de un hermoso hombre, todo era completamente armonioso y perfecto.

KyungSoo sonrió profundamente.

-Tengo pendientes aquí.

Sus ojos se ampliaron con diversión y su cuerpo se inclinó hacia el contrario. JongIn no se inmutó, pero le lanzó una breve mirada de reojo.

-¡Oh! ¿Es así? ¿Y qué pendientes son esos? Porque tengo entendido que no estás dando clases debido a la temporada familiar y últimamente no has salido mucho de casa, por no hablar de la nula correspondencia que ha llegado a tus manos estos días. Realmente me encuentro curioso. ¿Qué tan ocupado puede estar este joven maestro?

Entonces las mejillas de JongIn parecieron un poco más oscuras y un pequeño tic apareció en su ceja derecha. KyungSoo rió abiertamente y, al no obtener respuestas, se apegó más al hombre y se apoyó esta vez sobre un espacio libre en su escritorio.

-Si no respondes, me temo que haré conjeturas equivocadas -canturreó y KyungSoo casi fue capaz de sentir cómo sus orejas animales temblaban contra su cráneo, buscando salir debido al buen estado de ánimo-.

Es entonces cuando notó que últimamente su zorro había estado bastante activo, tomándose este tipo de libertades sin su consentimiento, mostrándose tonto e indiscreto frente a JongIn. Reflexiona un poco y llega a la conclusión de que, quizás, se debe a la poca alimentación que ha tenido, pero debido al sobreestimulo de estar rodeado de un niño que absorbe su alma y su fuerza en medio de sus juegos y entrenamientos, ha conseguido mantenerse a flote, dejando un par de inconvenientes como consecuencia.

El instinto paternal podía ser tan bueno como el instinto sexual y ambos podían ser utilizados como una fuente de energía. Debido a su residencia en la casa de JongIn, no había ido a algún pueblo a alimentarse (tampoco estaba de humor como para intentarlo), así que se mantuvo lleno con la primera opción (pidió el consentimiento de JongIn antes de esto, por supuesto). Esto lo volvió aún más cercano a SooBin y provocó que su zorro tomara libertades que no le correspondían debido a sus instintos a flor de piel y el deseo de proteger al pequeño.

Destinos CruzadosWhere stories live. Discover now