El mundo en sus brazos

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Advertencia: sexo explícito.

—¿Cuándo se mudó la señora Ahn a la Villa?

Ambos se hallaban sentados en la hierba, uno junto al otro, apoyados en el costado contrario. JongIn le había puesto su abrigo blanco sobre los hombros y lo había atado con dedos diestros y atentos, sin dejar de besarle las mejillas y la frente, luego, al sentirse satisfecho por verlo cubierto y protegido del frío sutil, lo tomó de la mano y dejó que su mejilla reposara sobre su coronilla. Mientras tanto, KyungSoo disfrutó de la calidez del pecho de JongIn y se mantuvo haciendo dibujos abstractos sobre la palma endurecida del alto.

JongIn subió su mano desocupada y rodeó sus hombros con suavidad, aferrándose a él como si temiera que KyungSoo desapareciera en cuestión de un parpadeo. Se acurrucó apretadamente contra su cuerpo y de esta manera le aseguró que se mantendría en el mismo sitio, que no tenía planeado irse nuevamente.

—Madre no vive aquí, solo le he pedido que cuide un poco el lugar mientras yo no estoy. También la dejo quedarse por temporadas, cuando extraña demasiado las flores en invierno o cuando necesita un tiempo a solas con WheeIn.

—Hmm, bueno, ciertamente ha hecho un buen trabajo. No has venido aquí ni una vez desde que nos reencontramos y aún así todo está en perfecto estado. ¿De dónde salió el lago y la magia?

—El lago lo mandé a hacer unos años después de que te fuiste —KyungSoo no pasó por alto la tensión en la voz de JongIn al formar las últimas palabras. Como respuesta, apretó más la unión en sus manos y se acurrucó en su pecho—. Fue algo bueno, me permitía distraerme y era el lugar favorito de JongSoo en aquel entonces; la magia llegó antes, cuando la guerra acabó. Los Dioses Celestiales de la Naturaleza creyeron que sería un buen regalo después de mi participación activa en la guerra. Lo demás surgió con el tiempo. A pesar de que no pertenecemos al mundo humano, las construcciones son igual de frágiles y necesitan reparaciones. Así se modificó la Villa y quedó de esta manera.

JongIn le acarició la extensión de su brazo, su nuca y su cabello con parsimoniosa diligencia y atención. El toque fue reconfortante, lo llenó de calidez y le arrancó un suave suspiro maravillado.

—JongSoo... ¿Te dio problemas? —preguntó débilmente y JongIn dejó un beso en su coronilla—.

—¿Cómo podría? Él fue lo único que me mantuvo con vida cuando te fuiste. Creo que fui yo quien le dio muchos problemas.

KyungSoo se alejó un poco para poder mirarlo y, como era de esperarse, había una sombra opaca y fría en los ojos normalmente cálidos de JongIn. Le acarició la mejilla dulcemente y alzó el rostro para besar con cuidado sus labios, como si temiera romperlo en medio de su consuelo. JongIn dejó escapar un suspiro y cuando sus bocas se separaron volvieron a abrazarse, esta vez con más fuerza, como si necesitaran anclarse entre ellos para poder superar los duros recuerdos.

—Ya lo había dicho antes, pero reitero mis palabras ahora también: hiciste un buen trabajo con ellos. Lo hiciste muy bien y me haces sentir orgulloso, JongIn. Por otro lado, no puedo decir que yo haya sido un padre excepcional en ese entonces. Él se merecía algo mejor.

—¿Qué podrías haberle ofrecido en tus circunstancias? Que él pudiera sobrevivir, que pudieras mantenerlo con vida a pesar de todo y me hayas dicho donde encontrarlo... KyungSoo, eso limpia cualquier posible error que hayas podido cometer. Fuiste un gran padre para nuestro hijo.

Fue inevitable, sus orejas cayeron a cada lado de su rostro y sus colas no se resistieron por más tiempo, brillando antes de aparecer bajo su túnica externa, tan pomposas, bonitas y cuidadas como su propio cabello. JongIn, notando su estado de ánimo en decadencia, lo tomó en sus brazos y lo sentó en su regazo; de esta manera podría abrazarlo más profundamente y KyungSoo podría hallarse mucho más cómodo en su pecho, abarcando todo el espacio que JongIn tenía para ofrecer y disfrutando de la seguridad de ser encerrado entre sus fuertes brazos. Cerró los ojos con su rostro reposando en su pectoral y sus manos descansaron a cada lado del mismo, abiertas y sintiendo el calor y el acelerado ritmo del corazón de JongIn.

Destinos CruzadosWhere stories live. Discover now