Pensamientos

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*IMPORTANTE: leer nota al final del capitulo*

-Harry, vamos debes decirnos que sucedió- la voz de un pelirrojo algo molesto resonaba en la sala común de Gryffindor, el ambiente se sentía pesado, solo había tres amigos sentados frente a la chimenea, en un sillón algo viejo, pero bastante cómodo. 

El chico de oro no dijo ni una palabra, su mirada estaba fija en el suelo, con un semblante gris y decaído, su suéter cubría sus manos, las cuales estaban apretadas en un puño, acababa de regresar de la oficina de Umbridge y sus amigos sabían perfectamente cuál era el castigo que había recibido, era injusto, pero después de todo, había lastimado no solo al heredero de los Malfoy si no que al miembro más importante de la Brigada Inquisitorial, o eso según los rumores, por que el pelinegro no había dicho ni una palabra desde que lo encontraron a lado de Draco Malfoy en el suelo de las mazmorras.  

Harry se levantó sin mirar a sus amigos de nuevo, no había podido leer la carta de sus padrinos, y ahora no tenía en absoluto ganas de saber qué era lo que decía, no valía ya la pena ahora que quizás aquel mago de Slytherin lo odiaría por siempre, ahora en definitiva se sentía inseguro, si tan solo supiera cómo actuar con otros, con Cedric todo había sido distinto, más fácil incluso, pero el niño de oro tenía que recordarse que Draco no era Cedric, no estaban ni remotamente cerca a ser parecidos, y quizás esa era su respuesta, aquel Slytherin que se había tomado la molestia de ayudarlo y escucharlo no era Cedric Diggory, el heredero de los Malfoy lo hacía sentir distinto, su convivencia e historia era completamente diferente, ambos chicos son únicos, y hacían que el corazón de Harry latiera a toda velocidad, manteniéndolo fuerte para enfrentar cualquier adversidad, pero cada uno era único. 

-¿Harry?- la voz de una castaña sonó por lo bajo, mientras colocaba su mano sobre el hombro del pelinegro de manera de apoyo, fue entonces que pareció que el elegido salio de su trance mirando a Hermione, no dijo nada pero por la mirada que le estaba dando supo que Harry sabía como solucionar lo que fuese que estuviera pasando, así que la bruja solo se limitó a sonreírle con aprobación y asentir, confiaba en su mejor amigos, y de alguna forma sabía que Harry debía hacerlo solo, pero ni ella ni Ron lo dejarían solo -Dinos que hacer Harry- 

El pelinegro solo atino a levantar la cabeza y salir corriendo tomando su usual suéter color guinda recorriendo a prisas los extensos pasillos del castillo, era común ver al chico de oro correr por el castillo, así que la mayoría solía ignorar aquel hecho, ocasionando que Harry constantemente tuviera que esquivar estudiantes frente a él, su mirada trabajaba más rápido que su cabeza, leería la carta y decidiría que hacer, pero dentro de sí, sabía perfectamente que es lo que debía hacer. 

-Joven Malfoy díganos qué fue lo que sucedió- la voz de un adulto molesto preguntaba por segunda vez al rubio que era lo que había sucedido entre él y el niño de oro pero Draco no parecía querer cooperar en el asunto, no tenía la intención de delatar al pelinegro aun si se había portado a punto de vista de Draco como un completo idiota. 

-Solo ha sido un efecto secundario de la maldición profesor- el Slytherin había pasado dos horas en revisión con Madam Pomfrey y su padrino se encontraba ahí mirándole con atención por si sucedía algo malo de nuevo, así que el rubio considero prudente evitar la confrontación con el niño de oro, al menos por ahora -me siento mucho mejor ahora, ¿Puedo retirarme?- el tono elegante y arrogante que usaba hacía que sonara igual a su padre, lo que generaba que la gente se sintiera obligada a acceder a la petición o demanda, y esta vez no fue la excepción, Madam Pomfrey al revisar y no ver ningún daño aparente solo suspiro y asintió dejando que el rubio saliera de la enfermería, advirtiendo únicamente alejarse de descargas grandes de energía  y usar mínima e indispensablemente su magia. 

Quedate conmigo(Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora