Capítulo 25.

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¡Y aquí vamos con lo nuevo!

Capítulo 25.

El autocar se detuvo frente a un lujoso hotel de cinco estrellas llamado City Walls Palace.

April estaba completamente hiperactiva junto a Christian y, en los asientos de detrás, Ian e Irina se encontraban recostados el uno encima del otro escuchando música con los ojos cerrados.

—¡Estamos en York! —gritó April, tirando del auricular de Irina y, por consiguiente, del de Ian.

Por la ventana se veía el hotel, imponente, con maravillosos jardines alrededor y construido completamente en piedra.

—¿Dónde vamos a bailar? —preguntó Irina.

Christian sacó de su bolsillo un folleto doblado diez mil veces y se quedó observándolo unos segundos.

—Mañana, viernes... a las nueve en el New Theatre.

Para Irina eso era increíble. ¿Quién le habría dicho a ella al inicio del curso que eso ocurriría? Nunca habría imaginado estar allí...

Volvió a recordar el día que se fue de su casa, sin ni siquiera volver a ver el rostro de su padre. Se preguntó cómo estaría él, ¿la habría echado de menos de alguna forma?

Ian notó cómo el rostro de su novia había decaído un poco, así que con suavidad la acercó a él y le dio un cariñoso beso en la mejilla.

—Estamos aquí —le susurró él al oído—, ¡menudo hotelazo!

Bajaron del autobús cargando con las maletas y admiraron, boquiabiertos, la elegancia del edificio en el que dormirían durante tres noches.

Los dos profesores encargados de acompañarlos eran Chloe y Orlando. Ambos se colocaron delante de los veinte alumnos de la academia.

—Vamos a estar aquí tres noches, alumnos, por lo que sólo les daremos una tarjeta a cada uno para abrir su habitación. Si pierden la tarjeta... Duermen en el pasillo.

En el rostro de Orlando se dibujó una sonrisa algo siniestra, y Chloe comenzó a repartir las tarjetas.

—Dormís de dos en dos, los chicos no pueden entrar en las habitaciones de las chicas. —Bajó la voz, para que Orlando no la oyera—. Aunque bueno, por un ratito... nadie va a darse cuenta.

La profesora les guiñó un ojo y todos rieron, divertidos.

Orlando puso cara de extremo aburrimiento.

—Dudo que al final de la noche sepan siquiera dónde está el hotel, o en qué ciudad se encuentran... —murmuró mientras agarraba su maleta y subía las escaleras que llevaban al City Walls Palace.

Chloe, por el contrario, sonrió ampliamente al dirigirse a sus alumnos.

—Por hoy tenéis el día libre, pero tened en cuenta que mañana por la mañana ensayaremos con la compañía de danza que nos ha invitado a formar parte de ellos durante el festival. Si llegáis tarde... —Se quedó pensando un momento, y finalmente sonrió—. Creedme, simplemente no queréis hacerlo.

Todos estaban tremendamente excitados, ¡significaba muchísimo estar allí! Era el sueño de cualquier alumno de la academia.

—Sed puntuales y responsables, chicos, ¡mañana será un día muy especial!

Por dentro el hotel era enorme y muy lujoso. Había un amplio hall, adornado con  lámparas colgantes y con un brillante suelo de piedra pulida.

—¡Esto es precioso! —exclamó Irina, sin dejar de mirar hacia el techo, adornado con relieves pintados.

Dance, sólo baila.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora