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Los siguientes días transcurrieron de manera vertiginosa para Kylian: reuniones extenuantes con los abogados. Kasha completamente incomunicada que no paraba de llorar pues ya sabía quién era Joe y el hecho de que la había utilizado. Su padre, vigilado, permanecía a su lado sintiéndose, sin remedio, en gran parte culpable, estar con ella en medio de esa pesadilla, lo estaban haciendo caer en cuenta de su propia cobardía.

Kylian tan solo se comunicaba por teléfono con Kasha y Káran, mismo que les proporcionaba el equipo de seguridad que la tenían absolutamente incomunicada. Fue así como comprendió que su hermano tenía razón: Joe no la quería, ella, crédula, estúpida, actuó de una manera baja y delictiva con tal de tenerlo a su lado.

Estaba muy avergonzada, sufriendo de ansiedad, ataques de estrés, tanto que un médico había tenido que recetarle calmantes.

Aun no entendía por qué Londo Streoss estaba cooperando, por qué no había buscado que pagara por el delito que sí cometió. Se sabía responsable, una delincuente y el que ese hombre fuese magnánimo con ella no solo dejando atrás cualquier reclamo, sino ayudando con contactos en el área penal que guiaran el caso de manera que no tocara prisión, la tenía en shock y sintiéndose miserable.

Lo cierto es que su hermano estaba cargando con todo ese asunto, como solía, siendo el pilar en el que siempre se recargó y eso la hundía más. Kylian había sido esa figura imponente e importante que necesitó, quien la cuidaba para que nadie se metiera con ella en el colegio, quien la arropaba por las noches cuando nadie más lo hacía, quien estaba al tanto de que no se saltara comidas como a veces le ocurría al perderse en esa cabeza llena siempre de números.

Kasha siempre fue rechazada, una niña con ese coeficiente no lograba encajar en ningún sitio, la atormentaban también pues a pesar de ser hermosa, no tenía habilidades sociales, es por ello que en los números siempre encontró esa seguridad y refugio que el mundo le negaba, salvo su hermano, cuando no estaba ocupado tratando de ser un adulto con apenas edad para sacar carnet de conducir.

Era buena para hacer predicciones en base a cálculos, para entender el movimiento de los mercados, pero en su vida personal era muy diferente y la necesidad de encontrar aprobación, cariño, dulzura, protección, la habían llevado una y otra vez a hacer cosas tristes, muy tristes, como entregar su cuerpo sin deseo alguno, responder exámenes por otros chicos, hacer el trabajo de una de sus parejas, pues era recompensada con palabrería tierna y caricias lentas.

Pero de todo lo hecho, sin duda, esto había sido lo peor por mucho y es que Joe se había metido bajo su piel, en su corazón, convirtiéndose en lo que necesitaba, en lo que deseaba.

Ahora, alejada de la situación, de acuerdo a los propios cálculos, la improbabilidad estaba clara a millas de distancia, pero su corazón siempre había sido idiota y solía imponerse a su cabeza, pues esta solo le había servido para que la usaran y aprovecharan, tal como en ese momento.

Kylian, por otro lado, cada día se sentía más perdido, hundido era la palabra. No dormía bien, estaba perdiendo peso y pasaba horas absorto en la foto que tenía de su boda, esa que obligó a que ocurriera y, que aún así, había sido un día que jamás olvidaría.

Sabía por Londo que Samantha estaba bien, le mandaba mensaje cada tanto, mismos que ella respondía de manera escueta. Los papeles de divorcio esa tarde se los había hecho llegar, ni siquiera había querido revisarlo, él acataría las condiciones que ella estableciera, las que fueran. Se la debía, pero eso no lo hacía sencillo, en lo absoluto.

Era consciente, también, de que debía sincerarse con Londo, aun no daba crédito del apoyo discreto que estaba recibiendo por su parte, de sus atenciones y tacto respecto al tema de Kasha. Gracias a él, su hermana menor, tenía muchas posibilidades, aunado a la confirmación por parte de la investigación que realizaron los árabes, donde encontraron una serie de irregularidades bastante oscuras en la vida de Gadrik, mismas que lo vinculaban incluso en la desaparición de algunos hombres.

Solo para mí.  Serie Streoss I •BOSTON•Where stories live. Discover now