⋆ 8 ⋆

5.9K 1K 40
                                    


—Hay dos condiciones —habló alterada.

—No recuerdo que estés en posición de pedir nada —contradijo Kilyan, tormentosamente calmado. Ella apretó el teléfono, con el corazón martilleando, buscando por todos los medios no pensar en lo que iba a hacer.

—Cooperarás de buena gana para descubrir quien hizo el fraude y hundirás a esa persona.

—¿Incluso si es tu padre?

—¡No es él! —gritó en el jardín, alejándose más, temblando con los ojos enrojecidos, pero sin llorar.

—Bien. Encontraré quien fue y lo hundiré —prometió. Ella soltó el aire contenido solo un poco.

—Y... no le quitarás la empresa —soltó deprisa, pero la carcajada masculina de Kilyan heló su sangre.

—Haré lo que me venga en gana, pero te puedo asegurar que si lo hago les haré un favor. Camile podrá dedicarse a lo suyo sin estar preocupado por Londo, y tu padre descansará para que su salud no esté en juego, además de ensanchar sus arcas, no perderá al contrario. ¿No te parece que ha trabajado ya demasiado?

—Damen o Kyle podrían manejarla sin problemas, además de Camile, así que gracias, pero esto es de mi padre.

—Samantha, no discutiré nada contigo, solo puedo prometerte lo que ya te mencioné y te aseguro, por otro lado, que ninguno de tus hermanos tiene especial interés en la empresa, y si yo la adquiero, siendo tú mi esposa, no saldría de la familia. Me parece que es lo que quieres, ¿no?

—Te odio, lo sabes, ¿verdad?

—Me da igual, pero faltas de respeto no serán aceptadas.

—Una esposa sumisa, respetuosa, obediente y fábrica de bebés. Anotado.

—Bueno, si así lo quieres ver, no suena mal.

—Estás arruinando mi vida, espero que por lo menos tu consciencia lo sepa.

—Hasta donde yo lo entiendo, de hecho, estoy evitándolo. Porque no veo cómo podrías seguir haciendo lo que haces con Londo tras las rejas, en la ruina o mal de salud.

—Bastardo —rugió.

—Entonces, ¿es un sí? Señorita Streoss.

—¿Tengo opciones?

—Siempre las hay.

—Idiota.

—Eh, el respeto, Samantha, se da lo que se recibe, recuerda eso.

—Tú también tenías opciones, Kilyan, pudiste hacer las cosas de otra forma.

—Así me conviene. ¿Entonces?

—Sí —murmuró con la garganta ardiéndole, tragándose el llanto.

—Sí, qué —la provocó con aquella voz que erizaba su pie. La joven cerró los ojos y tomó aire.

—Sí me casaré contigo —dijo y colgó enseguida.

Kilyan se quedó con el teléfono en la mano, negó pasándose una mano por el cabello, perdiendo su atención en la piscina, en el vapor que emitía el agua tibia en contacto con el aire fresco. Suspiró.

Estaba seguro de que aceptaría, era imposible lo contrario. La acorraló, lo tenía bien claro, pero pronto se daría cuenta de que no era para montar drama.

Eran adultos los dos. Ella, por lo que sabía, estaba terminando su titulación, tenía buen promedio y por lo que le habían dicho de reputación intachable, buena hija y hermana, no solía estar en las fiestas del circulo al que pertenecía, salvo en contadas ocasiones en las que su familia completa asistía. Eso le pareció adecuado.

Solo para mí.  Serie Streoss I •BOSTON•Where stories live. Discover now