Trago duro. Juro que trato de morder mi lengua y no soltar cualquiera de los pensamientos que se me vienen a la cabeza pero, como si mi mente haya quedado noqueada y mi corazón haya tomado el control, dando voz digo- Lo lamento ¿bien? He pedido disculpas. No voy a volver a hacerlo- mis ojos relampaguean- ya no ¿Y sabes por qué?- sin esperar que responda, espeto- Porque a diferencia de tí, yo sí que fui casi honesta desde el principio. Te dije que no te gustaría saber lo de tu hermana y que me dejarías. Tú no quisiste verlo ni oírlo. Tú- levanto una mano para callar su respuesta- ¿Qué era lo que me dijiste el día antes de alejarte y romper tu promesa de no irte nunca?- hago silencio. Nos miramos uno al otro- Que me querías y permaneceríamos juntos aún a pesar de todo. Eso de encontrar, buscar y all inclusive ¿recuerdas? Sin poder evitar que el dolor se filtre por mi voz, finalmente le susurro- prometiste no dejar que nada nos separara pero, no lo hiciste- derrotada continúo- te alejaste sin hablar conmigo. - Yo...- empieza él. Niego con la cabeza- no debí de creerte. No debí de confiar en tu palabra- con determinación y fuerza interior declaro- Pero ese fue mi error y, por eso, si que voy a pedir disculpas- hago una inclinación de cabeza- lo lamento, Stefan. Que sigas genial. Y me doy media vuelta, alejándome de allí.
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