Ahí estaba yo, en mi habitación, dibujando como siempre solía hacerlo. Mis únicos amigos, los dibujos. Dibujar para mí no era tan malo, mi madre decía que tengo un don para dibujar, Claro que lo único que le molestaba era lo que dibujaba. Unos de mis creepypastas favoritos, Hoodie...Lo admiraba, el para mí lo era todo. Me podía pasar horas dibujandolo y haciendo millones y millones de dibujos de él. Me encantaban tanto como las creepypastas y tanto como él. Siempre había deceado ser como Hoodie, peligrosa, seria. Me vestía siempre como él, tenía muchas capuchas y gracias a eso mis compañeros del colegio me molestaban. A mí nunca me importó lo que me dijeran, solo me importaba Hoodie.... El chico de la Capucha....