¿Qué pasa si después de años de súplica, tus padres deciden aceptar tu decisión y te dejan ir de intercambio por un año al extranjero? Genial. ¿Y si la gente con la que te toca vivir es una familia con tres hijos? Aún mejor. Pero... ¿y si el hijo mediano de la familia resulta ser un auténtico pedante, sarcástico y ególatra? A mayores de narcisista y creído, claro. Ahí se empiezan a complicar las cosas, y para colmo, es de mi edad. Nunca dijeron que vivir en otro país, las veinticuatro horas del día con otra familia sería fácil, y eso yo lo sabía. Pero ahora, al tener que aguantar a Dylan, creo que se complican más de lo que pensaba en un principio. Dicen que del odio al amor hay un solo paso, una línea fina casi inexistente, pero yo no me creo nada de eso. Y en este caso, no va a pasar, lo tengo seguro.