En un pequeño taller de Monterrey, México, Rodrigo Padilla observaba montañas de desechos electrónicos, cada pieza un testimonio silencioso de la era digital en la que vivimos. Pero donde otros veían basura, Rodrigo veía potencial: oro, plata, y platino, esperando ser redescubiertos y valorizados. Así nació RCE, una empresa destinada a transformar la industria del reciclaje electrónico en México y más allá.