Si alguien se encuentra leyendo esto, corre. No mires atrás, no pienses en esconderte. Corre y, hagas lo que hagas, no mires los espejos. Ellos están observando, y te atraparán en cuanto te despistes. Te pondrán a prueba, y es difícil que puedas ganar. Si ya has roto esta principal regla, te deseo toda la suerte del mundo, y rezo a Dios para que salvaguarde tu alma. Lo necesitarás.
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