Peter trabaja en una pequeña empresa, en la que se encarga de sacar periódicos, revistas e incluso shows sobre distintos temas. La empresa se le ocurrió cambiar de director y allí es donde el nuevo director le hizo la vida imposible a Peter entregándole una miseria de sueldo. La mayor parte de la miseria que recibía del director y de las pensiones que cobraba de sus antiguos socios se iba en alquileres y en la escuela de sus hijos. A este paso Peter se quedaría sin nada. No tuvo más remedio que buscarse un segundo empleo, que le ayudara a conseguir más dinero y una vida mejor.