Una bruja. Una canción. Una nana mortal.
Ella se los llevó a todos, y dejó al poblado triste. Y furioso.
-Todo es por mis pequeños-dijo. Y también habló de un jardín.
*Continuación de EL HIJO DE LA MUERTE.
Una bruja. Una canción. Una nana mortal.
Ella se los llevó a todos, y dejó al poblado triste. Y furioso.
-Todo es por mis pequeños-dijo. Y también habló de un jardín.
*Continuación de EL HIJO DE LA MUERTE.
Todos cargamos con un poco de locura dentro de nosotros. Y es esa irracionalidad la que lo alimenta, la que dibuja una sonrisa que muestra sus dientes afilados y listos para romper piel y destilar sa...