Xiao Zhan nunca imaginó que protagonizaría una historia con tantas emociones contenidas como la de Wei Wuxian, sentía que el Patriarca YiLing comenzaba a incrustarse en su piel, de otra manera no podría justificar el deseo de arrancarle las túnicas blancas a Lan Wangji. Sus pensamientos lograron asustarlo, Wang Yibo tampoco lo hacía sencillo de sobrellevar al ser tan complaciente con él y buscar constantemente su atención.