Hace 50 años, en un lugar perdido en lo que hoy en día se conoce el Reino Unido, existía un reino llamado Blackwood. Backwood era conocido por su difícil acceso, puesto a que se encontraba escondido a lo alto de una colina y rodeado por frondoso bosque. La leyenda cuenta que si una persona salía de los alrededores del reino no volvía a ser vista. Pero también había otra profecía que decía que el forastero que lograra encontrar el reino y ganarse el corazón de la princesa, se convertiría en el rey. Los reyes de Blackwood eran una familia noble que vivía en el castillo con sus dos hijos: Elisenda Marie y Niall James. El rey, era una persona conocida por su pueblo por su valentía y su destreza en la lucha y en llevar las riendas del reino, pero sus días se estaban terminando puesto a que sufría una terrible enfermedad del corazón. Todo el reino creía que cuando el rey muriera las riendas iban a ser pasadas a su hijo Niall, pero todo cambia cuando, de la noche a la mañana, llega al pueblo un muchacho joven con el cuerpo cubierto en sangre y heridas, pidiendo ayuda y refugio.