Lost Kingdom (Harry Styles) [AU]

Prólogo

Corría y corría. Sentía sus pulmones contraerse y cada vez le era más difícil respirar, pero no podía parar. Sentía los ruidos de la criatura que le perseguía cada vez más cerca. Su cuerpo le pedía que parara, que no iba a poder más, pero él intentaba salvarse, llegar a un lugar seguro, por lo que no pararía. Mantenía la vista fija en el horizonte pero podía ver su alrededor y tenía la sensación de estar dando vueltas, pues el bosque le resultaba todo el rato igual.

Su mala elección fue girarse a comprobar la distancia que le separaba de las bestias puesto que al hacerlo perdió el equilibrio y topó con el suelo.

 Asustado y temiendo por su vida, intentó levantarse lo más rápido posible, cuando sintió un dolor agudo en el tobillo. Aun así intentó retomar la marcha, aunque fue demasiado tarde y las criaturas se le tiraron encima.

Con toda la fuerza que pudo, intentó zafarse de sus garras pero le era imposible y notó como éstas rasgaban su cuerpo. Fue entonces cuando recordó el arma que llevaba en su cintura y, sacando la pistola le disparó a una de las criaturas que se encontraba encima suyo, dándole la ventaja necesaria para levantarse y huir de las demás, esta vez sin mirar atrás.

Tras unos minutos de correr vio lo que parecía un camino alejado y estrecho por el que esperaba que las criaturas no cabiesen, así que de forma apresurada se metió. Cuando vio que ya no le perseguían ralentizó su marcha e intentó volver a tomar aire, ya que sentía como sus pulmones se cerraban y cada vez le costaba más respirar. Fue entonces cuando se empezó a marear y se dio cuenta de que estaba sufriendo un ataque de asma y no llevaba su inhalador. Intentando relajarse siguió andando a una velocidad anormalmente lenta hasta que a lo lejos vio unas murallas que escondían un pueblo y volvió a acelerar su velocidad.

“SOCORRO! QUE ALGUIEN ME AYUDE!”. Gritó nada más cruzarlas al ver a gente “AYUDA POR FAVOR!!”.

 Fue en ese momento en el que sintió que su cuerpo no daba más de sí y se dejó caer al suelo, rendido. Lo último que vio antes de que la oscuridad se adueñara de él fue a la gente corriendo hacia él y a una señora agachándose delante suyo.