Una suave melodía sonaba por todo el salón. Era tranquila y constante, aquellas que sirven para que uno agarre la mano de alguien y de vueltas por todo el lugar, fingiendo saber bailar cuando en realidad solo se mecen de un lado a otro. Si le preguntaban a Aizawa, él diría que era algo melancólica. Quizás era el piano, con sus notas agudas o el sonido del violín detrás, que daban una vibra de soledad. O quizás era por el hecho de que la persona que amaba se encontraba bailando con alguien más. ¡Feliz cumpleaños, All Might! (definitivamente atrasado, pero no iba a no darle un feliz cumpleaños a mí bebé)