Cuando estás destinado a una persona, su piel, sus caricias te embriagan... Sientes que ya no es lo mismo con nadie.. Y es así, ya no necesitas de nadie más que no sea de esa persona, y es mejor tenerla a tu lado que dejarla ir con tu vida entera.. Yo le pertenecía a él y él me pertenecía a mi, no solo en cuerpo, sino en alma, aquellas que se habían juntado para ser una sola.