Su meta se ve nublada con el crecer de sus sentimientos por aquel pequeño de cabellos rojizos y mirada fuerte, aquel pequeño niño que para su mala fortuna es su primo. Kouen se estaba filtrando entre los espacios de su defensa para no enamorarse y lo peor, o tal vez lo mejor, es que no lo hacía con ese propósito. Como la droga perfecta Hakuyuu se haría adicto a Kouen si el tiempo continuaba caminando a su favor ¿Cuanto pasaría para que el Rukh le dejara continuar con eso? ¿Cuantas mañanas podría despertar para seguir queriendo al menor antes que su mundo se fuera a derrumbar? Kouen iba a continuar su papel cuando Hakuyuu se fuera pero, ¿el tiempo juntos habría sido suficiente para que el mayor de los peligrosos no se ahogara en dolor?