𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆...

By neosooft

4.8K 281 88

•+18 | ¡Enjoy it! Una tarde bajo la lluvia, sus almas se reencontraron. Su silueta parecía, entre todas, la m... More

Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10

Capítulo 2

567 39 5
By neosooft

La tormenta era descomunal, fúnebre y nostálgica. Nunca antes me había sentido tan perdida, tan inexacta e indigna por un hombre, y mucho menos por uno que se había atrevido a usar la fuerza física para intimidar mi psicología.

Las luces bajas de la tarde por el nuboso y grisáceo día permitieron que de igual manera quisiera estar bajo la comodidad de un fuerte techo y el calor de una aterciopelada cama, y no fue ni siquiera necesario que yo le pidiera aquello a Taehyung por algo a cambio. Usualmente, Kim y yo solíamos hacer eso cuando vivíamos juntos, utilizábamos el concepto de intercambio a nuestra manera, con nuestras reglas y con nuestra propia inexperiencia a raíz de la curiosidad y el deseo que él tenía por mí y por supuesto, el que yo incontrolablemente tenía por su persona. Aquello podía explicarse como 'interés', puesto que tanto a él como a mí nos interesaba sin vergüenza la idea de conseguir algo a cambio de cualquier cosa que fuese de índole carnal (en aquellos tiempos). Teníamos alrededor de dieciséis años cuando comenzamos a vivir juntos en casa de mi madre; el padre de Kim, trabajó con mi madre algunos años por lo que constantemente en aquel tiempo salían mucho juntos, dejándome cada vez más cerca de aquel agujero negro que todavía recordaba como 'mi primer novio'. Al estar largas horas a solas con él, en mi silencioso hogar, me hacia sentir tan dichosa y sin embargo recordarlo en la actualidad me provocaba una vergüenza descomunal que desearía olvidar fácilmente, pero aun así podría catalogarlo como la mejor etapa de mi vida por varias razones.

Tiempo después yo supe que mi madre y su padre habían tenido cierto idilio secreto del cual dado a nuestro ensimismado placer con Taehyung no habíamos ni siquiera sospechado, y siendo sincera hubiera deseado que esos días nunca hubieran llegado a su fin, que esas tardes a solas con su compañía hubieran durado hasta la actualidad, pero entonces nuestros caminos se bifurcaron de repente cuando un día Kim Taehyung decidió irse por su cuenta de la ciudad, rompiendo por primera vez mi pequeño corazón.

—¿No vas a decirme nada?

Me decidí preguntarle por puro capricho y cierto rencor que me producía tenerlo cerca otra vez, su nombre era familiar pero su mera compañia casi remota se me hacía ciertamente desconocida. Estaba tenso y un poco incómodo quizás, lo intenté descifrar al mismo tiempo que observaba como una de sus manos se resguardaba del frío en el bolsillo de su abrigo, mientras que la otra sostenía el paraguas sobre nuestros cuerpos que caminaban bajo la lluvia gélidos y temblorosos. Yo por mi simple estupidez yacía en un estado de congelación mayor puesto que había estado unos largos diez minutos bajo la lluvia llorando, lamentándome inútilmente por mi vehemencia. Lo oí resoplar con dureza al mismo tiempo que me observaba con remordimiento y aversión. Aquello me descolocó ligeramente y no pude evitar sentirme pequeña bajo su penetrante mirada oscura que me decía que lo mejor que podía hacer era estar en silencio, aún así a pesar de mi anterior estado de melancolía, a su lado era incapaz de no sentirme eufórica, porque su persona me daba luz verde para ser una mujer casada que haría lo que fuera por conseguir aquello que siempre pedía y exigía de rodillas ante él y a espaldas de (todavía) mi esposo.

En mi ensimismado ser y por mi despiste no me di ni cuenta cuando ahora me encontraba adentrándome junto a él en un apartamento de unos considerables amplios metros cuadrados que me dejaron boca abierta. A penas pude observar mi entorno sobre mis congelados pies cuando Taehyung tomó mi mano con una extraña posesión que me mandó a callar y hacer caso omiso a seguirlo tras su espalda. Me guió hasta el fondo del único pasillo en donde me soltó y con una neutra voz me ordenó que entrara cuanto antes para darme una ducha antes de que me lamentara esta vez por un horrible resfriado.

Me sentía desorientada, pero esta vez no era por Jaehyun sino por el ahora hombre que sorpresivamente no imaginé ver otra vez. Su comportamiento había cambiado al pasar los años y era obvio que así fue, pues cuando lo conocí era solo un tonto adolescente perdido sin siquiera saber qué seria en el futuro, mi error había sido quedarme con esa versión suya y esperar que ahora me llamara por mi nombre con tanta cursileria como antes, y es que yo antes solía desenvolverme en el mundo con tanta seguridad y egoísmo del cual al conocer a tal chico de ojos oscuros, hice que al mismo tiempo fuese participe de mi propio albedrío inquisitivo ante la curiosidad que ambos teníamos por lo único que movía nuestros pies en el mundo, ahora viéndolo desde mi adultez me parecía algo que nunca jamás antes me podría haber creído capaz, hablaba con ese tipo de blasfemias juveniles insensatas y hablaba como si lo supera todo solo por hacer preguntas que respondía al instante con solo deducirlo, Kim en ese aspecto siempre me pareció aburrido, sus preguntas no eran las mías y sus respuestas no me provocaban más allá de una profunda desilusión. Me decidí entrar finalmente al baño luego de que me dejó allí, pestañeando como una tonta con mi rostro rojizo y mis ojos hinchados de tanto llorar, al encerrarme en el baño suspiré con alivio permitiéndome mi tiempo para pensar y recuperarme del todo o al menos intentar calmar mis temblores a causa del frío.

Creía recordar al revés y al derecho como nos habíamos conocido, pero de tanto esforzarme por hacerlo me congelé volviendo a mi situación original; ahora me hallaba sumida en un mar de patrañas que para mi mala suerte iban dirigidas a mí, y como supe, toda la culpa recaía en mis hombros por haber sido una despreocupada esposa que nunca supo que su pareja tal vez era un imbécil, y es que en mi defensa yo creí rotundamente que la confianza era una parafernalia intangible que duraría hasta que la muerte nos separase, pero una vez más volvía a ser una tonta con los pies en la luna y la cabeza en otro espacio material desconocido. Mientras me mantenía pensando en aquello, por inercia comencé a desvestirme con la espalda pegada en la puerta a un ritmo lento y aburrido, al mismo tiempo que cuidaba mis espaldas inútilmente, puesto que yo creía saber que un hombre como Taehyung nunca entraría sin tocar a sabiendas de que posiblemente estuviera desnuda a punto de meterme a la ducha, y todavía menos cuando él mismo me lo había ordenado. Entonces mientras pensaba aquello, tres golpes del otro lado de la puerta llegaron a mis oídos logrando sobresaltarme y cambiar por unos segundos mi creencia sobre que Kim no entraría conmigo semidesnuda al baño. Rápidamente me di la vuelta cubriéndome con la primera toalla que se cruzó por mi vista y con una falsa sonrisa abrí la puerta unos centímetros tan solo para asomar mi cabeza.

—¿Si? —inquirí ciegamente con un tono de voz anticuado, casi como si fuese la mismísima reina de Inglaterra contestándole a su más insignificante sirviente. Lo observé unos segundos tan solo para que mi vista hallara algo diferente en él que no percaté en el primer momento de nuestro inesperado encuentro, sus ojos vagaron fugazmente por mi rostro para luego caer hacia sus manos las cuales sostenían algo del cual no presté atención hasta que fue mi primer plano al extenderlo sobre mi rostro.

—Ponte esto —me ordenó estampando la tela de la ropa seca sobre mi pecho como si no quisiera que yo por mi cuenta me acercara para recibirla como correspondía. Lo miré con indignación y molestia ante su fatuo comportamiento que no podía entender puesto que la apática indiferencia de sus acciones me hacía creer que yo lo estuviese molestando al estar en su casa obstruyendo su privacidad; lo observé esta vez con los ojos caídos e intenté decirle algo antes de que me dejara nuevamente pestañeando con desorientación, pero antes de que pudiera hacerlo su voz habló por sobre la mía volviendo a dejarme con la duda en la cabeza y las palabras en la boca—, cuando termines ve a la sala.

Su voz sonó aturdida y su rostro se encontraba en un estado neutro que no me decía nada. Usualmente cuando ves el semblante de una persona puedes deducir o claramente notar su estado de ánimo, sin embargo sentía que aplicar aquello con Taehyung era algo muy difícil en la actualidad, por lo que me sentí algo confundida y aquello me provocó cierta incomodidad al no saber si realmente quería que estuviera allí o si estaba rogando con que me marchara de una vez por todas en su interior y yo no me daba cuenta. Se giró nuevamente dándome un perfecto plano de su ancha y masculina espalda alejándose de mi cercanía para luego perderse al salir del pasillo. Observé detenidamente lo que parecían ser unos pantalones bien doblados de tela aterciopelada de un color oscuro junto con lo que parecía ser una sudadera grisácea con unas letras un tanto extrañas que no me detuve a revisar con cuidado, sobre mi pecho abracé la tela de aquella ropa intentando encontrar calor que por supuesto no me proporcionaría ya que estaba aún empapada; me adentré nuevamente en el baño y soltando un nuevo suspiro dejé todo de lado para por fin darme una ducha caliente. Aquella ducha me relajó, me hizo pensar en lo fabuloso que sería quedarme allí sin tener que volver a preocuparme por lo que parecía ser el fin de mi vida, pero cuando de pronto y sin freno mis cabeza volvió a la tierra mi cabeza colapsó en un mar de preguntas sobre Kim. ¿Qué hacía en Seúl? ¿Por qué se molestó en sacarme de esa tormenta? Usualmente pensaría que solamente fue una coincidencia habernos encontrado, pero que él haya venido hacia a mí con esa expresión seria me hacia creer que posiblemente estaba aquí por mí, por lo terrible que había sido nuestro desenlace como amigos, si es que realmente lo fuimos, puesto que nuestra relación era un tanto peculiar y nuestro trato únicamente promiscuo. El agua se volvió el segundo plano de mi ambientación cuando yo sin poderme contener me abracé a mi misma solo para volver a llorar como una adolescente, sollocé sin pudor y mientras lo hacía me apoyé en la fría pared de la ducha que me proporcionó un incómodo escalofrío. Me daba cierta vergüenza llorar en un lugar con tanto eco como aquel baño, sin embargo las ganas que tenía de soltarlo todo me hacían sentir insignificante e indigna. Sinceramente ya no sabía con exactitud porqué lloraba, puesto que lo único que me hacía cerrar los ojos y arrugarlos era Taehyung porque me había incomodado de sobremanera su actitud y hallaba la desesperación en mi pecho como reacción a ello, sin embargo pensar en Jaehyun me hacía sentir despreciable otra vez y con muchas más razones lloraba en mi soledad.

Cuando pude calmarme una vez más, salí de la ducha y me vestí con cierta humillación que me daba estar casa de un viejo conocido que no se veía muy feliz, utilizando su ropa y que misteriosamente me trataba como una extraña. Cuando terminé, salí del baño con la toalla en la cabeza y con mi ropa mojada en las manos, me dirigí a donde Kim me había indicado hace varios minutos atrás y para mi sorpresa me hallé sola aún, esperaba encontrarlo en la sala, pero ni siquiera había rastro de que él estuviera siquiera en la cercanía. Mi sentido común me gritaba que me fuera de allí y evitara volver a verlo en mi vida, pero mi sentimiento de curiosidad me obligaba a quedarme allí en el sofá esperando a que él llegara solo para verme con su ropa.

Y así fue, lo vi salir por una de las puertas en el pasillo frente a mí, todo indicaba de que él se había duchado igual que yo, y me tocó presenciar en un perfecto primer plano su pijama ligero azul marino de tela brillante, su cabello se notaba húmedo y de no ser por tener esa toalla en su cuello ya hubiese humedecido su pijama. Lo observé de arriba hacia abajo por inercia, y sin quererlo pude notar como se perturbó de cierta manera al darse cuenta de que mis ojos pararon en el escote en V de su pijama; yo por mi parte juraba que aquello no lo había hecho a propósito, solamente sentía cierta curiosidad por mirarlo desde lejos como si estuviese modelándome un conjunto nuevo. Tomó la toalla entre sus dedos y la estiró sobre su cabeza para sacudir su cabello con tal de secarlo al mismo tiempo que sus pasos cesaban al frente de mí. Debía reconocer que su presencia me ponía nerviosa y para su bien, me hacía sentir como una pequeña hormiguita en la tela de una araña a punto de ser su cena.

Kim irradiaba cierta esencia oscura, que no precisamente me asustaba, sino que me hacía sentir como una pecadora sin remedio alguno, porque cuando nos conocimos era solo un adolescente en camino a ser un hombre, y ahora que lo tenía en frente de mí con esa sensualidad y clemencia varonil que nunca antes había visto en él me provocaba una culpa mortal por pensar con mi cuerpo y no con la cabeza como lo hubiera hecho si mi matrimonio no estuviera arruinado.

—¿Quieres comer algo? —me preguntó con los ojos juzgándome desde su gran altura que me provocó querer mirar hacia abajo, o más bien hacía al frente puesto que estaba sentada y sus caderas estaban a la altura de mis ojos. Me sentía tan culpable por tener sentimientos así por alguien que se quedó en mi pasado, porque a pesar de que me fuese a divorciar de Jaehyun, yo sentía que estaba a punto de serle infiel con mi primer amor si es que me dejaba llevar por mi vehemencia.

—No... Gracias. —respondí rápidamente. Bajé mi mirada hacia mis pies evitando a toda costa mirar hacia donde realmente me daba curiosidad mirar, sabía que hacerlo sería demasiado inmoral, puesto que ahora las cosas eran diferentes, tanto Taehyung como yo crecimos y seguir con nuestro juego luego de muchos años sería algo estúpido además de inadecuado. Lo escuché sentarse en el sofá del frente dado a que no lo miraba en ese momento, y no levanté mi mirada solo hasta que él volvió a hablarme con ese tono tan monótono y ronco con el cual me había estado hablando desde que llegué a su casa.

—Te ves horrible, Gaeri. —esta vez mi rostro estaba lleno de desagrado, porque nadie aceptaría un insulto como ese y mucho menos yo viniendo de alguien que no me "conocía" o más bien no conocía mi actual yo. Entrecerré mis ojos y tensé mis cejas al mismo tiempo que intentaba contestarle para que se arrepintiera de haber dicho algo así.

—¿Me veo horrible? ¿en serio, Taehyung? —cuestioné con un notorio sarcasmo y molestia que de alguna forma a él le hizo gracia. Soltó una débil risa casi imperceptible que me molestó aún más dado a la falta de seriedad que él percibía en mí, tal vez por haberme encontrado llorando en medio de la lluvia, o quizás porque me veía graciosa en su ropa, sea cual fuese su razón la desaprobaba.

—Creía recordar que cualquier cosa que dijese estaría bien si te llamaba Gaeri —me dijo moviendo su cabeza de forma oblicua hacia un lado, en dirección a su hombro. Me observó nuevamente con esa mirada seria y yo sin poder comprenderlo lo miré intentando recordar lo que él me decía. —de todas formas, me refería que te ves muy cansada. —me aclaró volviendo a enderezar su cabeza para observarme con un perfecto eje.

—¿Por qué me vería cansada? estoy excelente. —dije por puro capricho y deseos de que él estuviese equivocado, pero en realidad lo que hice fue hacer que su seriedad se presentara en su rostro por mi culpa. Movió una de sus manos sobre su nuca para acariciar su húmedo cabello de atrás al mismo tiempo que desviaba su mirada hacia algún punto seco detrás de mí.

—No lo sé... Tal vez porque has estado llorando tanto y no sé porqué —murmuró volviendo a mirarme a los ojos como si quisiera corroborar sus palabras con mi reacción que fue tan distinta a como lo había querido en un principio, pues todo mi cuerpo me delataba.

—¿Y quieres saberlo? —mi ironía no le causaba gracia, pero aún así notaba como le divertían mis contestaciones que pretendían ser intimidantes, pero ni siquiera llegaban a ser inquietantes, y ni siquiera de cerca se parecía a lo que realmente quería que fuese. Lo vi negar con la cabeza lentamente con sus ojos recorriendo fugazmente el entorno para volver a mirarme a mí con sus oscuras orbes que hasta ahora me intimidaban a la distancia.

—No, pero estás aquí por eso, y eso quiere decir que algo malo sucedió, es todo lo que necesito saber, porque sinceramente no me interesa —su respuesta parecía un insulto hacia mí, pero tenía razón, no tenía porqué interesarse en mi vida y yo en la suya, solo estaba aquí porque estaba empapada en la lluvia. Asentí rápidamente con la cabeza sin decir nada, porque eso me descolocó primeramente porque caí en cuenta de que me había traído aquí por mera amabilidad, o por lo que habíamos tenido en el inicio de nuestra juventud, él no había ido hacia mí realmente, solo fui yo la que lo obligó a desprenderse de sus planes para venir aquí, pensar eso me hizo sentir como una idiota, puesto que yo me sentí de una manera muy distinta al verlo otra vez e incluso me vi pensando en la posibilidad de que quisiera algo más conmigo fuera de lo sentimental, pero ni siquiera esas parecían sus intenciones.

—Claro, yo solo... Entonces.., ¿Cómo has estado? —pregunté trastabillando con la curiosidad pegada en la frente. Me causaba demasiada curiosidad saber qué había conseguido en la vida luego de habernos separado, porque cuando vivíamos juntos él parecía tener la vida arreglada ya que sus preferencias eran las que cualquier niño rico hubiese escogido, sin embargo aquello no lo había conseguido por una bolsa de oro, más bien por su irreconocido esfuerzo que solo yo en el pasado veía y reconocía.

Sus ojos se posaron en los míos con una seriedad inquietante que me llevó a arrepentirme por haber preguntado, sin embargo no dije nada y fingí no saberlo. Más tarde, luego de unos segundos que le tomó responder aquella simple pregunta lo oí carraspear su garganta con los ojos caídos y los labios rectos algo que me dejó casi sorprendida de no ser porque su reacción era nula y no me decía nada.

—Mejor que tú, al parecer... —fue su contestación, y gracias a mis frenos interiores pude contener las ganas de discutir aquello, lo mejor que podía hacer era callar y sonreír como una tonta porque tenía inculcado en mi chip imaginario ese dicho popular de "No le muerdas la mano a quien te dio de comer", no obstante si seguía degradando mis sentimientos de esa manera, yo sería capaz de cortarle el brazo con mis dientes sin importar que me haya ayudado. Así que ante la vergonzosa situación opté por reírme de mi misma, tal cual como él lo había estado haciendo desde un comienzo.

—Sí, hoy ha sido un día difícil para mí y quizás quién sabe, quizás termine internada en un psiquiátrico antes de lo previsto —dije a modo de sorna virando mis ojos hacia mi regazo en donde mis manos descansaban quietas sin siquiera inmutarse ante el comentario de Kim.

—No necesitas irte si no quieres, puedes quedarte todo lo que quieras siempre y cuando me des algo a cambio —al decir aquello noté que había utilizado un tono travieso que iba más allá de lo que podía ignorar simplemente, la frase "siempre y cuando me des algo a cambio" era tan familiar para mí como lo era para él, pues esa historia era nuestra y los recuerdos que yo tenía de esa historia siempre empezaban con tal frase.

—¿Qué? ¿Quieres que te dé algo a cambio? ¿Cómo qué? —fingí no saberlo, realmente quería creer que lo que me decía era una broma, pero más bien yo fui la broma en vida, porque cuando me escuchó preguntar eso solo se rió.

—No lo sé, decidámoslo juntos... —dijo en un susurro, como si fuera un secreto que ni las paredes entre nosotros pudieran enterarse. Su seriedad me hacia sentir como si tratara con un demonio, utilizaba ese tono de voz con tal exactitud y armonía que nunca había experimentado de otra persona y mucho menos a sabiendas de que en el pasado él y yo tuvimos algo más que besos sucios. Recordar eso mirando su rostro sin expresión me hizo sentir una vergüenza tremenda por lo inmoral que se verían nuestras furtivas acciones en la actualidad.

—¿Quieres algo de mí? —inquirí bajando la mirada y utilizando mi cabello como un escudo ante su intensa mirada que iba dirigida solo a mí con tal de alterar mis nervios, escondí mi ruborizado rostro carmesí al mismo tiempo que me encogía en mi lugar.

—No, en realidad no. Solo creía que nuestra amistad constaba en el pago con intereses... —me aclaró con un tono desinteresado que me producía cierta incertidumbre y recelo, creía reconocer aquella táctica de manipulación de él, pero viéndonos ahora como unos adultos solo quise y me obligué a ignorarlo y seguir diciendo:

—¿Y qué quieres entonces?

De inmediato lo vi sonreír con la más perversa sonrisa agria que me invitaba a sentir esa sensación de un horrible presentimiento. Su punto de visión ya no era mi rostro, ni tampoco un punto muerto en la habitación, más bien era hacia un costado en donde se encontraban un cúmulo de platos y tazas sucias apilados desordenadamente unos tras otros; allí sobre la encimera de la amplia cocina observé como Taehyung me respondía con solo una mirada, pero aún así con la mía intenté pedirle piedad antes de escucharlo decir con un fuerte tono sarcástico y burlón: —Lava los platos.

—¿Qué? —fingí en cierta parte una sorpresa descomunal ante la oración que me sacaba de mis limites de paciencia; yo sabía a lo que se refería con el 'interés' pero aquello era aprovecharse.

—Eso es lo que pido a cambio. La verdad es que lavar los platos es muy molesto para mí... —me explicó con el mismo tono que utilizaría un padre al hablar con un niño pequeño, pero más que nada él lo hacía solo para incomodarme más de lo usual.

—Esta es tu casa. —no hallé otra excusa para sacarme de tal embarazosa situación, y sin embargo su rostro me decía al mismo tiempo que levantaba sus hombros con desinterés que aquello era lo que pedía a cambio de pasar la noche en su apartamento.

—Sí, y ahora será la tuya si te quedas esta noche —agregó en sorna mientras se acercaba un poco más para palmear mi hombro como consuelo.

Tal vez él se estaba riendo en mi cara, pero aquello me había provocado un gran desnivel entre la tristeza por mi matrimonio y mi molestia por hacer aquello que Kim pedía. No iba a negarlo tampoco, sería mucho mejor pasar la noche en su casa lavando sus platos sucios que estar en mi casa llorando en mi cama con la compañía de mi propia soledad y silencio.
Lo vi acomodarse en el sofá y arrellanarse en el mismo dando por hecho que yo por mi cuenta me dirigiría a hacer mi tarea por mi sustento sin reclamar ni mucho menos negarme.

Continue Reading

You'll Also Like

827K 123K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
163K 4.4K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
71.5K 3.8K 51
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...
183K 10.4K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...