CAPÍTULO DIECIOCHO
DISCULPAS
Despertar a lado de Lowri era algo que a Sirius realmente le gustaba hacer. Era, la tercera vez que despertaba con ella a su lado y quería que así fuese por todos los días de su vida, por que aquel sentimiento que le provocaba al estar a su lado era simplemente uno inimaginable.
Nunca creyó que se volvería a enamorar de tal forma, y mucho menos de la mujer que le estaba salvando la vida.
Pero, tenía sentido, ¿no? Ella era quien se arriesgaba en su trabajo para cubrirlo, era Lowri quien se encargaba de que Sirius se encontrará entretenido y hasta había sido capaz de contactarse con su viejo amigo y ex amante, Remus para que en su ausencia, el no estuviese solo.
Sin mencionar, que Lowri le había abierto las puertas de su hogar por una petición que su hermano y el mejor amigo de este le habían dado, proveyéndole un lugar donde dormir, comer y asearse; algo que Sirius creía perdido.
Así que sí, el hecho de estar acostado al lado de Lowri, era algo que le hacía sentir que su corazón latiese muy rápido.
Observo la nariz de la joven y lentamente acarició su mejilla rosada. Sus labios se encuentran entre abiertos mientras respira a lo bajo y, aunque su cabello se encuentra realmente despeinado, a Sirius le sigue pareciendo adorable.
La escuchó soltar un pequeño gruñido y estiro sus brazos tomando la cadera de Sirius para poder impulsarse y esconderse en su pecho. Con una pequeña sonrisa en rostro, el animago abrazo a Lowri, acariciando su espalda desnuda.
—Buen día —saludó con voz adormilada y ronca Lowri.
—Buen día, Low —respondió de la misma manera Sirius, inclinándose para besar su cabeza.
Se removió entre las sabanas y alzó su cabeza para ver a Sirius. Las manos de Lowri se posicionaron en la barbilla del hombre y estirando su cabeza logro depositarle un pequeño beso que provoco un revoltijo de emociones en el estomago de Sirius.
Quería que así fuese todos los días.
—¿Cómo dormiste? —preguntó Lowri entre sentándose un poco, mientras se aferra a las sabanas para que cubran de su cuerpo desnudo; pero no lo hace por el hecho de que Sirius no la vea, no, en realidad es tanto el frío que siente que no quiere separarse de las sábanas nunca.
—Muy bien —contestó Sirius con una pequeña sonrisa—. ¿Tú?
Suspiró con una pequeña sonrisa—. Nunca mejor —susurró—. Dios, hace un frío horrible, creo que no iré a trabajar.
Tras decir eso, se metió de nuevo bajo las sábanas provocando que Sirius comenzará a reir.
—No vayas a trabajar —le apoyo con una gran sonrisa Sirius—. Puedo hacer de desayunar panqueques y podemos comer una deliciosa paste.
Lowri jadeó—: Sirius, se supone que tienes que decirme que me paré para irme a trabajar —murmuró rodando los ojos.
—Eso nunca lo escucharás de mi parte —dijo con una pequeña sonrisa—. Pero si te puedo decir que podríamos quedarnos todo el día en cama —susurró tomándola por la cintura. Una pequeña sonrisa se formo en los labios de Lowri—. Podríamos ver películas, o... besarnos, todo el día —murmuró dando pequeños besos en el rostro de Lowri.
—Basta —lloriqueó Lowri—. Eso suena increíble —confesó tomando las mejillas de Sirius—. Pero uno de los tiene que salir a trabajar y todo indica que seré yo —murmuró.
Sirius resopló—. Si tu dices.
—Pero, los panqueques suenan muy bien y... podríamos cenar paste —dijo con inocencia.
—De acuerdo —Sirius se estiró un poco y se sentó lentamente—. Iré a preparar el desayuno, arréglate para que vayas a trabajar —se paró para inclinarse y depositar un beso en los labios de Lowri.
—Ahora me lamento de haberte dicho que me dijeras que fuera a trabajar —jadeo Lowri dejando caer su cabeza a la almohada.
Sirius un tanto divertido se vistió con un simple pants y se coloco una sudadera color tinta.
—¿Quieres tus panqueques con tocino?
—Por favor —canturreó Lowri sentándose rápidamente.
Sirius le guiño un ojo antes de salir de la habitación, bajo dando un par de brincos y al llegar a la cocina, se apoyo de la barra para soltar un gran suspiró. Inclinó su cabeza sintiendo una gran alegría y tras agitar su cabeza, comenzó a preparar el desayuno.
Lowri por su parte, se paro apresuradamente y camino al baño donde se encerró, para meterse a tomar una ducha con agua caliente. Permitió que todo su cuerpo se empapara en agua y antes de colocarse shampoo, quedo bajo la ducha y cerro sus ojos mientras el agua recorría su nariz.
Recordó cada caricia dada por Sirius y aunque eso le alegraba, sentía un temor que le provocaba una incomodidad.
No estaba lista, no podía permitirlo. Lowri no podía volver a caer en eso, no podía aceptar enamorarse, no de nuevo.
Tras quedar lista, salió vestida acorde al clima. Bajo de las escaleras sin prisa alguna y sonrió un poco al ver el desayuno ya listo en la mesa.
—Huele delicioso —susurró Lowri tomando asiento frente a Sirius.
—Le puse a la mezcla un poco de avena, plátano y chocolate —informó mientras le ponía una gran cantidad de jarabe.
No tardo en probar el panqueque y cerró sus ojos disfrutando de aquel sabor.
—Ugh, me encanta como cocinas —confesó—. En serio, ¿cómo es que todo te queda tan bien? —preguntó frunciendo el ceño.
—Tienes que ponerle un poco de amor —dijo sonriendo un poco, antes de beber de su jugo de calabaza.
—Oh, bueno, ahora todo tiene sentido —murmuró Lowri, provocando que Sirius cubriera su boca para no escupir el jugo.
—¡Lowri!
Ambos comenzaron a reír y sonrió de manera inocente—. ¿Oops?
—No es tan difícil —aseguró—. Aparte, ayer me preparaste panqueques y quedaron deliciosos —le hizo saber.
—Quedaron bien. Estos saben deliciosos —señalo sonriendo un poco.
—¿Qué te digo? Tengo un don para la cocina —dijo con una pequeña sonrisa.
—Sí, lo tienes —Lowri dejo el cubierto en la mesa y ladeo una mueca—. Mañana vendrá Cheryl a la casa —recordó con una pequeña mueca—. ¿Qué sería prudente cenar?
Sirius ladeo una mueca pensando, antes de responder—: Puedo preparar estofado, puré de papas, algunos bollos de bath, o si prefieres puedo hacer rosbif.
Lowri apretó sus labios procurando no sonreír demasiado.
—Tú no mentías cuando decías que te gustaba cocinar —susurró con una sonrisa.
—No lo hago —dijo sonriendo—. Solo dime y podré prepararlo —aseguró con gran confianza.
—Rosbif con puré de papas suena bien —alzó sus hombros sin saber muy bien—, y vegetales, quizá...
—Bien, entonces cenaremos eso —Lowri mostro una pequeña sonrisa y se paro sin haber terminado su desayuno.
—Será mejor que me vaya, nos veremos por la noche, ¿de acuerdo?
Beso la cabeza de Sirius y acaricio su hombro antes de caminar al perchero, dónde dejo atrás su túnica roja, cambiándolo por un abrigo color esmeralda que hacía resaltar sus ojos azules.
—Que tengas lindo día, Low.
—Igual tú, Sirius.
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No había persona dentro de la comunidad mágica que no conociera de la amistad de Cheryl y Lowri, quienes tenían una fama desde sus años de Hogwarts por que el dúo de amigas hacía de las suyas desde que tenían tan solo once años, escapándose al bosque y terrenos del castillo para encontrar maravillosas criaturas mágicas; o quizá, era posible encontrarlas rodeadas de chicos y chicas que querían llegar al corazón de las jóvenes aventureras que se encontraban juntas a cualquier lado que fuesen.
Con Bill a un lado por que alguien tenía que protegerlas, o al menos, es lo que el mellizo suele decir.
Pero, ese era el motivo por el cual Lowri se encontraba nerviosa, y es que ella nunca antes en su vida le había escondido a dos de sus personas favoritas.
Mordió su uña sin poder evitarlo, mientras veía como Remus picoteaba el pastel de chocolate cada que Sirius se ponía a acomodar los rollos de sushi que habían encargado, ya que Buckbeak se había refugiado de la nieve en la cocina, comiéndose todo el rosbif que Sirius aun no cocinaba y machando las papas con sus grandes patas.
Tenía tantas ganas de vomitar de tan solo pensar la reacción de su amiga, que ni siquiera el apetitoso pastel le ponía de buen ánimos.
¿Y si Cheryl no le creía? ¿Qué si quería contarle al ministro la verdad? ¿¡Acaso tendría que borrarle la memoria?!
Si era necesario, Lowri lo haría con todo el dolor de su corazón.
—Low, ¿estás bien?
Dejo de morder su uña y con sus ojos bien abiertos observo a Remus.
—¿Qué? ¡Si! Estoy estupenda —respondió con ligera voz aguda.
Remus asintió lentamente con su cabeza—. Claro, ¿por eso tienes tu suéter al revés? —señalo procurando no lucir divertido ante la situación.
Lowri gruño al ver como la L de su nombre se encontraba por el lado donde se veía el bordado. Rápidamente, se lo quito para volvérselo a poner, esta vez de forma correcta.
—Me gustan esos suéteres, son muy calientes —señalo Sirius tirando un poco de la manga de Lowri.
—Puedo hacerte uno —dijo sonriendo—. Mamá y yo solo tenemos conversaciones cuando bordamos —agregó ladeando una mueca.
—Uy, que vintage eso de hablar con sus madres —murmuró Sirius.
Remus soltó una carcajada y le dio un golpe a Sirius, provocando que Lowri comenzará a reír.
—¿Dónde estará? —preguntó en voz baja Lowri—. Faltan diez para las siete y Lowri es muy pun...
No pudo terminar la oración por que se escuchó como tocaban la puerta.
—Debe ser ella —se paró de un brinco y paso las palmas de su mano, por instinto, Sirius se convirtió en perro y salió corriendo escaleras arriba.
Con confusión, Lowri miró a Remus, quien se dio un golpe en la frente.
—Ábrele a Cheryl, iré por el idiota —señalo soltando un suspiró pesado.
No dijo más. Lowri camino con pasos firmes a la puerta, acomodo un poco su cabello y dejo salir todo el aire acumulado antes de abrir la puerta.
Frente a ella, Cheryl lucía realmente adorable.
Su cabello crespo se encuentra en dos chongos, uno de cada lado. Tiene algunos mechones de cabello cayendo por su frente y uno que otro copo de nieve incrustado en su cabello, debido a que la nieve sigue cayendo. Viste un pantalón negro que puede llegarle a la cintura, con unas botas amarillas que tienen pintadas flores y el gran abrigo del mismo color que las botas le protege del suéter.
Cheryl es una orgullosa Hufflepuff cada que utiliza los colores de su casa.
—Hola —saludó tiritando.
—Hola, Cheryl, pasa, pasa, te congelas —dijo rápidamente Lowri, permitiéndole la entrada a su hogar.
Se sacudió cual perro después de un baño y dejo el abrigo en el perchero, mostrando su blusa blanca con cuello de tortuga y manga larga.
—Huele delicioso —susurró Cheryl algo incomoda.
—Sí, preparó la comida un amigo que... conocerás dentro de poco —dijo Lowri con una pequeña mueca—. ¿Quieres pasar al comedor? —preguntó algo nerviosa.
—Claro —musitó siguiéndola.
Cheryl achino sus ojos al ver como en la mesa estaba puesta para cuatro personas. La joven no creía que esa misma noche sería en la que conocería a aquel amigo del cual Lowri le había escondido.
—Toma asiento, por favor —pidió Lowri jugando con sus manos.
—Estas nerviosa, Low, ¿qué ocurre? —preguntó sin rodeos Chery, mientras tomaba asiento a su lado.
—¿Tú no estás nerviosa? —cuestiono en voz baja Lowri.
—Vivo nerviosa —respondió alzando los hombros—. Pero tu no, y eso me preocupa —confesó soltando un suspiró—. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que nos está pasando? —se corrigió.
—Cheryl —intentó hablar.
—Por favor, dime la verdad —suplicó Cheryl.
Desde las escaleras, Remus y Sirius se encontraban sentados, sin querer salir de ahí por que lo más prudente era dejar a los dos amigas hablar antes de que el prófugo se presentará ante Cheryl.
—Eres mi mejor amiga y todo lo que te pueda afectar a mi también me afecta —le hizo saber—. Y hemos pasado por muchas cosas juntas, lo sabes —le recordó.
Los ojos de Cheryl se cristalizaron y Lowri ladeo su cabeza, sin poder verla.
Si Cheryl derramaba una lágrima, entonces Lowri derramaría dos.
—¿Recuerdas cuando dejamos de hablarnos? —preguntó con voz entrecortada—. Por su culpa —agregó.
—Lo recuerdo —respondió con firmeza Lowri.
—Lowri, fueron los peores meses de mi vida —aseguró Cheryl soltando aire—. Creía que iba perder a mi mejor amiga y no quiero que eso vuelva a pasar, no de nuevo. Estos últimos meses siento que nos estamos distanciando demasiado y te conozco tan bien que se que hay algo que me escondes —dijo con pesadez—, y entiendo que por tu trabajo, es normal esconder cosas, pero... Lowri, me preocupo por ti —tomo la mano de la pelirroja y la sujeto con fuerza—. Por favor, dime que no tiene nada que ver con Tobias.
—¡No! —respondió rápidamente—. Merlín, Cheryl, no he hablado con Tobias desde que todo terminó —aseguró llevando una mano a su cabeza.
—Bien, si aparece solo dime y le romperé la cabeza con un bate.
Ambas soltaron una pequeña risita y Lowri inclinó su cabeza.
—Lo siento —susurró, cerrando sus ojos con fuerza—. Cher, en realidad no quería esconderte nada, pero... tenía que hacerlo —confesó alzando su mirada para verla—. Por su bien, no por el mío —aclaró.
—¿Su? —preguntó extrañada.
—Se que, se que desde que deje a Tobias todo cambio en mi persona —comenzó Lowri tomando un poco de aire—. Se que me volví un poco más fría, y dura conmigo misma, pero Cheryl, es algo que ni tú, o Bill, Louise o cualquiera de nuestros amigos pudiese entender —los ojos de Lowri destellaron debido a las lágrimas que se encontraba acumulando—. Y se que por un momento solo quería desaparecer —hizo sonar su garganta y suspiró—. Por eso mismo me enfoque en trabajar y ser la mejor en lo que hago. Me ayudó, me sigue ayudado —confesó—. Deje de pensar en él y todo lo que pasamos por que había y hay cosas más importantes en las cuales tengo que pensar, y... bueno, ya sabes que desde hace un año, mi única meta era...
—Atrapar a Black —habló por ella—. Sé que lo lograras. Tú lo has dicho Low, ¡eres la mejor!
Lowri soltó una pequeña risita y ladeo una cabeza.
—Esa es la cuestión Cheryl —dijo haciendo sonar su garganta—. Black dejó de ser un problema para mi desde hace unos meses...
—Espera, ¿qué? —preguntó algo confundida.
—La noche de junio cuando lo atraparon en Hogwarts y se escapo... no sucedió del todo como lo dijeron en El Profeta.
Una pequeña mueca se formo en los labios de Cheryl—. Low, no leo el periódico —le recordó, provocando que Lowri comenzará a reír.
—Cierto, tu no lees el periódico —musitó. Hizo sonar su garganta y jugo un poco con sus manos—. Cheryl, no quiero hacer de esto más largo y... —tragó saliva y miro al techo en busca de una respuesta.
—Solo, solo dilo Low.
—¿Recuerdas a los amigos de Ronnie?
—Claro, Hermione y Harry —dijo ladeando una sonrisa—. Son como una versión de Bill, tú y yo. Está claro que Bill sería Hermione.
Las dos comenzaron a reír y Lowri negó con su cabeza.
—La cuestión va en que fueron ellos quienes encontraron a Black —Cheryl pestañeo dos veces seguidas—. Ellos descubrieron que en realidad, Sirius Black no entraba al castillo para lastimar a Harry, sino que... entraba por que había alguien ahí que ponía de la vida de Harry en peligro.
—¿Quién? —preguntó perpleja.
—Peter Pettigrew.
Cheryl achino sus ojos y abrió su boca—. Un segundo, ¿qué no ese es el tipo que perdió la vida y solo encontraron su dedo? —Lowri asintió apretando sus labios—. Y dices que... ¿está vivo? —preguntó en voz baja.
—Vivo y coleando —asintió—. ¿La mejor parte? Bueno, es una rata —Cheryl cubrió su boca y observo a Lowri sin creerlo.
—¿Rata como roedor o ratero? —preguntó en voz baja.
—Roedor. Es un animago, Cher.
—¡Por los calzones de Merlín! —exclamó con voz aguda—. Pero, pero, ¡no se encuentra en el registro de animagos! —antes de que Lowri dijera algo, Cheryl continuó—. ¡Oh cielos! ¡Es un animago sin registrar! —dijo llevando las manos a sus mejillas.
Lowri asintió con una mueca—. Y a que no adivinas que rata era...
Rápidamente Cheryl cerró sus ojos y cruzó sus dedos, mientras decía:
—Por favor no digas que Scabbers, por favor no digas que Scabbers...
—Sí, era Scabbers...
—¡IUUU! ¡LE DI MUCHOS BESITOS EN SU CABEZA! —lloriqueó Cheryl.
Lowri apretó sus labios, pero al ver a su amiga llorar por eso, soltó una carcajada.
—¡LOWRI! —exclamó con voz aguda.
—Lo siento, es solo que... yo quería matarlo y tu solo lloras...
—Puedo matarlo si quieres, tengo un bate en mi casa —le recordó.
—Sí y una varita —dijo señalando la varita que sale del bolsillo de su pantalón.
—Pero no entiendo, ¿qué quería Black de Scabbers? ¡Digo Pettigrew! —se corrigió.
—Black nunca tuvo un juicio que lo declarará culpable —señalo Lowri con una mueca—, y la cuestión va en que Black en realidad no fue quien traicionó a los Potter.
Cheryl abrió un poco su boca, hizo pequeños sus ojos mientras miraba las orquídeas en la mesa.
—¿Estás diciendo que fue Peter quien traicionó a los Potter?
—Adoro tu inteligencia —confesó Lowri con una pequeña sonrisa.
—¡Oh dios mío! ¡Black paso doce años de su vida en una celda que debió ser destinada para Pettigrew! —dijo con voz aguda—. Lowri, ¡dime que encontraste a Black! ¡Por favor dime que lo encontraste!
—Si bueno... algo así —dijo con una ladina sonrisa.
Se escuchó un carraspeo y ambos ladearon su cabeza para ver a Remus sosteniendo el brazo de Sirius. El animago lucía realmente nervioso.
—Oh por dios —susurró Cheryl.
Su mirada paso de Sirius a Lowri y después a Remus.
Hizo aquello al menos cinco veces.
—Tú. Ustedes... ¿todo este tiempo?
—Hola Cheryl —saludó Remus ladeando una pequeña sonrisa—. Sí, todo este tiempo en realidad has casi encontrado a Sirius y Lowri haciendo cosas no aptas para menores —aclaró apretando sus labios.
Sirius le dio un golpe en el brazo y Lowri apretó sus ojos con fuerza, bastante sonrojada.
En cambio, la sonrisa de la Hufflepuff era radiante.
—¡Ustedes dos están saliendo! —dijo parándose de un brinco y con gran emoción.
Ambos trataron de negar aquello.
—¡No! No estamos saliendo.
—No para nada —aseguró Sirius algo nervioso.
Cheryl caminó hacía Sirius y estrecho su mano con entusiasmo—. Un placer conocérsete Sirius Black, mi nombre es Cheryl Shacklebolt pero puedes decirme Cher, o Cherry, o Ryl, o...
—Cállate —pidió Lowri llevando una mano a su frente.
—Sí, también así —señalo con una gran sonrisa.
—El placer es mío Cheryl, aunque, en realidad ya nos conocíamos —admitió Sirius llevando una mano a su nuca.
—¿Qué? —preguntó algo confundida.
—Cheryl, Sirius es un animago —explicó Remus, provocando que la morena exclamará.
—Oh, oh, ¿tú que eres? —preguntó señalándolo—. ¡Espera! ¿Tú vives con Lowri? —miró a su amiga que mostro una inocente sonrisa—. Eso significa que... —dio pequeños brincos al unir todos los cabos—. ¡Tú eres pulgoso! ¡Eres pulgoso!
Un tanto divertido, Sirius asintió—: Sí, soy pulgoso —dijo mostrando una sonrisilla.
—¡A ti también te bese la cabeza!
Los tres soltaron carcajadas y Cheryl arrugó su nariz.
—No debí decir eso —murmuró, provocando que volvieran a reír.
—Tú y tu costumbre de besar animales —dijo con burla Lowri.
—No puedo evitarlo, son muy lindos —alzó sus hombros ladeando una mueca—. Tengo una pregunta, si eres inocente, ¿por qué Lowri te protege? —curioseó Cheryl.
—Bueno, Pettigrew escapó, y el ministró esta realmente convencido en que Sirius es un mago oscuro, por lo que si llegan a verlo, le darían el beso del dementor sin pensarlo —explicó Lowri soltando un suspiró—. Estoy ideando un plan —aclaró mostrando sus manos, en señal de que le tuvieran paciencia.
—Y... ¿hasta ahora que llevas? —preguntó con inocencia Cheryl.
Lowri soltó un suspiró pesado—. Pues, obligar al ministro a que tome asiento y escuché por una vez en su vida —murmuró—. Quiero que me permitan darle veritaserum a Sirius —explicó.
Ambos soltaron un "ohh".
—Bueno, cualquier cosa que necesites sabes que puedo ayudarte —agregó Cheryl con una gran sonrisa—. Oh y a ti también Sirius —dijo mirando al animago.
—Gracias Cheryl, es muy amable de tu parte —reconoció con una pequeña sonrisa Sirius.
—Y perdón por besarte tu cabeza —murmuró, provocando que volviesen a reír.
—Entonces, ¿nos sentamos a cenar? —propuso Remus estirando sus manos y señalando la mesa.
—Por favor, muero de hambre —confesó Cheryl.
Cheryl y Remus tomaron asiento juntos, mientras que Sirius y Lowri se encaminaron a la cocina para ir por toda la comida.
—Reacciono bien —susurró con cierta emoción Lowri.
—Me alegra que todo se haya aclarado —confesó Sirius tomando la charola donde había gran cantidad de rollos de sushi.
—También yo —dijo soltando un gran suspiró Lowri.
Antes de salir de la cocina, Sirius le dio un corto beso en los labios que provoco que la chica ladeara una sonrisa.
Al llegar a la mesa, Cheryl y Remus dejaron de conversar y miraron los alimentos que llevaban consigo.
—¡Sushi! —dijo con gran emoción Cheryl.
—Es la comida favorita de Cheryl —explicó Lowri mirando a su amiga con una gran sonrisa.
Remus por su parte, arrugo la nariz—. Creí que comeríamos pastel de chocolate.
—Ese es el postre, Lunático —le dijo Sirius abriendo la botella de vino y sirviendo en la copa de Cheryl.
—Pero... ¿puedo iniciar por el postre? —preguntó con inocencia.
Lowri negó con una sonrisilla.
—Te lo acabarías. Si comes sushi, podrás comer postre.
Cheryl le codeó a Remus y susurró—: Hazle caso a la mamá, es capaz de pegarte con un bate si no le respondes.
—Es que alguien no sabe tomar los palillos —dijo burlón Sirius, mientras terminaba de servir vino en la copa de Lowri.
—Son muy difíciles de tomar —explicó.
—¿Bromeas? ¡Es sencillo! —aseguró Cheryl—. Mira, solo tomas la parte de arriba del palillo, así —mostró como lo estaba tomando a Remus. Lowri y Sirius compartieron un par de miradas divertidas—. Tiene que estar entre tu pulga, índice y el dedo medio —explicó al ver como Remus lo tomaba de manera incorrecta—. Solo... —Cheryl dejo de mostrar como se hace y se encargó de acomodar los dedos de Remus—. De esa forma, sí. Después, el final del palillo tiene que estar como apoyado en tu pulgar, y también sobre el dedo anular.
—No entiendo —jadeó Remus, provocando que Sirius comenzará a reír.
—Mira...
Cheryl se encargó de acomodar los dedos de Remus sobre el palillo, y después de alguno intentos, logró hacer que Remus sostuviera los palillos.
—¿Lo ves? No están difícil —dijo Cheryl colocando rollos en su plato.
—Jugabas con tus lápices todo el tiempo y no puedes tomar palillos chinos —se burló Sirius.
—No es lo mismo —murmuró ladeando una mueca.
Después de burlarse de Remus por un buen rato, la cena paso con tranquilidad. Cheryl quería conocer un poco más de Sirius y se había encargado de asegurar que ella podría ayudarle en cualquier cosa que él necesitará.
—Entonces —canturreó Cheryl llevándose una gran cucharada de pastel de chocolate a la boca.
Miro a Sirius y luego a Lowri.
Oh, la pelirroja ya tenía idea a dónde se dirigía su amiga con aquella mirada.
—¿Ustedes dos...?
Remus soltó una risita divertida al ver la mirada de Sirius y Lowri.
—Responderé por ellos —dijo Remus—. Sí —mostro una gran sonrisa antes de comer otro pedazo de pastel.
—Solo... —Lowri intento decir algo, pero nada salió de su boca.
—Hacen linda pareja —canturreó con inocencia Cheryl—. Aunque Low harías más linda pareja conmigo, pero como sea —Sirius y Remus comenzaron a reír al ver como la chica movía cabeza de un lado a otro.
—Solo... son cosas que pasan, ¿no? —susurró Lowri un poco nerviosa a Sirius.
—Ah... supongo —respondió Sirius sintiendo una punzada en su pecho.
—Bueno, no me molestaría llamar a Sirius cuñado...
—Cheryl —gruño Lowri.
—¿Lo dije en voz alta o lo pensé? —preguntó llevando una mano a barbilla.
—Muy graciosa, Cheryl —murmuró Lowri dejando su cuchara en la mesa.
—¿Qué? Solo digo lo que pienso —soltó una pequeña risita y suspiró—. Entonces ahora todo tiene sentido —confesó—. Lo siento, por ser tan dramática —comentó con una mueca—. Es solo que creía que no podías confiar en mi y eso me pone paranoica —admitió.
—Cheryl, todo te pone paranoica —murmuró Lowri rodando los ojos.
—Lo siento, es mi mecanismo de defensa —comentó soltando una pequeña risita—. Entonces, ¿si o no están saliendo?
Sirius y Lowri compartieron miradas y la joven mordió internamente sus mejillas.
—Es solo... cuestión de tiempo —comentó Sirius, provocando que Lowri inflará sus mejillas y asintiera con su cabeza.
—Interesante —canturreó.
Remus fue capaz de agregar un tema de conversación que provoco que dejaran atrás la extraña relación entre Sirius y Lowri, provocando que volvieran a las risas debido a las anécdotas que contaban ambos amigos y se encargaban de compararse para ver quien había tenido mejores aventuras en Hogwarts.
—Gracias, por esta noche —dijo Cheryl abrazando a Lowri, a quien susurró—. Tienes que contarme todo, ¿uh?
Besaron sus mejillas y Lowri asintió lentamente—. Gracias por venir —le dijo acomodando un mechón rebelde de cabello.
—De nuevo, un placer conocerte, Sirius —Cheryl y Sirius se dieron un abrazo y la morena tomo del hombro a Sirius—. En serio, cualquier cosa que necesites no dudes en decirlo.
—El placer es mío y, gracias Cher.
—Bueno, prometo tocar de ahora en adelante —dijo con una sonrisilla.
—Si también yo —comentó Remus llevando una mano al bolsillo de su pantalón.
Sirius y Lowri acompañaron a Remus y a Lowri hasta la puerta, encontrándose con una capa de nieve que cubre del césped.
—Bueno, será mejor que me vaya ya —dijo Cheryl colocándose su abrigo y cruzándose de brazo—. Nos veremos.
—Hasta luego.
La morena salió dando brincos y al estar unos metros lejos de la casa, desapareció en un torbellino.
—Todo salió bien, ¿eh? —dijo Remus colocándose un gorro de lana.
—Gracias Rem —Lowri le dio un fuerte abrazo y al separarse permitió que Sirius y él se despidieran de un abrazo.
Salió sin mucha prisa como la que tenía Cheryl y observo como Sirius tomaba el hombro de Lowri.
—Nos veremos, cuídense —pidió mientras sacaba una cajetilla de cigarro de su túnica
Al quedar completamente solos, ambos se miraron y se adentraron a la casa.
—Salió todo bien —dijo Lowri mirando a Sirius con una pequeña sonrisa.
—Sí, me divertí mucho. Cheryl y tú me recuerdan mucho a como éramos James y yo —comentó con algo de nostalgia.
—¿También insistía en que hacen linda pareja? —preguntó algo divertida.
—No, ese era yo —ambos soltaron una pequeña risita y Lowri se apoyo en la silla viendo a Sirius.
—Me alegra que todo saliera bien —confesó Lowri ladeando una sonrisa—. Al menos ya no hay malentendidos —dijo alzando los hombros.
—Sí, ahora Cheryl podrá seguir con su plan de conquistar a Remus y tener muchos lobitos con él —ambos comenzaron a reír Sirius se acerco un poco a Lowri.
—¿Todo está bien? —preguntó algo tímido. Lowri frunció el ceño un tanto confundida—. Me refiero a... nosotros, yo...
—Sí —le interrumpió sonriendo un poco—. Sí, todo esta bien —dijo soltando una pequeña risita—. Solo, fue un poco incomodo las preguntas de Cheryl —dijo algo apenada.
—¿Quieres hablar de eso? —le cuestionó Sirius, sintiendo grandes nervios.
—¿Por ahora? —Lowri mordió internamente su mejilla—. No, por ahora no —murmuró parpadeando varias veces y ladeando una mueca.
—De acuerdo —musitó Sirius mordiendo su labio.
Lowri cerro sus ojos al ver a Sirius inclinar su cabeza. Se acerco a él lentamente y tomo su brazo.
—Lo siento, solo... quiero que aclarar mi mente —susurró—. Yo...
—Lo entiendo —se apresuró a decir Sirius, mostrando una adorable sonrisa—. Esta bien, se que cuando estés lista para hablar, lo haremos —apretó un poco sus labios y Lowri asintió mostrando una pequeña sonrisa.
—Gracias y... antes de que se malinterprete todo —murmuró picoteando su brazo—. Me gusto —confesó en voz baja—. Me refiero a que... me gusta estar contigo —aclaró ladeando una mueca, procurando no sonreír.
Sirius por su parte, no pudo evitar esconder aquella sonrisa de emoción.
—A mi también me gusta —dijo en voz baja.
Lowri soltó una pequeña sonrisa y alzó sus hombros.
—Bien, será mejor que vaya a dormir por que... ya sabes, trabajo y todo eso —murmuró rodando los ojos.
—Claro, yo... veré una película —señalo Sirius.
—Bien.
Lowri tomo su varita de la barra y la agito delicadamente provocando que todo comenzará a ordenarse por si solo. Al ver a Sirius recostarse en el sillón se encaminó a él y se inclinó para depositarle un cálido beso en la mejilla.
—Que descanses —dijo sonriendo.
Sirius se paró antes de que Lowri se fuese y se impulsó para darle un fugaz beso en los labios, causando que la pelirroja mostrará una sonrisa ladina.
—Igual tú —le guiño un ojo provocando que Lowri negará con su cabeza y sin más que decir, se dirigió a las escaleras para llegar a su habitación.
Se deshizo de su ropa para colocarse su pijama y una vez lista tomo asiento en la cama, mientras miraba su reflejo en el espejo del tocador. Rasco un poco su cabeza sintiéndose ligeramente frustrada, tomo una de las almohadas en su cama y la abrazo para pegar su barbilla en esta. Cerro sus ojos fuertemente y mordió su labio algo nerviosa mientras sentía como miles de pensamientos se apoderaban de ella causándole grandes nervios.
—Todo está bien Lowri, todo está bien —susurró mientras se metía debajo de las sábanas.
Y repitiéndose eso una y otra vez, Lowri fue capaz de conciliar el sueño.
Nota de autora:
¡Hola! ¿Cómo están raza?
Yo full estresada bc decidí entrar a clases que no suelo entrar y pues ya soy una nueva cici (el hipogrifo)
Espero les haya gustado este capítulo, van a ver que pronto entenderemos todo el problemón con el que carga Lowri, ella está chikita hay que protegerla, ok?
Anyways, nos leemos pronto.
Lots of love, Cici x