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- Buenos días...- soltó una vocesita dulce muy cerca de su oreja.
Kook sonrió, presionando el cuerpo a su lado todavía más contra él.
- Hola, bebé...- soltó, acariciando la piel desnuda con parsimonia y dedicación.
Tocó su cintura delicadamente y luego, sus manos avanzaron un poco más, llegando así a rozar el abdomen del rubio. Sintió la suavidad y calidez de la misma, sonriendo en todo momento.
Después, besó el hombro de Jimin, todavía con los ojos cerrados.
- Kook- el rubio comenzó a murmurar.
Jeon continuó acariciando su pancita, lo envolvió con dulzura y se acomodó nuevamente, buscando dormir por más tiempo de esa forma.
- Tengo sueño...- susurró- Casi no dormí... Y tú tampoco- sonrió-... ¿Un ratito más?
- Pero...
- ¿Tienes hambre, cariño? ¿Es eso?- soltó con voz grave- ¿Puedes esperar una hora? Solo una hora, bebé... Luego prepararé lo que se te antoje...
Jimin le devolvió la sonrisa, aunque el castaño no pudo verla. Primero porque tenía los ojos cerrados y en segundo lugar porque estaban haciendo cucharita.
- No es eso...- soltó conmovido- No tengo hambre...
- ¿Entonces...? ¿Qué sucede?- preguntó, contento con la tersa piel que rozaba la yema de sus dedos.
El rubio giró la cabeza un poco y le robó un rápido beso. Luego volvió a envolverse él solito entre los brazos de Jeon.
- Uh~. Alguien se despertó con sed de Kookie~- se burló el castaño.
Jimin dejó escapar una risita antes de negar con la cabeza.
- Gracias por existir y amarme tanto como yo te amo- susurró, sonriendo ante la agradable sensación de su abrumante cariño sobre todo su ser- Feliz cumpleaños, Kook...- soltó acurrucándose más contra su pecho.
Jeon frunció el ceño por unos segundos. Luego, y todavía con los ojos cerrados, comenzó a sonreír de a poquitos.
- ¿Era hoy?- preguntó, besando sus mejillas.
- Sí, es hoy- bufó indignado- Un "Gracias, Min. Yo también te amo" no hubiera estado mal- murmuró dejándose mimar.
Era un bebé cuando de cariñitos se trataba.
- Gracias, Min. Yo también te amo- repitió, usando el mismo tono de voz que el rubio- ¿Así?
- Así ya no cuenta- gruñó.
- Prefiero un "Gracias por soportarme a mí y a mis estupideces. Te amo. Feliz cumpleaños a mí"- sonrió- Suena más como yo.
Park rió, no solo por lo que su novio acababa de decir, sino por las agradables cosquillas que generaban los dedos de Jungkook sobre su creciente barriguita.
- Sí, eso es más tú.
- ¿Y mi engendro no me dará las felicitaciones?- gruñó- Quiero sus felicitaciones.
- Ni se te ocurra molestarme ahora- bufó con gracia.
- Lo haré rapidito~.
- Kook, ya te dije que cuando haces eso me da cosquillas- sonrió, anticipando lo que se venía.
- Pero es mi cumpleaños. Y ese de ahí adentro me debe la vida. Lo mínimo que puede hacer es felicitarme.
- Me voy a reír y me orinaré aquí mismo- advirtió.
- Correré el riesgo entonces~- soltó decidido.
- Será un terrible inicio de mañana- repitió, luchando inútilmente contra los brazos de Jungkook.
- Es el mejor cumpleaños de mi vida hasta el momento. Que me orines encima hará las cosas todavía más interesantes- sonrió de lado- Así que... Voy a proseguir~.
Dicho eso, y ante las constantes protestas de Jimin, se posicionó encima de él y descubrió su cuerpo de la cadera para arriba. Luego acercó sus labios a la pancita del chico y dejó muchos besos encima, rozó la piel con su nariz y la acarició también. El rubio carcajeó con esmero mientras Jeon seguía en lo suyo. Luego de medio minuto tal vez, puso una de sus orejas sobre el vientre.
- Casi puedo oírlo decir "Feliz cumpleaños, papá"- soltó contento.
- Si de veras oyes eso, voy a tener que obligarte a ir al médico con urgencia- bufó.
- Oh- alzó ambas cejas- Creo que acaba de decir que me ama también- soltó consternado.
- ¿Bebiste en la madrugada o algo?- rió ante la mueca asombrada de su novio.
- No que yo recuerde~- contestó divertido.
- ¿Quieres que te golpee para que se te vaya lo estúpido?- enarcó una ceja.
- Un beso tuyo me basta- dijo haciendo un piquito- Tiene el mismo efecto~.
- ¿Mis besos te vuelven idiota?- rió concediéndole el dichoso beso.
- Tus besos me vuelven el ser más tonto del mundo- volvió a hacer piquito- Ahora dame otro. Es mi cumpleaños. Haz tu parte, mocoso entrometido.
El rubio rió, dándole otro besito más.
Luego, y más contento todavía, regresó a su tarea de dejar besitos por la pancita del rubio, haciendo un breve recorrido hacia arriba nuevamente para robar uno que otro beso que sin duda alguna, merecía.
Estaba increíblemente feliz de sentirse por fin tan pleno.... Era casi una locura verse a sí mismo así de alegre, especialmente en un día como ese.
Su cumpleaños había sido por muchísimo tiempo uno de los peores días del año. Lo aborrecía con el alma, especialmente por lo solo que se sentía luego de la partida de su madre. No pasaba año alguno sin recordarla en aquellas fechas. Era ella quien había hecho sus días hermosos en su momento, y era precisamente ella también, quien se encargaba de preparar un delicioso pastel y cantarle por su honomástico antes de irse de forma definitiva de su vida. Le era casi imposible no sentir nostalgia por ello, es decir, sin su madre su mundo se había apagado por completo. Tenía a Namjoon de su lado, siempre, pero eso no eliminaba la soledad repentina que sentía en ese entonces. Se camufló en el sexo, la promiscuidad y la rabia. Trataba a todos tan mal que tuvo que acudir a una terapia de ira.
Pensó que todo iría en picada, incluso después de enterarse de su compromiso con Jimin, pero...
Jamás pensó que ese sería el año en que su vida daría un giro total. Adoraba a su precioso rubio y al mini humanito que este llevaba en su vientre con todo su ser. Daría la vida por ellos y no tendría arrepentimiento alguno. Los amaba, tanto que él mismo iría a traerles la luna si se lo pidieran.
Retomando el tema, aquel día sería sin lugar a dudas, el primero cumpleaños que pasaría sintiéndose bien realmente. Sin aparentar. Sin llorar. Sin sufrir.
Recordaría a su madre, claro que lo haría, pero tenía la total certeza de que ella estaba a su lado, sonriéndole como siempre lo hacía, demostrándole lo orgullosa que estaba de él y de su nueva familia.
Ya no estaba solo.
Ya no lo estaría nunca más.
- Hey...- murmuró el menor- ¿Estás bien?
Jungkook alzó la cabeza, hipnotizado de repente por aquel par de orbes miel.
Sonrió.
- Lo estoy.
- ¿Te perdiste de nuevo en tus pensamientos? A veces me da miedo que te quedes mirando a la nada por cinco minutos seguidos- arrugó la nariz.
- Es que me cautiva tu belleza- sonrió de lado.
- La belleza de la pared diría yo~- rió.
Kook debía admitir que a veces se perdía en su mundo por un par de minutos.
- Estaba pensando...- se animó a decir, acariciando el abdomen de su chico-... Quiero que me acompañes a un lugar... ¿Te parece?
El rubio pareció alarmado por unos segundos. Jeon enarcó una ceja y Jimin hizo como si no tuviera nada planeado entre manos. Lo había escuchado hablar por teléfono el día anterior, así que sabía que algo estaba planeando.
Fingiría no saber solo porque era lindo verlo nervioso.
- ¿Demoraremos mucho...?- murmuró- Quiero prepararte.... U-un pastel- soltó sonriente.
- Si con pastel te refieres a una masa mal hecha de harina y huevos, yo...- Jimin hizo una mueca triste-... La comería completa. Claro que sí. Es más, haz dos~.
Park sonrió.
- ¿Crees que tenga tiempo de prepararte eso?- habló contento, dejándose mimar- Si es así, vamos... O bueno, es tu cumpleaños, eres el rey del mundo por hoy~. Tú decides si voy o no contigo~.
- En primer lugar, tú siempre serás el rey- besó sus mofletes y Jimin sonrió orgulloso- Y en segundo, aceptaré ser tu vasallo real, pero como me acabas de dar permiso de hacer lo que yo quiera, entonces vendrás conmigo.
- Bueno- soltó, riendo brevemente ante el contacto de la nariz de Jungkook con su barriguita- Ya sal de ahí. Aturdes al niño y a mi también~.
- Es mi cumpleaños y hago lo que quiero- le sacó la lengua.
Jimin volvió a reír.
- ¿Realmente cumplirás 25?- se burló.
- Mi edad mental no me define- bufó indignado.
El rubio le regaló un beso más, embobándolo al instante.
- ¿A dónde iremos?- preguntó, cambiando de tema.
- Dame otro y te digo.
- Kook, dime.
- Es mi cumpleaños- gruñó.
Jimin puso los ojos en blanco y le jaló la oreja.
- ¿A dónde iremos?- repitió la pregunta.
Kook le robó un beso y sonrió satisfecho.
- Al cementerio- se encogió de hombros.
El rubio se le quedó viendo, haciéndole otra pregunta más que obvia en silencio.
- Mi mamá... Siempre voy a verla en mi cumpleaños...- sonrió nuevamente.
Jimin le devolvió la sonrisa y acarició su cabeza con cariño.
- Quiero ir... No importa el tiempo que tome, mi pastel horrible podrá esperar... Compraré flores- soltó observando el rostro afectado del castaño.
Jeon asintió.
- Min...
- ¿Mhm?- murmuró.
- Voy a abrazarte un rato más, ¿sí?- susurró, posicionándose detrás de él nuevamente.
- Bueno- sonrió.
- Te amo.
- Yo también- soltó con cariño.
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Jimin tomó la mano de Jungkook con más fuerza conforme iban a avanzando. El lugar tenía de por sí un aura increíblemente triste. Una persona tan emocional como él se sentiría afectada ante ello. El contacto con Jeon le permitía sentirse más tranquilo.
- ¿Tienes miedo?- preguntó el castaño con naturalidad.
El rubio negó.
- Estoy nervioso- murmuró en voz baja.
- ¿Por?- enarcó una ceja, ayudándolo a caminar tanto como podía.
Ni siquiera tenía dificultades, pero estaba demás decir que Jungkook era en extremo protector con su bonito novio.
- Voy a ver a tu mamá... No sé qué piense de mí- murmuró.
- La verdad no creo que piense en muchísimas cosas por ahora- se encogió de hombros- Estando metros bajo tierra, la capacidad cognitiva no funciona igual.
- Sabes muy bien a lo que me refiero- bufó.
- Le hubieras gustado, créeme- sonrió.
Sus pasos de detuvieron entonces.
Y el rostro de Jungkook, la expresión burlona que tenía decorando su rostro, cambió radicalmente. Jimin se aferró a su mano, dándole breves caricias sobre el dorso. Jeon sonrió y soltó su mano para luego abrazarlo por la cintura.
Tenía la fotografía de Jennie allí.
Jimin admiró fugazmente los rasgos similares a los de un conejito que tanto ella como su hijo compartían. Observó a Kook suspirar brevemente.
- Hola mamá... ¿Te encuentras bien hoy?- sonrió- Yo... Estoy de maravilla si debo ser honesto.
Miró la pancita de Jimin, sonriendo todavía más.
Definitivamente estaba bien.
- Sé que lo sabes mejor que yo, pero... hoy es mi cumpleaños- sonrió- No estás aquí para verme y como siempre, te extraño todos los días. Muchísimo- el rubio sintió como el agarre del chico se apretaba un poco más contra su cintura- Pero... no vine a llorarte como todos los años, mamá. Estoy muy feliz como para hacerlo. Te dije que vendría aquí con alguien más que solo Namjoon alguna vez y... hoy... Quería presentarte a la persona más importante de mi vida- sonrió contento- Bueno... Son dos en uno, en realidad- el rubio quería llorar, pero se limitó a observar la fotografía de la mujer nuevamente- Él es Jimin... Te hablé de él hace poco, ¿recuerdas? Pronto cumplirá 18... Sé que es muy joven, pero se ha convertido en mi mundo entero. Lo amo con el alma, mamá- sonrió nuevamente- Es increíble, de veras lo es... Incluso... Incluso va a darme una familia, ¿puedes creerlo?- soltó abrazándolo con dulzura- Es así de asombroso...
El rubio había comenzado a llorar, aferrándose al cuerpo de Jungkook mientras continuaba observando la imagen frente a él.
No solo pensaba en la posibilidad de poder haberla conocido, sino en el hecho de que él también intentó quitarse la vida poc más de dos meses atrás... La entendía. Comprendía sus razones y todo lo que había pasado, porque él mismo había sufrido de aquel mal. Incluso en ese momento seguía luchando contra él. Se sentía increíblemente mal por no solo esa razón, sino por Jungkook. Perdió a su madre y también estuvo a punto de perderlo a él. Jimin había recibido ayuda y tuvo personas que lo apoyaron incondicionalmente. Kim Jennie no pudo. Ella no tuvo esa oportunidad y por alguna razón se sentía culpable por no haber tenido la más mínima chance de ayudarla. No la conocía, pero tenía esa extraña sensación de haber perdido a alguien él también. Como si él y esa mujer compartieran algún otro lazo especial muy aparte de la relación que tenía con Jungkook.
Tenía la total certeza de que Jennie fue sin duda alguna un ser humano excelente.
Lamentaba muchísimo que no estuviera con ellos en ese momento. No vería a su nieto. No vería a su hijo convertirse en padre. No lo vería casarse y no lo vería triunfar.
Pero sabía una sola cosa.
Estaba completamente seguro de que estaría orgullosa de su hijo, de la clase de hombre en que se había convertido. De esa persona increíble que con tanto amor lo había perdonado y además, lo aceptaba y adoraba tal cual era. De esa persona que se subía a un árbol para salvar a un gatito sin siquiera saber trepar. De esa persona que a escondidas buscaba el comportamiento de los bebés para poder "comprenderlos" correctamente durante sus primeros meses. De esa persona que, aunque a veces muy testaruda y molesta, era sin dudas, sincera y hermosa.
Sí que lo era.
- Adoro a este chico, mamá... Me dijiste que algún día te burlarías de mi cuando entendiera lo que significaba amar a otra persona más que a ti mismo... Debes estar riendo muchísimo ahora... Además, no solo es una.... Madre...- Jimin alzó la cabeza, volviendo a concentrarse en Jungkook-... No sé si lo hayas captado ya, pero... Voy a ser papá...- sonrió- Increíble, ¿verdad?... Yo... Yo jamás pensé que... No creí que alguien me amara tanto como para darme un bebé... Yo...- cerró los ojos y miró a otra parte.
Estar frente a la tumba de su madre siempre le había causado muchísima nostalgia y tristeza. Dijo que no lloraría, pero le era casi inevitable no hacerlo cuando en su mente solo pasaban imágenes de ella sosteniendo a un pequeño niño. Saber que jamás conocería a su nieto le partía el corazón.
- Está bien...- sonrió Jimin, haciendo que Kook lo mirara- Está bien...- repitió, limpiándose sus propias lágrimas.
- Dije que no lloraría...- murmuró apenas- Estoy feliz, Min... Realmente no quería llorar hoy...
- Lo sé, amor... Lo sé...- se dejó abrazar.
- La extraño... La extraño muchísimo, bebé... No sabes cuánto me hace falta...- soltó, comenzando a llorar en voz baja.
El rubio lo consoló como pudo, sonriéndole y permitiéndole acariciarlo tanto como quisiera. Parecía que pudo tranquilizarse al fin sola y únicamente tocando el vientre de Jimin. Esa pancita tenía aquel efecto en ambos por igual. Diez minutos pasaron y Kook volvió a su compostura nuevamente.
Ahora sonreía a la lápida como si nada hubiera pasado.
- Lamento lo que acabas de ver- sonrió avergonzado- Te prometo que seré fuerte... Nos cuidarás, ¿verdad?... Siempre lo has hecho...- volvió a sonreír- Te amo, mamá- soltó finalmente antes de acercarse a la tumba y dejar un corto beso sobre la lápida.
Se quedaron allí un buen rato, observando la tumba y las hojas caer alrededor de ellos. El sol no estaba muy fuerte, pero se sentía su calor. El cielo no estaba tan claro, pero podían observar a las pequeñas aves volar amenamente entre las hermosas nubes. El sonido agradable de los animalitos cantar, les cautivaba en demasía. De alguna manera, había una paz extraña de explicar.
Luego de una hora quizás, en las cuales Jimin también se había encargado de platicar con la mujer, se acercó a la lápida, dejó otro ramo de flores con delicadeza y sonrió brillantemente.
- Los cuidaré bien...- sonrió, dando una breve caricia a la fotografía- Lo juro, Jennie... Es una promesa.
Jeon hizo una reverencia, el rubio lo imitó. Luego, y entre breves sonrisas satisfechas, ambos se dirigieron fuera del lugar.
Las aves nunca dejaron de cantar.
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- Cierra los ojos- bufó el menor, obligándolo a avanzar.
- Min, ¿cómo quieres que te ayude a caminar si no puedo ver?- bufó.
- Estoy embarazado, no significa que no pueda hacer nada por mi cuenta- gruñó- Hazme caso y camina.
- ¿Hay una sorpresa?- sonrió contento, dando pasos con cuidado.
Se aferró a la cintura del rubio y protegió su pancita en todo momento. Jimin le golpeó la mano para que avanzara de una buena vez.
- ¿Es muy obvio?- rió.
- Me hiciste recorrer todo el centro comercial. Me obligaste a comprarme algo bonito. Almorzamos comida china y volvimos a caminar, solo que en un parque esta vez. Salimos en la mañana y ya casi es de noche. Es simplemente sospechoso que hicieras tanto tiempo~.
- ¿Pero lo disfrutaste?
- Podría pasar miles de horas solo observándote y gozaría cada bendito segundo.
- ¿Lo disfrutaste o no?- sonrió divertido.
- Sí~. Sobre todo cuando la señora me golpeó con ese bastón de metal- soltó algo molesto.
- Te dije que la dejaras pasar primero.
- Tú tienes un bebé allí adentro~. La mujer estaba vieja solamente. Tú importas muchísimo más que ella.
- Egoísta.
Kook casi tropieza, pero se incorporó a tiempo.
- Eres un terrible guía- Jimin le dio un corto beso en la mejilla- Estás perdonado.
- Ya, ahora avanza~.
- No hiciste mi pastel- recordó, haciendo un puchero.
El rubio tuvo que moverlo para que moviera un pie por lo menos.
- Te salvaste de una intoxicación entonces- Jungkook hizo un piquito, buscando los labios de Park- Cariño por favor~... Espérate un rato. Ya casi llegamos al apartamento.
- ¿Qué clase de cumpleañero no tiene un beso de cumpleaños cuando se le da la gana? Eres malo.
El rubio viró los ojos y le concedió un beso.
- Quiero otro.
- Mierda, qué pesado eres- bufó- Ya casi estamos en la puerta. Te daré los besos que quieras allí adentro- gruñó.
Jeon seguía haciendo un piquito.
- Jungkook, ¿por favor?- soltó antes de besarlo nuevamente- Rapidito, ¿sí?
El castaño suspiró, tomando la mano de su novio nuevamente hasta por fin llegar a casa.
Jimin abrió la puerta, obligándolo a que se callara por unos segundos antes de entrar.
- ¡SORPRESA!- gritaron, quizás, unas nueve personas a la vez.
Kook abrió los ojos en demasía, ligeramente impactado ante la hermosa decoración en la sala de estar. Eran tonos plateados y algunos azules, ello resaltaba todavía más el oscuro color del cual usualmente se caracterizaba la sala. Incluso la mesita de bocadillos tenía esa temática, llena de dulces, comida y a un lado, unas cuantas botellas de vino. Su mirada recorrió el lugar hasta llegar a las personas que le sonreían contentos.
Allí se encontraban sus pocos amigos y familiares que quería.
Joon sostenía un gran regalo, mientras que Jin también sacaba el suyo con rapidez. A un lado se encontraba Yoongi, siendo abrazado por un tipo sonriente que no había visto ni en pintura, pero que ya le caía bien. Más a la derecha, vio a Taehyung, quien era el único allí presente que se esforzaba por no sonreír demasiado. Y por último, y con muecas más que alegres decorando sus rostros, estaba Lalisa, su esposo e hijos también.
Todos se acercaron a felicitar a Jungkook por su cumpleaños, empezando por Nam y Jin, quienes lo abrazaron con cariño y le dieron un presente. Luego siguió Yoongi, quien se limitó a darle un breve abrazo y su regalo en el proceso. El tipo de sonrisa brillante se presentó como Hoseok, el novio del de cabellos verdes de quien tanto había oído hablar, y también le entregó un presente que no dudó en aceptar. Le siguió Taehyung, quien apenas le dio un apretón de manos y un breve "Toma tu regalo y déjame comer los bocaditos", antes de irse a buscar a Jimin y a la comida también~. Después de él, llegaron sus tíos. Lalisa lo abrazó tan fuerte que apenas logró respirar. Shownu fue mucho más suave, tan amable y dócil como él era, le sonrió y también le dio un breve discurso sobre la vida y sus bienaventuranzas.
Por último, pero no menos importante, fue el turno de los trillizos. Los primos del castaño habían crecido bastante en muy poco tiempo.
- Jackson- sonrió recibiendo el abrazo con cariño- Jaebum- soltó hacia el más alto de los tres chicos- Solar- volvió a sonreír- Tiempo sin verlos, mocosos.
- Lo mismo digo- soltó Bum sonriente.
- ¿Cómo han estado, eh?- dijo revolviendo el cabello de uno de sus primos.
- Diría que estamos bien de hecho~. Mamá sigue loca, papá continúa consintiéndola. Jackson se baña cuando quiere. Y Jaebum sigue siendo un cerebrito- Solar bufó.
- Y ella sigue igual de estúpida- Jackson gruñó.
Jaebum le jaló una oreja a sus dos hermanos a la vez. Luego sonrió hacia su primo.
- No puedo negar lo que mi hermana acaba de decir, pero definitivamente estamos bien- soltó, dejándolos libres al fin.
- Es bueno oírlo- Kook sonrió- Como les dije, yo...
- Muchas cosas han cambiado, ¿eh, primo?- Jackson se apresuró a añadir- Te ves más... Como una persona normal.
- ¿Eso es bueno?
- Claro que lo es~. No tienes ese aire arrogante de antes... Al menos no tanto y además tú...- luego alzó ambas cejas y se enfocó sola y únicamente en Jimin-... Pero... Wow... ¿De dónde salió esa belleza?- sonrió pícaro.
El castaño frunció el ceño al instante.
- Uno, tienes 16. Dos, es mi futuro esposo. Y tres, vamos a tener un bebé- bufó- Ni se te ocurra hacer algo.
- Ya cállate, idiota- gruñó la azabache, acercándose a abrazar a Jeon nuevamente- Sabes cómo es, Kook. Ignóralo.
- Es casi increíble que los tres tengan la misma edad- rió, abrazando a su prima.
- La edad mental nos diferencia totalmente- gruñó Jaebum, a punto de jalarle los pelos a su hermano.
Jackson no quería apartar los ojos de Min aparentemente.
- Manténganlo quieto. No quiero tener que golpearlo- bufó.
- Yo me encar...
- ¡Jimin!- gritó la mujer corriendo hasta él, empujó a sus hijos e incluso a Jungkook en el proceso. Tenía una expresión impactada en el rostro- ¡Pero qué ven mis ojos!- soltó recorriendo con la mirada al rubio de pies a cabeza.
Jackson miró a Solar, Solar a Jaebum y Jaebum a Jackson otra vez. Luego los tres voltearon a ver a Jungkook.
Les había comentado a ellos brevemente sobre el embarazo de Jimin por Instagram, obviando a Jackson, quien conocía del embarazo del chico también, pero que ni siquiera se había tomado la molestia de observar la fotografía del rubio con anterioridad. De ahí su gran interés por la etérea apariencia de Park. De cualquier forma, prácticamente solo sus primos y amigos más cercanos sabían de aquel detalle. No le comentó a su tía, porque era especialmente escandalosa con ese tipo de temas. Y además, estaba seguro de que si lo hacía, ella se encargaría personalmente de hacer un océano de aquel vaso de agua. No quería que su padre se enterara, al menos no hasta que tanto él como Jimin desearan hablar con sus progenitores con un respaldo de por medio. Todavía tendría que irse a Japón dentro de un mes, pero si las cosas cambiaban luego de hablar con Ji Chul, tal vez se quedaría con su novio por mucho más tiempo, o podría viajar con él.
O muchísimo mejor, podrían librarse finalmente de sus padres y con ello, de aquellos hilos que por tanto tiempo los habían controlado a gusto.
- ¿A-acaso.... A-acaso ustedes dos...?- Lisa abrió los ojos en demasía, observando el vientre de Jimin una y otra vez.
Park asintió.
Segundos después Jungkook hizo lo mismo también.
- Amor, sosténme que me voy a desmayar- advirtió a su esposo.
- Sí, cariño- dijo posicionándose detrás de ella.
Un minuto después Lalisa se dejó caer en los brazos de Shownu.
Cuando "revivió", golpeó a Jungkook en la cabeza y abrazó a Jimin con mucho cuidado, alegando que sería un camino difícil el que estaban a punto de recorrer. Le echó toda la culpa a su sobrino. El rubio lo defendió al instante y casi todos se asombraron al verla quedarse callada por unos segundos, sin tener con qué refutar ante la evidente lógica del rubio. Cuando estuvo más calmada y sus instintos de asesina se reducieron a cero, le pidió disculpas a Jeon y los felicitó a ambos por su futuro sobrino-nieto en camino~.
Luego de aquel pequeño incidente, la reunión transcurrió con normalidad.
Oh, y claro.
Kook tuvo que detener cada uno de los movimientos de Jackson. Aunque no hizo falta del todo, ya que el mismísimo rubio se sabía defender a la perfección.
Jimin le tiró un zapato~.
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Noe 💫