SAGA LUX III | Los colores de...

By Kath_B_Carlton

47.4K 6.9K 515

La vida de Timaeus ha estado siempre llena de color, literalmente hablando. En el momento en que en su vida... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
¡Regresamos!
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31

Capítulo 27

1.5K 227 32
By Kath_B_Carlton

Maya



Siento que mi cabeza da vueltas. Siento que este día ha durado como que fuese una semana. En ocasiones es un poco difícil seguirle el ritmo a esta, mi nueva vida. Por momentos quiero gritar, llorar, alejarme de todo porque siento que no estoy preparada para nada de esto, siento que no es mi lugar, pero tengo que ser fuerte. No puedo ser desagradecida y no es que todo sea malo, solo... solo me sobrepasa.

Danielle me conduce a través de la casa hasta su habitación para prestarme algo de ropa con la que pueda estar más cómoda. Aunque a decir verdad, no estoy muy segura si llegaré a estarlo.

—Pasa —me dice, sacándome de mis pensamientos.

Me da una mirada compasiva y acaricia mi mejilla con delicadeza.

—No hace falta que sigas aparentando que lo tienes todo bajo control. —Me guía hasta un sofá de piel blanca dentro de su habitación—. Maya, entiendo por lo que estás pasando. Aunque no lo creas yo no crecí en este ambiente, ni siquiera en uno parecido. Soy de un pequeño barrio de las afueras de Seattle, crecí y me eduqué gracias al esfuerzo descomunal que hizo mi madre por mantenernos a mi hermana y a mí.

La miro, y siento que la estoy viendo por primera vez de verdad. En su rostro no está esa expresión de confianza que he llegado a admirar en el poco tiempo que la conozco. Se ve casi humana, vulnerable y real. Quizás sea un poco mi culpa porque la he idolatrado de alguna manera en este tiempo, al punto de no creer que fuera verdad.

»Llegué a esta ciudad hace ya varios años por el pedido de ayuda de mi primo Dominic. Él estaba pasando momentos en extremo difíciles y creía que si yo no estaba a su lado en ese momento quizás no sería capaz de controlar lo que fuera hacer. Esa es la razón por la que vine y a pesar de que mi primo viene de una familia muy acomodada conocía y respetaba el hecho de que yo no me sintiera cómoda con ciertos aspectos de ese tipo de vida. Muchas veces pensé que era demasiado para mí. Me decía a mi misma que tenía que ser fuerte e independiente, para no dar molestias, que no debía mostrar debilidad porque de lo contrario qué podía ser de mí. Sin embargo, estuve muy equivocada.

»Quizás si en ese momento hubiese dejado de lado ese orgullo o complejo, como prefieras decirle, no habría sufrido tanto en silencio. La vulnerabilidad no nos hace débiles, el saber que no siempre podremos con todo y darse cuenta de que tienes personas a tu alrededor que se preocupan por ti y que desean apoyarte con todo su corazón, te hace mucho más fuerte de lo que nunca imaginaste que serías.

Sus palabras tocan una fibra sensible dentro de mí. No solo porque me siento como un pez fuera del agua, sino porque ha puesto en palabras todo lo que ha estado en mi cabeza en las últimas semanas en las que mi vida ha cambiado tanto y a una velocidad que espantaría hasta el más valiente.

Una lágrima comienza a correr por mi rostro sin ser capaz de retenerla más. Necesito un segundo para poder respirar y poder tomar fuerzas nuevamente para afrontar mi presente y mi futuro. Danielle me abraza en el momento exacto en el que dejo que todo mi ser tiemble desde la raíz.

No dice nada, solo acaricia mi pelo en un constante y silencioso apoyo. Por un segundo me pregunto si así se sentirá el consuelo de una madre.

Cuando las lágrimas paran y se convierten en un pequeño sollozo me siento completamente exhausta, pero liberada y ligera.

Danielle nos separa y con su pulgar limpia los restos de lágrimas que se quedaron rezagadas.

Vamos a buscarte algo cómodo. Estoy segura que un baño caliente te ayudará a relajarte un poco—dice antes de desaparecer dentro de su armario.



En cuanto a lo del baño caliente, tenía toda la razón. El agua caliente me relajó mucho. No dejaba de estar preocupada o de tener presente todas las cosas que han pasado porque no es que fueran a desaparecer por arte de magia, pero al menos siento que he renovado un poco de fuerzas.

Al salir del baño de la habitación de invitados Danielle aún está esperándome, sentada en la cama con su celular en la mano. Al sentirme levanta la mirada y me sonríe amable.

—¿Qué tal el baño?

—Maravilloso.

—Me alegro de escucharlo. Los chicos nos están esperando abajo. —Se pone de pie y palmea con suavidad mi hombro—. Debo advertirte que Tom está un poco nervioso y terco. Nos costó mucho convencerlo de que venir no era lo mejor para nadie.

Le doy una mirada de disculpa. Conozco a Tom el tiempo suficiente como para saber cómo se pone cuando algo no va como él quiere, pero también sé que se calmara en el momento que vea que me encuentro de una sola pieza.

—Por cierto, Maya. —Me extiende una tarjeta, y la miro un tanto extrañada al darme cuenta de que es para una terapeuta—. No pienso que estés loca ni nada por el estilo, así que no me mires con esa cara. Todos necesitamos ayuda y puede que poder ver a una profesional sea bueno para ti, todo esto puede ser muy abrumador y entre más crezcas es muy probable que se vuelva más difícil de llevar. Confía en que deseo lo mejor para ti.

Me siento un poco culpable al haberme puesto a la defensiva con alguien que solo se está preocupando por mí. ¡Que tonta!

—La llamaré. Te lo prometo.

—Está bien. Ahora vamos antes de que Tim piense que te secuestré o algo por el estilo.



Encontramos a Tim y Travis en la oficina bebiendo algo que definitivamente no es café. Al verme Timaeus se levanta y viene en mi encuentro con la mirada cargada de preocupación. Hasta este momento no me di cuenta lo preocupado que lo tenía.

—¿Estás bien? —me pregunta acariciando mi mejilla con el dorso de su mano.

—Si, me siento mucho mejor.

—Tim, no sé si sentirme ofendida con esa pregunta —le reprocha Danielle con un mohín.

—Vale, vale. No se pongan dramáticos —interviene Travis tomando a su esposa por la cintura—. Tom, Dray y Apolo están esperando que los llamemos para que podamos hablar de qué haremos.

Todos asentimos y nos sentamos en los sillones dispuestos frente a su escritorio.

Seguimos a Danielle por el pasillo en silencio. La conversación anterior fue realmente agotadora y al final solo llegamos al acuerdo de que Timaeus y yo deberemos contar con personal de seguridad hasta que se pueda saber más de quién está detrás del incidente de esta tarde. También, con el fin de no llamar atención innecesaria no se presentaría ninguna denuncia a la policía. Al menos no mientras durara la investigación de Travis. Pero aún quedaban dos grandes preguntas, ¿quién era el responsable? Y ¿quién de nosotros es su objetivo?

Danielle se detiene sacándome de mis pensamientos.

—Chicos, olvidé mencionar que solo tenemos una habitación de invitados. —Tan pronto como lo dice mi corazón se dispara al punto de sentirme mareada. DIOS. No hace falta decir que nunca he compartido la habitación con un hombre, nunca lo he hecho con un novio y por Dios, jamás soñé hacerlo con un hombre como Timaeus. Danielle carraspea llamando mi atención y al momento que nuestras miradas se cruzan, ella me guiña un ojo—. Estoy segura que podrán arreglárselas.

En cuanto ha abierto la habitación para nosotros desaparece excusándose de ir a ver a los niños.

Mientras yo me quedo de pie, parada junto a la puerta mirando la inmensa habitación con una gran cama en el centro de la misma, sin tener ni la menor idea de qué hacer.

Siento a Timaeus estático a unos pasos de mí, no sé si me tranquiliza que se encuentre igual de incómodo que yo o preocuparme por eso, porque siendo sincera no creo que él se mantuviera en celibato hasta ahora, yo por mi parte... bueno no tengo ni la más mínima experiencia. Solo teoría... mucha teoría.

—Eh —comienza a decir Timaeus, pero tan pronto como me vuelvo cierra la boca.

Él me mira con la expresión de un niño que no tiene la menor idea de qué hacer y no puedo contenerme, se me escapa una carcajada porque me recuerda a la expresión de los niños del orfanato cuando una travesura se salía de sus pequeñas manos.

Este pensamiento me relaja tan rápido que olvido por completo dónde estoy o cualquier cosa que tuviera en mente momentos antes. Me dejo caer en la mullida cama mientras sostengo mi estómago.

Siento la cama hundirse a mi lado y siento su mano acariciar mi cabeza. El gesto me toma por sorpresa. No sé qué esperaba, pero definitivamente eso no era.

—Tu risa es mi color favorito en el mundo —lo dice con tanta ternura que siento derretirme aquí mismo, aunque al mismo tiempo no lo comprendo por completo.

—Es lo más lindo y extraño que me han dicho —respondo y en su rostro aparece una gran sonrisa en respuesta.

—Como compositora estás familiarizada con el término «color de la voz». —Asiento y me volteo para poder verlo mejor, él se recuesta de lado y quedamos frente a frente—. Para mí, es literal.

Me da una mirada cargada de timidez, mientras aún trato de comprender lo que acaba de rebelarme.

—No lo entiendo.

—Nací con sinestesia. —Hace una pausa en espera de una respuesta de mi parte, pero no tengo la más mínima idea de qué es eso—. Una variación sensorial que, en mi caso, me permite ver colores en los sonidos —me explica y mientras lo hace trato de imaginarme cómo es ver algo de lo que escuchas o escuchar algo de lo que ves, me parece tan extraño y fascinante.

—Es algo increíble, no puedo imaginar cómo es. ¿Te pasa siempre? —Él sonríe ante mi entusiasmo y asiente—. Es decir que mientras te hablo, ¿tú ves colores?

—Eso suena como si no estuviera prestándote atención. No veo colores como tal, es más bien como una imagen en mi cabeza, mientras hablas mis pensamientos tienen un hermoso color esmeralda, en un tono único tuyo. La forma más sencilla de explicarlo es, cuanto percibes el aroma de una comida que te gusta y la imagen de esta viene a tu cabeza, en mi caso la sucede algo parecido.

—Wow. ¿Y eso no te distrae? ¿Cómo puedes componer tan bien? Yo estaría demasiado distraída.

Sonríe y acaricia mi mejilla con delicadeza.

—Eso es porque lo estás pensando desde el punto de vista de alguien que nunca lo ha experimentado, para mí que lo he experimentado toda la vida es algo tan normal como respirar. —Suspira mirándome a los ojos—. No puedo creer que esté contándote esto. Eres a la primera persona a la que se lo cuento.

Lo miro honrada y extrañada por igual.

—Pero tus hermanos...

Niega con la cabeza.

—No lo saben, el único de mi familia que lo sabe es Dray y porque esta condición es hereditaria, él también la tiene. Cuando era niño me escuchó discutir con Thanos por los colores que para mí son tan normales, mientras mi hermano me acusaba con estar loco, tendríamos cinco o seis años. Al escucharlo se dio cuenta que había heredado la sinestesia de él y me explicó lo que era, pero en ese momento estaba tan dolido con la reacción de mi hermano que tomé la decisión de nunca decirles. No quería volver a sentir el rechazo por ser diferente y a pesar del paso del tiempo me sigo sintiendo igual. —Sonríe con tristeza—. Y aquí, contigo, luego del día más loco que he tenido en mi vida, estoy contándotelo como si te dijera que el cielo es azul.

—Tim, en definitiva, eres diferente, eres de lejos el mejor compositor que he conocido jamás, tienes un corazón enorme, eres valiente e increíble. Y no tiene nada que ver con la sinestesia, si es posible solo te vuelve más impresionante.

—Oh por Dios, detente. —Se abanica dramáticamente y termina sonriendo de oreja a oreja—. Tú si sabes subirle el ego a un hombre.

Su sonrisa es contagiosa y preciosa. Sin darme cuenta estoy sonriendo como boba.

—Estamos para servir.

Antes de que pueda decir algo más, tira de mí atrayéndome hasta su pecho cubierto únicamente por una fina camiseta. Soy capaz de sentir la firmeza de sus músculos y el calor que emana de su pecho. Mientras que en el mío se arremolina un sentimiento sobrecogedor a la par que mi mente se nubla y soy consciente de él con todo mi ser.

Coloca su mano en mi barbilla y con gentileza la alza para que nuestras miradas se conecten. Su mirada es tan intensa y tierna a la vez, su contacto provoca un sinfín de escalofríos que recorren mi cuerpo en la expectativa que crea el contacto de su piel contra la mía.

—Esto, poder estar así los dos, parece un sueño —murmura en voz baja y ronca—, casi le doy gracias al maniático que nos persiguió hoy solo por poder tenerte en mis brazos en este momento.

—Eres de lo que no hay ¿eh? —Respondo en un débil intento de quitarle peso a lo que acaba de decir, porque si lo dejo continuar terminaré cayendo en el hechizo de Timaeus Lux y ese es un lugar del que no sé si pueda salir.

Continue Reading

You'll Also Like

148K 11.2K 23
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
75.2K 9.5K 34
El sustituto del SR.Jeon ˚ ༘。🦋⋆˚⊹ ࣪ ˖ Jimin es un chico con una hermosa hermana gemela lamentablemente esta tiene un accidente un día antes de su...
167K 14.4K 12
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
38.7K 10K 21
Se paró frente a una máscara blanca sólo con el orificio de los ojos, llamó su atención bastante, la levantó con curiosidad pensando, no tenía un ori...