-Abby cielo, llama a tu primo, es hora de cenar -Indicaba esa mujer, la cual decidió hacerse cargo de la pequeña Abby cuando ella apareció en la puerta de casa, en una cesta con tan solo meses de vida.
Días después entendió quien era esa pequeña, pues la noticia de que Sirius Black fue mandado a Azkaban rondaba por todo el mundo mágico.
La madre de Abby había muerto en el parto, después la pequeña pasó a ser responsabilidad de su padre, pero no duró mucho puesto que fue acusado y mandado a Azkaban.
-Sí, tía Cissy, enseguida voy -se levantó sonriente del sillón y subió las escaleras de forma rápida, encontrándose en un momento en la puerta de la habitación de su primo.
Adoraba molestar a su primo, con tan sólo once años esa niña sabía como sacar de quicio a Draco.
Abrió la puerta sin preguntar y se tiró encima de su primo, el cual estaba leyendo un libro, haciendo que el objeto que tiene entre las manos choque contra la cara del niño.
-¡Abb, que me haces daño! -se quejó el rubio.
-Oh venga Draco, tu mamá dice que bajes a cenar, ya es la hora. -sonrió Abby, ignorando por completo lo que decía su primo.
El rubio dejó el libro a un lado de la cama y empujó a su prima de forma brusca para quitársela de encima y tener más espacio. Ella se quejó y éste recibió una mala mirada por su parte, lo que causó que Draco soltase una carcajada. Ella solo se dirigió hacia la puerta y una vez en ella le miró.
-Vamos, sangre sucia, ¿no querrás quedarte sin cena verdad? -Sonrió. Sabía que en ese momento debía ponerse a correr, no había cosa mas odiada por Draco que las palabras "sangre sucia" refiriéndose a él.
-¿Qué acabas de llamarme Abby? -Frunció el ceño algo enfadado, lo que hizo que la morena sonriese mucho más.
-Sangre sucia -le miró pronunciando estas palabras lentamente. -Venga Malfoy, ¿tu papá también va a enterarse de esto? -Soltó una carcajada.
-Abby Lily Black, tienes tres segundos para echarte a correr. Uno... -empezó a contar el rubio. -Dos... -Abby solo le lanzó un beso y echó a correr riéndose.
Cuando se dio la vuelta, vio a Draco corriendo detrás de ella, mirándole con cara de odio, señal de que o corría más o iba a estar muerta en cuestión de segundos.