ALOHOMORA {Fred Weasley}

CAPÍTULO TRECE

-¡Abby! -Gritó una voz conocida. Ella solamente se dio la vuelta y al ver a quien menos quería en ese momento, rodó los ojos.
-¿No te cansas de insistir, Draco? Ya te dije lo que pensaba. -Se quejó.
-¿Y tú? ¿No te cansas de ser irritable? -Masculló el rubio.
-¿Me llamas para insultarme? Porque si es así me doy media vuelta y sigo mi camino.
-No, no te he llamado para eso, no eres el centro del mundo Abby. -Soltó el rubio. -A lo que iba: mamá y papá dicen que te quieren estas vacaciones en casa, deben hablar contigo seriamente.
-Está bien, ¿algo más? -Preguntó ella.
-Sí. ¿Cómo se te ocurre juntarte con los Weasley? Y más con la sangre sucia de Granger. -Replicó éste.
-¿Ocurre algo Abby? -Preguntó uno de los gemelos, que se acercaba junto a su hermano a ellos.
-No es nada Fred, solo hablaba con el idiota de mi primo. Ya se iba, ¿verdad, Malfoy? -Dijo la chica. El rubio solo miró mal a los gemelos.
-Os recomendaría que miraseis bien por donde pisáis cuando estéis en las escaleras, nadie quiere que os caigáis por ellas, ¿no? -Dejó caer el rubio, seguidamente se fue hacia su sala común.
-¿Malfoy acaba de amenazarnos? -Preguntó George fascinado.
-Me parece que sí. -Soltó Abby, de forma divertida.
-¿Deberíamos hacer algo al respecto, Freddie?  -Miró a su hermano.
-George, creo que estoy contigo. -Sonrió su gemelo.

Doce de la noche, Abby tenía un sentimiento extraño que no le dejaba dormir. Se puso las zapatillas y salió de la sala sin que los profesores le viesen. Se dirigió hacia la sala común de Gryffindor y se quedó mirando el cuadro de la mujer que estaba durmiendo. De pronto tres personas salieron de él, dejando ver a Ron, Hermione y Harry.

-Menos mal, chicos, pensé que os habíais ido sin mi. -Habló ella, abrazando a su amiga.
-Tranquila Black, no seríamos capaces de irnos sin uno de nosotros. -Habló Harry.