• Unidos •

By CIP_18

12.1K 1.5K 1.3K

Tadashi amaba a Kei, su hermana también lo amaba. Se trago sus sentimientos por la felicidad de su hermana, p... More

Capitulo I
Capitulo II
Capitulo III
Capitulo IV
Capitulo V
Capitulo VI
Capitulo VII
Capitulo VIII
Capitulo IX
Capitulo X
Capitulo XI
Capitulo XIII
~ Navidad ~
Capitulo XIV
Capitulo XV
Capitulo XVI
Capitulo XVII
Capitulo XVIII
Capitulo XIX

Capitulo XII

613 84 98
By CIP_18

-- ¿Te gustaría vivir conmigo? --

-- ¿Eh..? -- Se sentía como si el tiempo se hubiera detenido, al menos para el pecoso. Observaba atento la mujer frente a él, ella también hacia lo mismo. -- ¿Mu-mudarme contigo? -- El ambiente, anteriormente intenso, se había disipado por completo, junto a la emociones fuertes que había soltado antes. La confusión y el desconcierto se apoderó de Tadashi en ese momento.

Asintió con cierta seriedad. No sé decían nada, el silencio dominaba la situación, ¿Qué acababa de pensar? -- Se que es repentino, inesperado, entre otras cosas. -- Relajó su expresión al momento de tomar palabra, notó el desconcierto que había en el rostro del menor. -- Posiblemente extraño, más viniendo de mi. -- Tadako le dedicó una sonrisa, un tanto ¿Rara..? Una curiosa sensación los cubrió a ambos. Los períodos de silencio que se formaban eran un tanto constantes. -- ¿Puedo decir otra cosa? -- Las diversas miradas que se daban complementaban a las palabras que eran dichas.

Aguardó unos segundos. -- Por supuesto. -- Las personas de alrededor seguían en lo suyo, ellos igual.

-- Verás. La ciudad dónde vivo es algo pequeña, a decir verdad. Hay una sola universidad, pero aunque no lo parezca, esa única universidad es realmente buena. -- Las bebidas que ambos habían ordenado para pasar el rato ya debían de haberse enfriado, aunque sea un poco. -- Vas a entrar a la universidad, ¿No es así? -- El pecoso asintió ante tal pregunta. -- Entonces te podría servir. -- El tiempo pasaba cada vez más y más. -- Será una exelente oportunidad para el futuro. -- Realizó una pausa, durante está se dedicó a mirar a su hijo, éste también lo hacía. -- Además, por lo que estás pasando ahora, tal vez sirva para aclararte, aunque sea un poco. -- El silencio que se creo hizo parecer que la conversación cambio de tono, no sé decían nada. -- Sonará muy hipócrita de mi parte, pero... me preocupa tu bienestar. -- Con duda colocó su mano sobre la de su hijo, éste la miró atento.

Tadashi miró la mano de su madre sobre la suya. -- No lo sé. -- Fue lo único que pronunció. Muchas cosas pasaban por su cabeza, últimamente era costumbre que eso le sucediera. Estaba un poco perdido, hacia unos cuantos minutos estaba llorando por la frustración, ahora miraba perdido a todos lados. -- ¡No es que este despreciando la oferta! -- Se apresuró a hablar cuando notó la mirada de su madre. -- Pero como dijiste es, algo repentino. -- Con su mano libre sobó un poco su cabeza. -- Y cómo acabas de ver, no estoy en mi mejor momento. -- Soltó una risita nerviosa al decirlo.

-- Lo entiendo. -- Le miró comprensiva. -- Esto es tu decisión. -- Agradecía que no lo presionará en ese momento. -- Y también, estoy aquí para cualquier cosa. ¿Si? -- Le sonrió, Tadashi se la devolvió, a los pocos minutos alejaron sus manos y regresaron a lo suyo, su postres y bebidas. Pasaron unos minutos, y al terminar la conversación decidieron que ya era hora de irse, se levantaron de la mesa y el pecoso pagó, Tadako insistió en pagarlo todo, pero Tadashi decido hacerlo él. Salieron y ambos se encaminaron al parque, aquel donde se encontraron por primera vez, siempre que se reunirán solían ir a aquel sitio para así separarse y tomar cada uno su camino a casa. -- Tómate tu tiempo. -- Habló al detener el paso. Tadashi asintió con una pequeña sonrisa.

-- Gracias, por preocuparte por mi. --

-- No es nada, como dije aquí estoy para ti. -- Tomo una pausa. -- Es lo mínimo que puedo hacer. -- Aquello fue dicho en un susurro.

-- Por favor, deja de referir te a ti de esa forma. -- Tadako abrió un poco los ojos al escuchar esas palabras, una cálida sensación la invadió luego sonrió.

-- ¿Cómo quieres que lo haga? -- Cuestionó directa, pero tranquila. Aquello le llegó al corazón. -- Sabes que lo que hice, simplemente no fue lo correcto, por eso mismo-... --

-- Está en el pasado. -- La interrumpió viéndola fijamente. -- Si, no fuiste la mejor madre de mundo, pero aún así, ahora estás tratando de mejorar. -- Sus palabras eran dichas con tanta sinceridad, que cierta forma le ponía nervioso decirlas. -- Tampoco tengo los mejores momentos o recuerdos junto a ti, pero son cosas del pasado, y yo te perdone. -- La mujer posó su mano sobre la pecosa mejilla de su hijo.

-- Tienes las pecas de mi madre. -- Admiro aquellas motas durante unos segundos, los cuales pusieron nervioso al muchacho. -- Puede que tú me perdonarás, pero yo no. -- Una sonrisa, más para si misma se formó. -- Lo que hice no estuvo bien, además de que eso fue por una tontería, una estupidez. No tiene perdón. --

-- Para mi si lo tiene. -- Una pequeña y suave risa salió de los labios de la mujer.

-- Tadashi, eres una muy buena persona. --

-- Yo no lo creo así. -- Mencionó algo apenado.

Otra suave risa salió de sus labios. -- Como digas. -- Se quedó callada tras eso. Con el dedo pulgar, de la mano que aún tenía en el cachete de su hijo, acariciaba las pecas que había en esa parte. -- Bueno, es hora de irse. -- Con gentileza apartó la mano del rostro del pecoso, la diferencia de altura entre madre e hijo era obvia, así que como pudo, Tadako se estiró sobre sus pies, para de esa forma depositar un casto beso en la mejilla dónde anteriormente estaba su mano, éstas se habían colorado un poco. -- Nos vemos. -- Una cálida sonrisa fue dirigida a su dirección, una cálida sonrisa paternal/maternal que hace mucho tiempo no le era dedicada.

Tocó dónde el beso había sido dado, Tadako susurró unas palabras para despedirse y comenzar a alejarse de a poco. -- ¡Gra-gracias mamá! Por todo . -- Las últimas palabras fueron dichas con menos intensidad, y devolvió la sonrisa de igual forma.

-- Adiós hijo. Regresa con cuidado. --

-- Tú igual. -- Se despidieron con la mano y luego de eso, cada uno fue por su lado.

Casi un mes y medio desde el cumpleaños de Shiro y, la discusión entre Kei y Tadashi, había pasado. Estos dos ya no pasaban tanto tiempo juntos, el pecoso salía temprano de casa para abrir y acondicionar el gimnasio para la práctica, y el rubio acompañaba a su novia a la escuela, además de que las únicas veces que se hablaban era para cosas de clase o de los entrenamientos. Debían arreglar las cosas, y eso Tadashi lo sabía, ambos se habían comportado y respondido de forma impulsiva ese día, tanto Kei como él.

La campana hizo presencia. Todos los alumnos guardaron sus cosas y sacaron otras, almuerzos, dinero, etcétera. Kei hacia lo mismo, luego de que sacó su almuerzo, se levantó del pupitre para irse.

-- Tsukki. -- Tadashi también se había levantado, y se apresuró para que Kei no se fuera.

El rubio volteó. -- ¿Mande? -- Respondió simple y monótono.

-- ¿Podemos hablar? -- Hablaba bajo, pero firme, era un tono serio pero tampoco lo era tanto como para parecer molesto o distante.

Lo miró durante unos segundos, no decía nada, parecía meditar las cosas. -- Seguro. -- Tadashi sonrió para si, se quedaron unos momentos en silencio, y esperando a que los pocos alumnos que quedaban se fueran, se quedaron solos. El ambiente, junto al silencio no les favorecía, ambos jóvenes parecían pensar que decir, al menos el pecoso, éste veía al rubio y supuso que entonces debía ser el mismo quien hablará. -- Lo siento. -- Iba a hablar, sin embargo, la voz de Kei lo detuvo.

-- ¿Eh? --

-- Ese día te presione mucho, era más que claro que te ibas a enojar. -- Se estaban viendo frente a frente, debido a eso Tadashi veía la sinceridad con la que hablaba Kei. -- Fue mi culpa, era obvio que no querías hablar y pese a ello solo te forzaba a hacerlo. --

-- Está bien. La forma en la que reaccioné no fue la mejor. --

-- Estabas en tu derecho, yo fui el que se equivocó, por eso, lo siento. -- No dijieron nada más, ambos pensaban que decir, el único ruido que se alcanzaba a percibir era el bullicio en las pasillos de la escuela.
-- Guchi. -- Lo miró. -- ¿Estás molesto conmigo? -- Kei tenía ambas manos juntas, Tadashi conocía ese hábito, esa maña, de parte de su amigo, algo que aprendió de Akiteru y que solía hacerlo cuando estaba nervioso.

Se acercó a pasó lento, quedando así cerca de su amigo, con delicadeza separó las manos de Kei y lo abrazó, abrazo que el más alto correspondió rápido. -- No. Eres mi mejor amigo, así que no puedo enojarme contigo. -- Aquellas palabras le dolieron, era cierto, solo eran mejores amigos ¿No?, debía aceptarlo. Se pegó más a Kei, quería sentir mejor, más cerca su presencia. -- Te parece si vamos al cine. --

-- ¿Cuándo? --  Habló sin tener intención de separar aquel abrazo.

-- Dos semanas, quizás. Por esos días ya estaremos de vacaciones. -- Guardó silencio, esperaba por la respuesta del rubio, respuesta que tardo en llegar.

-- Me parece bien. -- Sonrió para si.

Tadashi se dirigía al parque cercano a su hogar, aquel lugar era como un punto intermedio entre su casa y la de Kei por eso habían decidido encontrarse en aquel sitio para poder irse. El calor durante esos meses era simplemente insoportable, pero por alguna razón, ese día estaba algo fresco. Caminaba con paso calmado, sentía que en ese momento tenía todo el tiempo del mundo, en parte si, en parte no. Entonces tras unos minutos divisó la cabellera rubia de Tsukki.

-- Hey. -- El de lentes volteó al escuchar aquella voz.

-- Hey. -- Respondió tranquilo. Se vieron durante un momento. -- ¿Nos vamos? -- Luego de un corto silencio el pecoso asintió y ambos emprendieron otro camino.

Tras bajarse del autobús, que habían tomado cerca del parque, caminaron un rato por toda la plaza, después decidieron por fin llegar al cine, irían a ver una película, como Tadashi había prometido anteriormente y después de terminarla, lo que cayera. Llegaron, luego de una ardua discusión "seria" para saber cuál ver, se decidieron por una de suspenso. Entraron a la sala y tras una larga, muy, muy, larga hora y media, al menos para el pecoso, salieron del lugar regresando a la plaza principal, una búsqueda de azúcar para el pecoso después, volvieron a andar paseando en dónde estaban, viendo distintos sitios y tiendas, queriendo comprar alguna cosa, pero sin dinero para hacerlo.

El tiempo se pasaba volando, o así lo sentía Tadashi ya que para cuando acordaron, ya eran casi las nueve de la noche, nuevamente tomaron el autobús del que habían venido para volver a casa, fue una suerte que siguiera pasando a pesar de la hora, sino ya estuvieran perdidos. Bajaron en la parada y siguieron caminando, la distancia entre la parada y el parque no era mucha, pero tampoco era poca, hablaban mientras seguían el camino, la sensación que se sentía sobre esa situación era más que agradable, una sensación a la cual Tadashi quería aferrarse, extrañaba todo, simplemente, lo extrañaba, no había otra forma para describir esa forma de sentirse.

-- ¿Estás bien? -- Se detuvo, notaba a su amigo algo ido.

-- Si. -- Soltó otro suspiro, pero lo hizo de una manera poco notoria. -- Es solo que, extrañaba esto. -- Hizo una pausa para ver a su amigo. -- Ya sabes, salir nosotros dos. Hace mucho que no lo hacíamos. -- Esbozó una pequeña sonrisa.

-- Si. También lo extrañaba. -- Reanudaron el paso, ya casi llegaban al parque, era muy poco lo que les faltaba y por eso mismo, deseaba que fuera eterno el camino.

-- Tsukki. -- Prestaba atención. -- Te quiero. -- Pronunció con algo de vergüenza.

-- Yo también. -- Vergüenza que Kei no notó.

Apretó su ceño en una mueca extraña, y dejando salir el aire alivio lo pesado de sus hombros, debía relajarse. -- ¿Recuerdas...lo que te quería decir hace un tiempo? -- Al detenerse el rubio lo había hecho también.

-- Si. -- Respondió.

-- Eso es, muy importante para mí. -- No quería verle. -- Por eso mismo, necesito decírtelo ahora. --

-- Te escucho. --

-- Tsukki yo... -- Sentía algo así como un nudo en la garganta, este le impedía seguir, o le decía que no debía parar, pero debía hacerlo, debía decirlo. -- Verás yo... -- Ese sentimiento lo volvía a invadir, odiaba ese sentimiento. Era ahora o nunca. -- Yo... -- Apretó los dientes. El nombrado solo esperaba paciente, atento. Kei no lo notaba, pero Tadashi intentaba, intentaba con todas sus fuerzas poder hablar y decir palabra alguna. Pasaron pocos minutos, en dónde el pecoso buscaba palabras y valor, ya estaba harto. Inhaló y exhaló, y que todo lo que tenía pronunció. -- ¡Tsukki yo-..! -- Ahí estaba otra vez.

El celular del rubio había timbrado, aquello le hizo regresar, se calló mientras que Kei rechazaba la llamada. -- Lo siento. -- Iba a decir otra cosa pero el aparato volvió a sonar, nuevamente la rechazó, y poco segundos después hizo lo mismo.

El tono de llamada era el único ruido que había, éste le inundaba los oidos. -- Contesta. -- Pronunció con una sonrisa. El contrario no dijo nada y volvió a rechazarla, se están molestando. Entonces en el momento en que lo escuchó timbrar nuevamente, se apresuró y le arrebató el teléfono. Por inercia miró el nombre del contacto, "Yukie", con un suspiro, acompañado con reclamos del dueño respondió.

-- Hola. --

-- Tada-chan. -- Se escuchaba un poco de sorpresa en su voz.

-- Si. ¿Qué sucede Yukie? -- Cuestionó sin rodeos.

-- Oh, me preguntaba dónde estaban, es solo que ya es muy tarde, y me preocupe. --

Tadashi soltó un suspiro para después esbozar una sonrisa. -- Tranquila. Se nos fue el tiempo, pero ya vamos para allá. --

-- Ya veo, entonces nos vemos. No tarden demasiado. -- Colgó la llamada.

Dió la vuelta y entrego el celular a su dueño. -- Será mejor que nos apuremos. -- Comenzó a caminar.

-- Espera. -- Miró su celular y se apresuró para quedar frente al pecoso. -- ¿Y lo que querías decir? -- Lo miró fijamente.

-- Eso... -- Murmuró para si. -- No pasa nada. -- Ignoró por completo a Kei. -- Mejor vámonos. -- Iba a avanzar pero fue detenido.

-- Espera. -- Ambos se veían de frente. -- Dime. Por favor. -- Ablando su tono al notarlo muy brusco. -- Ya son varias veces que me quieres decir algo y no lo haces. Si es algo serio o importante para ti, con más razón quiero escucharlo. -- ¿Por qué sus pensamientos tenían que mezclarse con sus sentimientos justo en ese momento? -- Por favor, si es algo en lo que puedo estar involucrado o puedo ayudarte, dime. --

-- No es nada. No le presentes atención. --

-- Hace unos momentos no parecía ser nada. -- Su frustración estaba creciendo de a poco. -- Así que por favor, cuéntame. --

-- Ya te dije que no es nada. Puedes dejarlo de lado por el momento. --

-- Yamaguchi. --

-- Déjalo de esa forma, no importa. -- Se deshizo del agarre del rubio, y con una sonrisa avanzó un poco, aunque fue inútil.

-- Guchi por favor, dime qué sucede. -- Quería irse, no soportaba estar en esas situaciones.

-- Que no es nada, cortalo de una vez. -- Respondió sin mirarle.

-- Guchi. -- No dijo nada, o no quería decir nada. -- Guchi, por favor. -- Cada vez se hacía más tarde, y eso no le gustaba. -- Guchi. -- Lo tomó de la mano evitando que se alejará.

Sintió esa cálida sensación otra vez, la extrañaba. Apretó los ojos y con pesadez. -- Voy a mudarme con mi mamá. -- Pronunció volteando a verle.

-- ¿Qué? -- Fue lo único que dijo al escuchar aquello. Había soltado a Yamaguchi. La cara de Tsukishima en ese momento era toda una obra. -- ¿Estás jugando? --

-- ¿Por qué habría de hacerlo? -- Respondió. Su tono pasaba a ser una más serio.

-- En serio, dime qué es una jodida broma. -- ¿Estaba molesto? ¿Por qué?

-- Ya te dije que no lo es. -- En todos sus años conociéndose, nunca había visto a Tsukishima de esa forma. -- Es la verdad. -- Observaba cada cosa que el rubio hacía.

Kei se alejó un poco de él, ¿Qué estaba pasando?, parecía que aquello que dijo era algo malo. -- Me estás diciendo que ¿Vas a irte a vivir con una, alcohólica? -- Una corriente le pasó por la espalda al oír eso.

-- ¡No la llames así! -- La sangre le estaba hirviendo.

-- Pero eso es lo que es, una ¡Alcohólica! -- Recalcó con furia.

-- ¡Te dije que no la llames así! -- Respondió de la misma forma. -- Ella ya no es eso. -- Escupió molesto.

-- Entonces que es ¿Una drogadicta? -- Cuestionó con burla y sarcasmo, acompañado de molestia.

-- Esto no es gracioso. --

-- No. Lo que no es gracioso es la estupidez que me acabas de decir. --

-- ¡La única estupidez que se ha dicho hasta el momento ha salido de tu boca! -- La sangre se le calentaba, y demasiado. Ambos se veían, estaban enojados. Kei miraba con incredulidad a Tadashi, mientras que éste lo hacía con furia. -- Sabes que, no quiero y no voy a seguir con esto. -- Se dió media vuelta con la intención de alejarse de ese lugar pero nuevamente, Kei lo detuvo.

-- No te vas de aquí hasta que me expliques tremenda tontería. -- La profundidad en su voz lo hizo tensarse por un momento.

-- ¡Deja de tomarlo de esa forma! -- Exclamó algo harto. -- Además, no te debo ninguna explicación, después de todo no estoy haciendo nada malo. -- Se soltó del agarre empujando a Kei.

-- Claro que me la debes. --

-- No. No lo hago -- Eran los únicos en ese lugar, antes le agradaba el hecho, pero ahora, parecía que no era lo mejor. -- El único que necesita una explicación soy yo. -- Lo miró desafiandole. -- Del porque esa actitud. -- El rubio lo miro pesado.

-- ¿Del por qué de mi actitud? ¡¿Del por qué de mi jodida actitud?! -- Resopló con frustración. Kei como tal no era una persona con ese carácter, pero en ese momento era distinto. -- ¿Quieres saber el por qué actuó así? Simple. -- La corta y casi fugaz pausa fue utilizada para pensar lo que diría. -- ¿Sabes que es lo primero que pienso cuando me hablan de esa mujer? -- Cuestionó, no para que le respondieran, solo para dar paso a su respuesta. -- Cando me mencionan o recuerdo a esa mujer lo único que se me viene a la mente eres tú. Tú cuando éramos niños, cuando venías hacia mi llorando, cuando ibas a mi casa, que incluso mi familia te tenía que consolar por las cientos de cosas que ella te decía. Tú cuando eras atacado por ella. ¡Y todas las jodidas situaciones en las que vivías en aquel entonces! -- La sangre se le había subido, y era más notorio debido a su pálida piel.

Tadashi solo observaba y escuchaba. -- Tsukki... -- Susurró, el ambiente se había calmado tras eso. Igual que los dos jóvenes.

-- Es solo que... -- Soltó aire para regular su respiración. -- No quiero verte así. -- Pasó una de sus manos por su cabello. -- Detesto verte de esa forma, porque me hacen recordar todas las cosas que escuché y viví en las, pocas ocasiones que fui a tu casa. -- Caminó, cerca de donde estaban había una banca y fue a sentarse, Tadashi fue tras de él. -- Lo siento, me comporté con un maldito idiota, otra vez. --

-- Te diría que está bien, pero solo lo está en parte. -- Hizo una sonrisa con algo de burla, para después quedarse en silencio, las emociones fuerte ya habían sucedido.

-- Lo sé. -- El silencio hizo acto de presencia en ese momento, Tadashi recargó la cabeza sobre el hombro derecho de su amigo, este solo soltó un pesado suspiro.

-- Tranquilo... -- Habló rompiendo aquella situación. -- ...si la situación fuese al revés, es muy probable que también haya actuado de esa manera. -- Hizo una leve pausa sintiendo el aroma de su amigo, le gustaba ese aroma. -- Y, agradezco que te preocupes por mí pero como dijiste, actuaste como un idiota. --

-- Lo entiendo. -- Se levantó de la banca para estirarse, Tadashi lo siguió. La noche cada vez se hacía más profunda. -- Es solo que, está sensación es extraña. Algo me dice que confíe en ti, y a la vez que no lo haga. Que los recuerdos que tengo, es la única verdad respecto a tu mamá. -- El pecoso no dijo nada, ya que él mejor que nadie conocía aquel sentimiento, después de todo, aquel mismo lo estuvo acompañando durante meses.

-- Pero está bien. -- Se le acercó quedando así frente a frente con Kei. -- Se a lo que te refieres, que estás preocupado, pero esas son cosas del pasado. -- La mirada fija de aquellos ojos lo tenían dominado. -- Ella avanzó y sigue tratando de superarlo, aunque no lo parezca, para ella también es difícil. Por eso quiero apoyarla. -- Le regaló una pequeña sonrisa, para que pocos segundos después fuera abrazado por el rubio, se sorprendió pero no lo negó ni lo apartó, simplemente rodeó la espalda del más alto con sus brazos. -- Te lo digo porque lo sé. -- Miraba el cielo estrellado, si, era tarde.


-- ¿Te has encontrado con ella? -- El contrario asintió.

-- En varias ocasiones. -- Apreció a las estrellas otra vez. -- Me ha estado ayudando con distintas cosas, y me ha estado aconsejando respecto a otras. -- El cuello de su amigo era muy cómodo. -- También, la universidad. --

-- ¿La tomarás allá? -- Volvió a asentir.

-- Creo que es obvio. -- La pequeña risa relajó inundó el ambiente. La tranquilidad y la quietud que había entre ambos era notoria, no sabían que decir, y tampoco sabían si querían decir algo, simplemente querían quedarse de esa forma durante más tiempo.

-- ¿Cuándo? -- Cuestionó llamando la atención de Tadashi.

Tardó un poco tratando de recordar los días exactos. -- Finales de agosto, principios de septiembre. Por esos días. --

-- Ya veo. --

No quería alejarse, no aún no, pero ya era demasiado tarde y gustará o no debían regresar. -- Tsukki, será mejor volver. -- Habló alejándose de a poco. Se separaron, Tadashi miraba a Kei, mientras que éste apartaba la vista. Y tras unos minutos, volvieron a caminar. Cada vez se acercaban dónde se tenían que separar, y no quería que eso sucediera. -- Aquí. -- El rubio no dijo nada, pero se detuvo igual que el pecoso. -- Adiós Tsukki. -- Volvió a abrazarle, el otro correspondió. -- Tranquilo. De esa forma dejaré de ser una molestia. --


-- Tú no eres, y nunca has sido una molestia. Ten eso siempre en mente. --

-- Si. -- Se separó para así irse por su lado mientras se despedía de su amigo.

Se alejo y poco después llegó a su hogar, entro ignorando por completo a todos, yendo directo a las escaleras, y con un "me voy a dormir" las subió, fue en dirección a su habitación mientras escuchaba los reclamos de aquella mujer en el piso de abajo, y sin más que esperar entró en la habitación. Cerró la puerta tras de sí, se deslizó, apoyado en ésta misma, de esa forma llego al suelo, se sentía mal, muy mal. Miraba todo y a la vez nada, sintiendo aún la calidez del rubio, suspiró ante ello. Quería ahogarse en su "miseria" y lo iba a hacer si no fuera porque su celular timbró, lo sacó y al encenderlo vio el mensaje que había en la pantalla.

"Pasaré por ti el domingo"

Con un pesado suspiro se levantó del piso, caminó para de esa forma aventarse de espaldas sobre su cama. Desde esa posición repasó con la mirada toda su habitación, viendo que ésta en su totalidad, estaba vacía.

-- Perdón, Tsukki. -- Cerró los ojos y decidió olvidar todo e irse a dormir. Quería despejarse y estar tranquilo, al menos por ese momento.




°•°


Ehhhhhhhhh holu nwn

Lamento la tardanza con el capítulo, pero tuve "complicaciones" al escribirlo ya que, agregaba una cosa y luego la quitaba para poner otra, y así varias veces hasta llegar al resultado.

No sé, pero siento que siempre muevo mucho la personalidad de Yam's, porque de un momento está de una forma y después de otra, y esas cosas, pero no sé, ustedes que piensan ??

Por cierto, si ven alguna falla de ortografía háganmelo saber -v-

Otra cosita. Para ese punto se supone que están de vacaciones, y eso significa que Yama y todos los de su grado ya se graduaron. No sé, me parecía importante decirlo.

Bueno, creo que eso es todo, espero les haya gustado, y nos leemos la próxima, chau chau ~ ✨

Y gracias por sus bellos comentarios de siempre 💖

Continue Reading

You'll Also Like

60.1K 3.7K 30
después del último exterminio y ganar en la batalla contra los exterminadores el rey decide quedarse con su hija, haci empezando a convivir más con c...
251K 8K 99
1-Serguirme 2-Comentar ideas 3-Vota por cualquier cap caps donde hay,Chisme,Peleas,Amor, más☝🏻🤓😉
527K 32.6K 31
Sofia Curuso llega a Italia para hacer una nueva vida en aquel hermoso pais. Lo que no se esperará es conocer a un grupo de hermanos, siendo estos lo...
91.3K 3.5K 22
𝗝𝗨𝗝𝗨𝗧𝗦𝗨 𝗞𝗔𝗜𝗦𝗘𝗡 ╰── ⓘ contenido +𝟭𝟴, vulgaridad, así que disfruten. Todos los créditos a sus...