Eran las 6:30 pm.
El iba en un avión rumbo a Amsterdam.
Ella estaba sentada en el sofá.
Escuchando la canción que había compartido con su extraño amor de tres días.
Y el escribía poemas de amor.
Poemas tristes como su alma.
Poemas melancólicos como su ser.
De esos poemas que solo un corazón roto puede escribir.