Los rayos del sol empezaron a colarse por la ventana de su cuarto. Poco a poco y con molestia, frunció el ceño, el cuerpo le dolía, y su mente pedía a gritos dormir un rato más
Se levantó de la cama con flojera y bostezo, Raizel no había aparecido, una pequeña mueca apareció en su rostro, aun seguía pensando en lo de ayer, ¿Si aquel hombre lo lastimó? No lo sabia, pero esas preguntas la estaban comiendo por dentro, tampoco iría a la casa de Frankenstein a molestar, no le gustaba andar de pesada, prefería esperar una llamada o un mensaje de los chicos.
Se metió al baño y se dio una ducha bastante larga,estaba muy estresada por todo lo que estaba sucediendo, incluso llego a pensar que necesitaba un psicólogo, pero si abría la boca la meterían en un manicomio.
Al terminar salió y se secó, la mañana estaba fresca y soleada, a lo mejor saldría a comprar comida y algunas cosas para hacer ejercicio, tenía baja Educación Física con 4, no era buena para eso, al menos debía de poner un poco de esfuerzo, estaba a mitad de año y nada más le faltaba un boletín de notas, si o si debía de ganar nota, no importa lo bajas que sean, todo servía.
Volviendo a la realidad, se vistió rápidamente y se peinó, estaba en una duda de si se debía de secarse el pelo, si no lo hacía le empezaba a doler la cabeza y eso arruinaría su día. Tras soltar un suspiro de frustración, sacó el secador de cabello del mueble y se sentó en la silla, para luego empezar a secarse.
Ahora que lo notaba, estaba muy largo, le llegaba más abajo de sus glúteos, pero, como las puntas estaban en buen estado, no sé lo cortaría.
Estando ya seco guardo todo y fue al salón principal, todo estaba ordenado y silencioso, muy agradable para ella, una lástima que tuviese que salir a comprar cosas, rodeada de gente y claro, mucho ruido. Dejando sus deprimentes pensamientos de lado, salió de la casa y observo las calles casi vacías, era una buena hora para salir a trabajar o pasear por la ciudad, ya que todos trabajaban y bueno, ya saben.
Al llegar al supermercado fue a los pasillos del ramen, no quería llevar el mismo sabor todo el tiempo, habían muchos que ella y Rai no habían probado, como el de sabor pollo, carne, verduras, entre otros.
Agarró uno de cada uno y luego agarro bebidas, carne y demás.
Luego de ir a la caja y pagar todo volvió a la casa, donde dejo todo en la mesa y fue a la sala de estar, pediría a pedir todo por la página, no tenía un auto donde poner las cosas.
Agarró su laptop y entró en Chrome, busco páginas y al encontrar una con buena calificación entró, habían muchas máquinas y pesas, todas a buen precio, cosa que le agradó.
Compro una caminadora, una bicicleta para hacer piernas, pesas y algunos productos más.Todo iba a llegarle al otro día, por lo tanto, aun podía disfrutar de comer comida chatarra.Tras soltar un suspiro se fue a la cocina y guardo todo en su respectivo lugar, ahora que estaba sola no sabia que hacer,dormir sería aburrido, salir a caminar seria aburrido, todo le aburría, a menos que...
...
Rápidamente corrió hacia la entrada del sótano, donde bajo las escaleras a los tropezones y observo el lugar, algunos rayos de sol se colaban por la oscura habitación, podía notarse el polvo en el aire, los muebles y las cajas. Ahora que lo notaba,habían cajas aún para ordenar, le hizo sospechar, ella había sacado todo de las cajas.
Se acercó a la mesa de madera donde había dos cajas y abrió una.
Sus ojos se abrieron de golpe, dentro de la caja habían objetos de antes, juego de tazas, platos de cerámica con diseños, debían de ser objetos de los antiguos dueños. Luego abrió la segunda caja y dentro de esta habían vasos de vidrio muy bonitos junto a cuatro copas, tomo una y la observó detalladamente, los dueños anteriores debieron de tener mucho dinero, todo eso salía muy caro.
Tras observar algunas cosas que estaban en la mesa, siguió con las otras cajas, habían vestidos, joyas, zapatos, algunas sabanas en mal estado, pero si las llevaba a alguna tienda podría arreglarlas, porque para su gusto estaban muy bonitas. Agarró algunas cajas y las llevo al primer piso, dejo las cajas y bajo por las otras, estaba segura de que posiblemente a Rai le podrían gustar, ya que son cosas antiguas, o quizá las termine guardando, porque le daría pena venderlo.
De paso se quedó limpiando, al menos se ahorraría todo el tema de limpiar, ya daba vergüenza tener toda esa mugre ahí abajo.
Tras largas horas de limpieza salió del sótano, dejando todo limpio y ordenado, allí pondría las cosas que compro y de paso ver que hacer, el sótano era enorme.
Subio al primer piso y tomo las cajas y las llevo a la cocina, iba a limpiar todo y luego guardarlo, quería usarlo para algún evento que tenga, aunque lo dudaba, ¿Que evento podría tener una chica de 19 años?
Dejo todo sobre la mesada y se dio la vuelta dispuesta a irse para el cuarto, hasta chocar contra algo, más bien alguien.
Frente a ella estaba Raizel, llevaba una camisa blanca junto a unos pantalones negros y zapatos del mismo color. Tenia su clásica mirada tranquila y sus labios estaban apenas curvados, mostrando una sonrisa.
—¡Rai!— Saltó a sus brazos y lo abrazó,el corresponde su abrazo unos segundos después.
Se separo de el y lo observo fijamente a los ojos, aquellos ojos carmesí se notaban apagados, algo había pasado ayer.
Eva:¿Estás bien? Pareces cansado, ¿Has comido algo?— El simplemente apoyo su cabeza en el hombro de ella mientras la abrazaba de la cintura, la rubia solo acarició su cabello negro, aún así haría algo de comer porque ella no había almorzado ni desayunado nada, y tenía hambre.
Tras unos minutos de estar abrazados, Eva se separó de el y lo observó fijamente, hasta darle la espalda y ponerse a cocinar algo, de paso para Raizel también.
Saco la comida y puso agua para calentar por otro lado, Rai se había quedado allí parado, observando cada movimiento que hacía.
Los pensamientos del Noble eran un vaivén de aquella pelea que tuvo con Muzaka, su antiguo amigo, la perdida de su hija Ashleen lo había dejado mal, muy mal, y aquel sentimiento de ira fue provocado por los humanos, el intento de evitar que los mate o lastime no había servido para nada.
Aquello había terminado en una pelea, ambos terminaron heridos heridos, pero el antiguo señor de los hombres lobo prefirió retirarse, dejando al noble angustiado por la conducta de el.
Mientras el peli negro estaba encerrado en sus pensamientos, Eva estaba haciendo una salsa, el otro dia la había hecho y el habia limpiado literalmente todo el plato, dando a entender que le había gustado, y se alegraba. Siempre comía ramen y eso podría hacerle mal al estómago, aunque lo dudaba por el hecho de que el no era humano.
Dejando que la salsa se hiciera, se puso a hacer jugo de naranja, era sano y rico para tomar con el almuerzo, ella le había explicado que el café era para desayunar y merendar, el entendió y dejo de tomar café la mayor parte del tiempo, incluso Frankenstein se había sorprendido al escuchar que ella le había enseñado eso, el rubio no reacciono mal, de hecho, estaba alegre al ver como el se integraba a la sociedad más rápido de lo que pensaba, ya sabía usar muchas cosas, como la cafetera, secar platos y lavarlos, barrer, aunque no lo hacía seguido debido a que su seguidor prefería hacerlo el mismo o en casi todos los casos, M-21 y Takeo.
Volviendo a la realidad, la rubia había terminado de cocinar, coloco el mantel violeta con bordados blancos junto a servilletas, cubiertos, vasos y la bebida, alzó la mirada y vio a Rai sentado en el sofá del salón principal, por la mirada que tenía, parecía estar perdido en sus pensamientos, no quería interrumpir aquello, pero la comida se estaba enfriando.
—Rai, ¿Vas a comer algo? He cocinado, pero si no quieres voy a guardar para más tarde.
El noble la observo y se paró del sofá, no había desayunado ni almorzado debido a estar encerrado en su cuarto, no podía olvidar la mirada de disgusto que tenia Muzaka aquella noche, y Eva había notado aquello, quizá Rai no sueña demostrar lo siente mayormente, pero ella sentía, al menos un poco, su estado, y podía sentir angustia y decepción.
Cuando ambos estaban sentados en la mesa, la rubia lo miró disimuladamente, este comía en silencio y tranquilo, pero ese temblor de manos no podía disimularlo. Dejó los cubiertos y tomó las manos de el, dándole apoyo. Los ojos carmesí estaban cristalinos, parecía querer llorar, aquello le provocó malestar a ella, no quería que el estuviese triste o mal.
Se levantó de la mesa y lo abrazó en silencio, quería que el tuviese esa confianza con ella y que le cuente que estaba sucediendo, al menos para que se sintiese apoyado, aunque eso no era necesario, el confiaba en ella, y mucho.
—Raizel,cielo, puedes decirme que sucede.
Eva estaba un poco sorprendida al haber utilizado la palabra "cielo", nunca fue de usar ese tipo de palabras o mostrar tanto afecto hacia las personas. El se paró y la llevo al sofá, donde empezó a explicarle la situación, como conoció a Muzaka, la muerte de su hija, el odio inmenso que le tenía a los humanos, etc. Eva podía entender a aquel hombre hasta cierto punto, el había perdido a su hija, alguien muy preciada para el, no todos los seres humanos debían de pagar por un grupo malo.
—El está herido, Rai. Perdio a su hija, la única joven que lo mantenía sobre la tierra, ella lo era todo para el, esta metido en una depresión y furia que nadie le ha podido quitar; se encerró en su mente, quiere desquitar su odio con los mortales, pero esa no es la manera de solucionarlo. Eres un buen amigo al intentar solucionarlo, pero es mejor dejarlo por el momento. Mira, tengo cosas para mostrarte que posiblemente te guste.— Se levantó del sofá y caminó hacia las cajas que estaban en un rincón,agarró una y la llevó a la sala de estar, Rai observaba aquello con una notable curiosidad.
—Hace un rato limpié el sótano, no sabes la cantidad de cosas antiguas que encontré, todo parece ser de los antiguos dueños.
El noble asomó su cabeza y observó lo que había dentro, era ropa, ropa que el pudo reconocer, no todo, pero si la mayoria.
La rubia sacó una corona de oro puro junto a lo que parecía ser una capa, no más bien, un saco.
La chica se acercó a el y le colocó la corona junto al saco, se alejo y lo observó bien con un leve sonrojo.
—O-Oh, pareces un rey, pero, Rai, cambia tu ropa al uniforme de la secundaria.
El noble sin decir nada cambió su ropa al uniforme,le quedaba mucho mejor, y por poco a la rubia le da algo, el pelinegro quedaba todavía más guapo.
—¿Quieres verte?— Fue rápidamente a su cuarto y tomó el espejo de pie, volvió a la sala y se paró frente a el con una sonrisa de oreja a oreja, Rai se observaba fijamente mientras se acomodaba un poco la ropa, hasta asentir y sacarse la corona de la cabeza, para luego ponérsela a ella.
—A ti te queda mejor.
Las mejillas de ella tomaron un color más intenso, el si sabía cómo hacerla sentir así.
Giró su cabeza junto al ceño fruncido y sus labios apretados, Rai sonrió levemente ante su acción.
...
Un largo rato había pasado mientras ellos seguían probando y jugando con las cosas que estaban en las cajas, ambos armaban un tipo de actuación con la ropa y accesorios que habían.
—Señor Raizel, ¿Me quiere acompañar en esta pieza?— La rubia llevaba un vestido antiguo junto a unas joyas que hacían juego con este, mientras que Rai, llevaba un traje, el saco y la corona.
El caminó hacia ella y la tomó de la cintura.La música ya la había puesto Eva anteriormente por las actuaciones que hizo, por eso apenas se juntaron empezaron a bailar.
Ambos se movían de un lado hacia el otro al compás de la musica, dieron vueltas, se rieron y al terminar ella hizo una reverencia al igual que el, hasta sentarse en el sofá.
—Hace mucho que no bailaba, pensé que haría el ridículo, de todos modos creo que se notó que perdí un poco el toque.
El negó y tomó su mano, hasta entrelazar ambas manos, ella sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de el, nunca se había divertido tanto junto a una persona, y el lo mismo, estuvo encerrado tanto tiempo en su mansión, que se había olvidado de lo bello que era estar rodeado de personas, y más si se trataba de aquella persona que tanto amas y valoras como si fuese tu único tesoro.