Cadis Etrama Di Raizel (Rai) y tu.
Eva Ramírez, una joven de Estados Unidos, viaja a Corea del Sur por temas de estudio, digamos que tuvo problemas en su antigua universidad debido al bullying que sufría por parte de sus compañeros. Sus padres pensa...
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Eran aproximadamente las seis y media de la mañana.
Raizel y Eva se encontraban durmiendo juntos. La noche anterior Frankenstein le pidió a la chica que se quedase a dormir ya que era muy tarde, no pudo quejarse debido a que el la convencería a toda costa, aunque se quedó por Rai, quien tenía una diminuta sonrisa en su rostro.
El despertador no había sonado, ella de despertó por si sola, a su lado estaba el noble, quien estaba durmiendo tranquilamente; algo curioso porque se suponía que el no dormía, ella le comento a Frankenstein y se sorprendió, nunca lo vio dormir, estaba alegre al oír aquello.
Se sentó en la cama y bostezo, Elen andaba inquieto, muy inquieto, y no sabía el porqué; intento dialogar con el mientras dormía, lo único que se ganaba eran puntadas en la cabeza.
"¡Algo aquí está ocupando lugar!"
Ante aquello, se levantó rápidamente de la cama, claro, sin despertar a Raizel, agarro su bolso y se metió al baño, bajo su ropa y apenas vio sus bragas, maldijo; estaba en su periodo, y las quejas venían debido a que estaba hinchada, algo normal en todas las chicas.
—Mira que eres bruto, deja de moverte que me duele.— Murmuró ella, mostrando claro malestar.
"No es mi culpa que tus órganos estén invadiendo mi privacidad,toma algo para que la hinchazón baje"
—¿De dónde quieres que saque? Frankenstein y los demás están durmiendo.
Murmuró bajito, oyó como su compañero soltaba un suspiro dando a entender lo fastidiado que estaba, no era culpa de ella, la menstruación se le da por aparecer.
"Ve al laboratorio,allí hay medicamentos"
—Como si fuese tan fácil...
El no volvió a contestar, ella volvió a maldecir por segunda vez y se cambió, tiro todo y salió del baño en puntitas de pie hacia el pasillo.
La casa estaba helada, su piel se erizo y rápidamente camino hacia el laboratorio. Al llegar abrió la puerta y encendió la luz,¿Dónde estaban las pastillas? En todos lados habían cajones repletos de vete a saber que, el frío no ayudaba en nada, hasta que decide volver a su cuarto.
—Te hará mal andar descalza.
Pegó un salto del susto, giró su cabeza y vio a Frankenstein detrás de ella, llevaba su uniforme clásico,el traje completamente negro,la camisa blanca y el lazo en su cuello; bajo su mirada y vio que sostenía sus pantuflas.
El se agachó y las dejo en el piso, ella sin dudas se las puso y sonrió nerviosa, le daba vergüenza decirle que su periodo bajo después de un mes completo, sin dar alguna señal.
—No hay necesidad de que me expliques, toma la pastilla y vuelve a la cama, a las diez y media y llevaré té, tampoco irás a la secundaria, por seguridad.
