𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖙𝖗é𝖘
1922, Birmingham, Inglaterra.
Scarlett miraba atentamente a Thomas, centrándose levemente en la conversación que mantenía con el hombre encargado de una construcción.
-la destilería estará en sus manos a final del año, señor Shelby- le entrego el papel que debía de firmar, ella prendió un cigarro esperando saber porque estaba ahí con él.
-Scar- se aclaró la garganta antes de tomar el vaso de whisky- ella será la dueña de la ginebra- tomo de un sorbo el licor, impresionando a la fémina.
-¿ella...? Eh..., señorita, por favor firme aquí- tomó la pluma sintiéndose observada por ambos hombres, los ojos claros del gitano le entregaron curiosidad, de saber qué es lo que tenía en mente.
Dejo el cigarrillo sobre el cenicero, firmando con algo de desconfianza los papeles.
-bien, cualquier inconveniente le será avisado, hasta luego- con portafolio en mano salió del pub, Scarlett sirvió whisky en el vaso con una mirada cómplice.
-seré dueña de una destilería, es interesante, ¿no?- Tommy asintió sin querer mirarla a los ojos, buscando centrarse en el vitral frente a él- ¿por qué yo? Deberías darle ese trabajo a John, lo ha hecho bien con los caballos.
El Shelby odiaba como estaba Scarlett.
Con una pierna sobre la otra, aquella mirada juguetona que desde hace meses atrás le entregaba, y las manos cerca de él para hacer el mínimo tacto mientras hablaban.
-no ha hecho la gran cosa, tiene otro hijo, Esme no sé qué mierda hace mientras estamos lejos- ella golpeo suavemente el brazo contrario- ¿qué? Al menos tú hablas con Polly y organizan las siguientes juntas.
-juntas en las que no estoy, pero en serio, Tommy, se merece saber que confías en él- los luceros quemaban sobre sus labios, mirándole con adoración- y Esme puede hacer lo que ella quiera mientras John está golpeando a otros hombres, no es su dueño- recordó con algo de remordimiento como le había tratado Alfie, como si pudiera controlar de sus acciones, como un amo.
-¿se lo merece?- ironizo mientras tomaba el cigarrillo nuevamente- tu tuviste un jodido negocio de ron- señalo queriendo acercarse a ella- me sirve más tu experiencia que John- un movimiento de cejas le hizo reír, llamando la atención del blinder.
-¡hey! ¿puedes cerrar la puerta?- el chico que paso hizo caso al ver a ambos, alejándolos del bullicio que había afuera- ¡gracias! Primero, John puede aprender, como Arthur aprendió a llevar el Garrinson, y como yo aprendí a montar.
Tommy ni siquiera se interesó en lo que ella decía, con los labios húmedos gracias al Whisky y paseando la colilla por estos con picardía disimulada.
Los últimos meses con la Solomons habían sido especialmente maravillosos, Polly había dejado de lado su soledad, compartiendo las tardes con la fémina, a veces hasta invitaba a Louisa en un gesto cortes, y su relación con él, dios, no podía estar más agradecido de que lo besara en secreto, o hasta con las miradas que le daba por largos ratos, luciendo jodidamente provocadora cuando un cigarro le acompañaba.
Los besos a escondidas eran lo que más repudiaba el gitano, la falsa inocencia con la que lo acorralaba, buscando momentos a solas o simplemente en medio de las cuentas, como se dejaba manejar por sus manos, para después alejarse con esa sonrisa cómplice, dejándolo a la espera de más. Mierda, hasta los besos cortos y dulces que le dejaba mientras bebían con sus hermanos lo dejaba insatisfecho.
Tenía en mente que estar ambos encerrados en la pequeña habitación había sido por algo más que solo hablar de su futura destilería y sobre las responsabilidades que podría llegar a tener el rubio.
Acomodándose a su lado espero paciente a que ella hablará, con la vista fija en el recorrido del objeto humeante.
-segundo, ¿por qué tienes esa idea de ir al sur?- pensó en las palabras que iba a decir, reflexionando en cómo se había enterado, aunque viendo cómo se llevaba con Charlie y Curly, seguramente ellos le informaron de todo.
-tengo que expandirme, Scar- vio duda en el color chocolate de sus ojos, conocía cuanto había sufrido luego de todo, indecisa de si quedarse o ir donde nadie la conociera- Londres es una buena oportunidad, más con otra pelea entre los judíos e italianos. Piensa en ello.
Solomons no quería volver a la capital, se había acostumbrado tan rápido a estar con los Shelby que considera extraño salir de su zona de confort para volver a ver a su hermano o enfrentarse al rostro de Sabini.
-¿sabes bien lo que harás?- tenía muchas dudas de cómo lo llevaría a cabo, o de si es que lo apoyaría en la idea.
-deberías venir a la próxima reunión familiar- mordió su lengua apenas salió la oración, tensando la mandíbula al verla sonreír de lado- tengo la idea, pero no la he compartido con los demás.
Bebió buscando no sentirse estúpido por ya sentirla tan cercana.
-Tommy- le llamo, viendo el leve y casi inexistente rosado en sus pómulos- solo si tú quieres estaré en la reunión familiar, pero, por favor dime cualquier cosa con relación a Londres. No conoces la ciudad, serás un extraño y es mejor si vas conmigo.
Sin aguantar acerco su rostro al hombre, dejando un suave y tierno beso en estos, dándole confianza con el roce, acariciando la mejilla contraria, queriendo que su labial se marcara en el gitano, se alejó de este mordiendo provocativamente el labio inferior, teniendo a Tommy deseoso de más jugueteo.
-¿lo harás?
Callo, aun con los ojos cerrados, ignorando las escandalosas risas y a hombres entrando con un portazo.
-¿el qué?- su mano se posiciono en la pierna de Solomons, subiendo provocativamente- ¿decirte todo lo que pasa por mi mente?
Suspiro antes de volver a besarlo, notando progresivamente como el Shelby profundizaba, tomando control de su cuerpo y de sus acciones.
-quizás no quiero que entres arriba- quito su mano del muslo femenino, conteniéndose de mandar a la mierda a quienes estuvieran detrás de esa delgada puerta.
-debes dejarme, aunque sea alguna vez, no quiero que nada malo te suceda, Thomas- intento que al pronunciar su nombre viese seriedad en lo que hablaba, acomodó su vestido alejándose del cuerpo contrario- pase.
-¡cuantas veces les hemos dicho que en mi jodido pub no se folla!- Arthur exagero, sirviéndose un vaso hasta la mitad de alcohol- puede que me caigas bien, dulzura, pero si no lo hablas primero conmigo no puedo dejarte follar con Tom.
-no los dejaremos tranquilos- John se acomodo al lado de Solomons, juntando sus extremidades con una sonrisa cómplice.
-solo estábamos hablando, nada más, siempre malpiensas todo- se defendió entre risas, viendo su labial adornar los pálidos belfos del líder, sintiéndose curiosamente poderosa.
Suspiro viendo al bigotudo reír y comenzar a hablar de otras cosas con Tommy, John a su lado comenzaba a preguntarle por su mañana y que es lo que haría después.
Mientras el rubio hablaba reflexiono sobre su relación con los Shelby y como había mejorado considerablemente, hasta tal punto que al ver a Arthur tenía la sensación de estar con su hermano.
Al principio no se acostumbraba al lugar, podía pasa todos los meses estando unos cuantos días, pero vivir un año y meses en Small Heath fue algo inesperado. Veía a John tan a menudo que se convirtió en su amigo, charlando de lo que se le viniese a la mente, de mujeres -en el caso de Scarlett, ella en su inexperiencia solo escuchaba- comida y, cuando el alcohol era demasiado en su organismo hasta hablaban de temas mas profundos; y Arthur, tuvo que acostumbrarse con las acciones repentinas y explosivas del mayor, viéndolo practicar tardes enteras en una sala de boxeo, para después fijarse en su preocupación disimulada en los iris verdosos, aprendió a leerlo con demasiada facilidad, le era extraño su sentimiento de hermandad con el mayor, inevitablemente lo veía como si fuese Alfie, y odiaba compararlo con el mencionado, porque en sus recuerdos de infancia Alfred actuaba como Arthur lo hacía con ella: juguetón, infantil y cariñoso.
-señorita Scarlett, un hombre la busca- Isiah entró con una sonrisa, se acomodo el abrigo antes de seguir- dijo que la conocía y que era urgente, viene con un perro, es grande.
Su corazón se emociono ante la idea absurda de que Alfie la viniera a buscar para disculparse con ella y hablar, con ella mostrándole la ciudad, sus amigos y su interés amoroso.
-ya vuelvo.
Su ilusión estúpida la impulso a aceptar sin pensárselo dos veces, lo que llevó al Shelby a actuar de manera racional y fría.
-Isiah, acompáñala, ¿tienes munición?- Thomas apretó la mandíbula, dándole una clara señal al menor que tenía que encargarse de la seguridad de Solomons, notando como Scar acomodaba su abrigo sobre la ropa, con ganas de lucirse mientras caminaba.
-si, Tommy.
Y no negaría que llamaba la atención cuando entraba a un lugar.
-¡si es un imbécil avísanos y con Arthur hablaremos con él!- John prendió un habano, con una sonrisa juguetona adornando su rostro.
-nos vemos luego, tengo que ir con Polly y después hacer un viaje de dos días- el líder asintió- Tommy recuerda lo que te dije- le apunto, sacándole una sonrisa que quiso eliminar de inmediato.
-tengo muchas cosas que recordar, y no son solo malditas palabras- el tono seductor que empleo hizo que el mayor soltará una risa, mordiendo su labio en espera de alguna respuesta ingeniosa de parte de la Solomons.
Scarlett, por otro lado, solo relamió sus labios, saliendo de la habitación para ir en busca de aquel hombre con un perro.
-bien, ahora pasaremos a lo primero, Freddie está agonizando por la jodida peste, significa que volveremos a ver a Ada cuando nos invite al funeral, tendr...
-míralo, John boy- interrumpió Arthur, recibiendo una mirada amenazante del líder- nuestra querida Scarlett abandona la habitación y nuestro hermano deja de ser suave- tomo el cigarro a medio fumar de la mujer, pasándolo por sus labios dispuesto a terminarlo, sabiendo que vendrían las burlas por parte de ambos.
-es curioso, te vuelves blando con Scarlett- comenzó a reír acomodándose mas cerca de Tommy- ¿no es eso tierno de su parte?
-jodidamente tierno, el imbécil a su lado se queda esperando como un maldito perrito- imito a un can con la boca abierta y respiración jadeante- ¡oh, Scar, dame cariño!
-les hablo de cosas importantes y ustedes...
-¡Scar ponte encima de mí, por favor!- maldijo riéndose junto con sus hermanos, no sabía cuanta verdad había en sus palabras, aun así decidió esperar a que se les pasara el ataque de risa y volver a hablar del tema en cuestión.
La Solomons avanzaba siguiendo a Isiah, expectante de a quien vería.
-¿preguntaste por su nombre?
-Harry Davis, reconocí su nombre, quizás Tommy o Arthur lo dijeron alguna vez, sino hubiese interrogado más, ¿hice bien?- Scarlett, en un gesto de amabilidad, toco su hombro, apretándolo con suavidad.
Bajo la velocidad de sus pasos para procesar la estadía de Davis, ¿por qué ahora Harry venia a buscarla? Y lo mas importante, ¿por qué tenia a Tessa con él? ¿algo malo le sucedió a Alfie que necesitan de ella desesperadamente?
Al ver al chico suspiro, no tenían noticias de Londres, cortesía de Polly para alejarla de cualquier impulso de su parte.
-espera aquí, Isiah, si necesito algo te gritare, ¿si?
Avanzo algunos pasos, viendo al judío con el cabello mas largo, afirmando con fuerza la correa del animal, al ver a su mascota tan grande no dudo en llamarle desde lejos.
-¡Tessa! ¡hey! ¡soy yo!- alzo sus orejas antes de correr ansiosa hasta Scarlett, quien mantenía los brazos abiertos- ¿Cómo esta la perra mas bonita? ¿Cómo estás?- acariciaba como fuera el cuerpo desesperado, que saltaba y pasaba su lengua por su rostro, con pequeños ladridos, simulando retarla por el tiempo desaparecida.
-Scar, hola, digo. Scarlett. ¿Cómo estás?- adopto una pose de seguridad falsa, queriendo abrazar a su amiga después de haberse ido dramáticamente.
-ya, en seguida sigo, tranquila, Tessa, yo también te extrañe- tomo la cuerda esperando que se relajara, sentándose a su lado o que dejara de moverse frenéticamente a su alrededor- Harry, bien, he estado bien, ¿tu? ¿qué haces por aquí? Siempre he sabido que no te gusta Birmingham.
-bueno... tenia razones suficientes para estar aquí- no quería asustarse por cosas que ya comenzaba a suponer solo por el tono de voz de Davis, era tan temeroso- como debes de saber, estamos en guerra, nuevamente, y... bueno...
-al punto, Harry.
-Alfie te necesita y no quiere admitirlo, se esta volviendo cada vez más... más irracional, estamos perdiendo Scarlett, tienes que venir a Londres ahora y ayudarnos, por favor.
Tomo aire, dejándolo salir con lentitud a la vez que veía inseguridad en los iris conocidos.
Hizo un gesto con la nariz, de incomodidad y desagrado, el mismo que Alfie hacia mientras escuchaba hablar a Ollie.
-no saben dónde fue, solo que iba con Tessa a la estación de trenes- apretaba sus muñecas con nervios de la reacción del mayor.
-el imbécil fue a buscar a Scarlett- decir el nombre de su hermana después de tantos meses sin soltarlo le dio nostalgia y un escalofrío que le corrió la espina dorsal.
Acaricio su barba mientras pensaba con la mirada del joven judío sobre él.
-busca información de Small Heath, ella ha estado con ellos los últimos meses, Davis debió de ir para buscar ayuda. Es un hijo de puta cobarde- Ollie asintió, acomodando su sombrero y saliendo de la oficina del mayor, con las órdenes de lo que haría.
Sabia algo de esa banda de gitanos, pero algo debió de enganchar a su hermana -o ¿conocida? Ya ni siquiera sabia como tratarle- algo que la hiciera volver todos los meses, algo que hiciera ir en contra de él, en contra de sus buenas costumbres.
Saco el reloj de bolsillo, haciendo una mueca al ver la pequeña foto de ambos, Maggie debió de cambiar su reloj cuando él se bañaba.
La foto consistía en ambos abrazados, una joven Scarlett junto a un Alfie con una barba de dos días, ella con una sonrisa que deslumbraba aquel día y el hablando cuando tomaron la imagen. Se veían bien, recuerda con algo de confusión lo que sucedió ese día.
Ambos caminando por la calle, en busca de algo que les hiciera ganar dinero fácil, reconociendo a Edgar joven, ofreciéndole trabajar en su panadería, con Scarlett siendo la que atendía a los demás y él amasando en la parte de atrás. Considerando lo pobres que eran, las miradas despectivas y los insultos por la calle, el ser tratados con respeto y dándoles un pago digno por las horas que se iban a trabajar había sido lo mejor que les pudo pasar a esa edad.
Tomo aire por largos minutos, tranquilizando su enojo interior consigo mismo, torturándose por cosas que no entendía y creía imposibles. Luego del primer mes considero que Scarlett volvería a él pidiéndole perdón y deseando volver a tener una relación como la de antes; mientras los meses pasaban cada vez esperaba más, que volvería sufriendo, algún intento de suicidio que le hiciera ver que lo extrañaba, algo que le demostrase que lo necesitaba como hermano mayor.
Pero nada, fue el verano mas frio que vivió, encerrándose en su habitación temprano, durmiendo poco y sintiendo un dolor que no podía comprender. ¿de verdad era tan poco importante para su hermana que ni siquiera mando una carta para su cumpleaños?
-¡por la mierda!- agarro su cabeza con dolor, escuchando lejanamente como hombres llegaban quejándose, con heridas profundas que necesitaría sanar de alguna forma- mierda, mierda, mierda...
Saco un papel del segundo cajón, dispuesto a anotar los muertos de aquel día. Viendo en la larga lista judíos que eran inocentes, que no deberían de estar peleando, ¿tendría que rendirse? ¿qué hubiese pensado el fantasma de ella?
Una entrada a su oficina lo hizo apretar con más fuerza su cabeza.
-Alfie, necesitamos parar la producción, ya han explotado dos camiones con ron dentro.
-sí, si, lo sé- suspiro, se acomodo los lentes en el puente de la nariz, deseando que estos le ayudasen a ver el futuro- comenzaremos de nuevo, paren cualquier ataque, la policía nos esta vendiendo, malditos... no confíen en ellos, que todos tengan una jodida arma, se pondrá peor.
El joven salió, dejándolo nuevamente con la hoja llena de nombres, la pipa a un lado y la foto en familia que tenia en el reloj.
-no te necesito, deja de verme así, no te necesito.
Susurraba, notando que recordar a su sangre había sido peor de lo que creía. Su imperio caía y no sabía que hacer, no quería mostrarse arrepentido de lo que había dicho, de lo que había hecho.
Ares noto como se hundía en su propia ira, cayendo en una desesperación palpable.
...
Polly le ayudo a prender un cigarrillo, soltando el humo con desgana.
-creo que lo mejor de haber visto a Harry fue que vi a Tessa.
-¿no fue por lo que dijo? Llegaste aquí y lo primero que me dijiste cruzando la puerta fue que tu maldito hermano te extrañaba- hizo una mueca cuando escucho a Pol hablar con aquel tono de superioridad.
-quizás...- la mayor vio como Solomons soltaba un suspiro tranquilo, como si estuviera en paz con ella misma.
Y conocía que no había sido así, que ahora mismo estaba con muchas cosas en mente, por la forma en la que jugaba con el cigarro y miraba perdidamente la madera del suelo.
-desde hace mucho que no se de Alfie, sé que los Sabini no lo dejan entrar a las carreras, al Derby menos, y hoy Thomas me conto cosas que son extrañas- se sentó a su lado sin saber bien que hacer, necesitaba escuchar mas de lo que tenía que decir- ¿tu sabías que me iba a dar una destilería porque sí?
-esta demostrando cuanto te quiere- bromeo sin saber bien la respuesta exacta- ¿qué mas te conto?
-quiere expandirse a Londres, quiere aprovechar la guerra que hay por ahora, y no creo que sea porque me quiera- levanto la mirada a Polly, aprovechando de expresar su opinión al respecto- piensa que dándome algún trabajo importante tendrá mi lealtad o alguna mierda así, quiere que este ayudándolo con Alfie.
Se sentía de alguna forma traicionada, nunca le había dado al hombre una razón para desconfiar de ella, ¿por qué lo haría ahora? Luego estaban sus sentimientos por el, que la hacen seguirlo impulsivamente, que la hacen decir que si a todo lo que Thomas dictamine, pensaba corregir aquel comportamiento tan necesitado de su parte.
Su parte sentimental le hacía reflexionar, ¿y si así demostraba su amor? Lo racional le gritaba que era estúpido, porque si así fuese luego no iría donde Lizzie Stark a descargar cualquier deseo carnal comprimido.
-quiero a Tommy, Pol- admitió con nervios, pero segura de lo que decía- pero actúa como si fuese a traicionarlo de la nada, ¡no me he dado ninguna maldita razón para hacerlo! Porque si cree que con objetos caros logrará mantenerme a su lado y serle totalmente fiel, déjame decirte que tu sobrino es un imbécil.
Pol rio fuerte al escuchar la ultima frase, sabiendo que era totalmente cierto.
-él te quiere- fumo del delgado cigarro, pensando bien en el orden de sus palabras, esperando expresarse con claridad- solo que no sabe cómo, estas en su mente, pero no quiere que estés mal por su culpa.
¿era verdad lo que decía Gray? En gran parte si, conocía a Thomas, veía en las leves sonrisas que le daba a Scarlett cuando cariño le tenia, o en cómo se dirigía a ella, pero también sabia que no se permitía quererla completamente por el fantasma de Grace, que lo atormentaba cuando besaba a Solomons.
El mismo se lo había contado cuando el opio le dejo indefenso, yendo hasta su habitación como un niño pequeño, buscando un consejo de su madre.
-y deberías preguntarle bien lo de la ginebra, no tengo todas tus respuestas, querida.
Asintió dando por zanjado el tema de su lealtad.
-espero que así sea, Polly, por otro lado, espero que el también me sea fiel- cerró los ojos suspirando, con el cansancio de la adrenalina llegando a su cuerpo- no quiero después sorprenderme con que me traicionara, ¿qué tiene con Lizzie Stark?
-una prostituta más- se dijo en el perfil de la mas joven, detallando sus rasgos a detalle- podrías quitarle a Thomas cuando quieras, folla con él y verás como cae ante ti.
La idea de ambos juntos pasó como una estrella por la mente de Gray, le era extrañamente acogedor.
-podría acostumbrarme a verlo dormido- susurró con voz divertida, soltando un poco de verdad en ello.
Consideró sus palabras después de haberlas soltado, el perfume de Tommy era exquisito, ¿cómo sería despertar en su cuarto con la fragancia impregnada en su piel? Soltó un suspiro ahogándose en tabaco, queriendo desviar sus pensamientos del pelinegro.
Elizabeth se sintió mal por mentirle de aquella forma, la irlandesa había dormido con él una sola noche y hasta el día de hoy seguía pensando en ella, debía de olvidar a la rubia, porque para ella Scar no merecía ser la segunda opción de él, se había ganado un puesto de forma legítima, lenta y constante dentro de la familia.
Ella no merecía ser un pasatiempo mas de Thomas Shelby.
Thomas debía de estar admirando a Scarlett, presumiéndola a todo hombre que se le acerque, con una mirada de superioridad por tener a semejante mujer a su lado, aunque quizás.
Solo quizás.
Ella no debería de estar siendo adorada por él.