–¡No, Louis, no! –Grito Harry histérico–. ¡Ni se te ocurra hacerlo! –Amenazo–. ¡Bájalo! ¡Que lo bajes te digo carajo!
Louis como un niño bueno bajo el globo con agua que tenía en la mano. El rizado suspiro aliviado, se dio la vuelta y siguió lavando el auto.
Creyendo que su novio se había calmado, respiro profundo. Pero fue inútil. En un abrir y cerrar de ojos estaba todo empapado. Y no precisamente de agua.
–¡No fuiste capaz!
–Oops. Creo que sí –sonrió inocente el castaño.
–¡Me entro en el ojo! –dijo saltando y corriendo a la manguera que estaba allí cerca y echándose agua. Encaro a su novio que tenía una expresión neutra en su cara–. ¿Sabes qué? –Harry respiro profundo masajeando sus sienes–. P u d r e t e –deletreo cada letra y entro a la casa enojado.
Louis supo que la había cagado. Y en grande. Harry se había molestado y tenía toda la razón. ¡Y es que lo había mojado con el agua que tenía jabón!
Se sintió culpable. Y supo que era mucho más grave de lo que había pensado. Pues su novio ni siquiera se inmuto en insultarlo como siempre lo hacía. Le había dicho "púdrete" pero eso no se comparaba a nada.
Entro a la casa lo más silenciosamente posible. Subió las escaleras y pudo escuchar como Harry cantaba en la ducha. ¡Oh, no! ¡Oh, no! Harry solo hacia eso cuando quería desestresarse y pensar seriamente las cosas.
–¡Me terminara! –susurro histérico corriendo escaleras abajo.
Entro a la cocina rápidamente y se dispuso a preparar algo. Se ganaría el perdón de su novio, cuesto lo que cueste.
El olor a jabón no se le quería quitar del cabello. Se lo enjuago unas cuatros veces y sonrió satisfecho mirándose al espejo.
Bajo las escaleras ya listo para ir y enfrentar a Louis por haberle hecho eso. Una notita se atravesó en su camino en uno de los escalones.
Sonrió al leer el contenido:
"Perdóname"
Siguió bajando encontrándose con más notas en su camino. Las notas terminaban en el sofá donde se encontraba una más grande que decía:
"Te amo"
Le dio gracias a Dios por el excelente novio que tenía. El mensaje en total decía:
"Perdóname. Sé que me dijiste que no te mojara. Pero al ver el balde con jabón se me hizo muy tentador. Perdón por arruinar tus encantadores rulos. Te amo"
Termino de leer en vos alta.
Había un plato donde en él se encontraban dos porciones de chocolate. Junto a unas fresas que a lado tenia escrito con crema "Eres el mejor"
–Espero y te guste –una voz detrás de él lo hizo darse la vuelta y ver a su hermoso novio con una rosa en la mano.
–Me ha encantado –contesto sinceramente mientras se acercaba a él y lo abraza con todas su fuerzas-.
–¿Me perdonas? –susurro cerca de los labios del rizado mientras dejaba la rosa a un lado y agarraba a su novio por la cintura. Harry en un acto reflejo enredo sus brazos alrededor de su cuello.
–Te perdono –cerró la distancia uniendo sus labios tiernamente–. Vístete. Tenemos que ir a visitar a Niall. Hoy llegan sus padres.
Louis asintió emocionado. Subió las escaleras rápidamente para bañarse y cambiarse.
Caminaba de un lado a otro frustrado. Harry gritaba desde abajo que se apurara, pero el simplemente no estaba listo. Buscaba por todos lados ¡Hasta debajo de la alfombra que estaba allí! Y no encontró absolutamente nada. Subió su mirada ya cansado ¡Y allí están! Fue a agarrar sus apreciadas y queridas vans, pero no alcanzo. Maldijo en todos los idiomas el ser tan bajo y el escaparate por ser tan alto.
–¡Harry! –grito.
El rizado entro corriendo por la puerta. Vio que Louis estaba con el ceño fruncido y sus brazos cruzados por el pecho mientras golpeaba el piso con sus pies.
–¿Qué sucede, bebé? –Pregunto preocupado entrando a la habitación–. Niall nos está esperando para ir a buscar a Liam y Zayn al aeropuerto.
Es que... Es que... –su labio inferior tembló. En ese momento estaba tan enojado y maldijo de nuevo el llorar cuando estaba bravo–. No alcanzo mis zapatos.
Harry sonrió enormemente. Louis era tan tierno.
–¿Dónde están? –Pregunto cómo que si le estuviera hablando a un niño pequeño.
–Allí –señalo Louis tímido con su dedo.
El rizado los bajo y se los acerco.
–Aquí tienes, bebé –dijo dándole un beso.
–¿Cómo es que eres tan alto? –Reprocho Louis colocándose las vans–. Parece ayer que solo eras mi bebé y yo tenía que protegerte.
–Yo sigo siendo tu bebé, Lou –Harry imito la voz de un niño.
(...)
La pareja de esposos venían acurrucados uno con el otro mientras el avión aterrizaba. Venían de un largo vuelo de Alemania y por fin estaban en Rusia.
–Ya quiero ver a mi hijo –soltó Zayn mientras entrelazaba su mano con la de su esposo.
–Yo también muero por verlo –Contesto Liam dándole un beso a su esposo.
–Parece que fue ayer cuando los rescatamos de aquel puente –soltó un suspiro.
–Vamos a casa –susurro Liam mientras los abrazaba a todos.
Zayn sonrió enormemente mientras una lágrima corría por su mejilla. Liam agarro a Niall por la mano mientras que Zayn fue a cargar a Harry por ser el más pequeño.
–¡No! –Dijo este escondiéndose detrás de Louis–. Yo quiedo que me lleve Lou –dijo mientras miraba a su mejor amigo.
Louis lo agarro mientras el pelinegro miraba la escena, absorto. Corrieron un poco para no mojarse con la lluvia hasta llegar al auto.
El camino fue silencioso. Los tres niños iban sentados atrás mientras los adultos iban adelante.
Una familia completa pensó Zayn mirando por el retrovisor.
–Bueno, chicos –menciono Liam llamando su atención. Ya se encontraban en la casa y los tres niños estaban sentado en el sofá mientras Zayn y su esposo estaban sentados en uno que se encontraba al frente–. Zayn siempre ha tenido el sueño de ser padre. Pero lastimosamente no nos han dejado adoptar –explico triste–. Y...
–¡Los queremos adoptar a ustedes! –Interrumpió Zayn–. Queremos ser sus padres.
Louis, Harry y Niall los miraron como que si les fueran salidos otra cabeza ¿Padres?
–¿Dos papas? –El primero en hablar fue Niall–. ¿Lo común no es tener una mamá y un papá?
–Sí –se apresuró a contestar Zayn con la mirada en el piso–. Nosotros somos esposos. Nos amamos y siempre hemos querido tener hijos. Sé que tener dos papas es extraño pero... yo los amare y los cuidare siempre. Es decir, nosotros. Pero si no quiere yo lo entien...
–¡Sí! –Grito emocionado el rubio–. ¡Tendré dos papas! –corrió hacia a ellos mientras los abrazaba fuertemente–. ¡Gracias, gracias, gracias! Prometo ser el mejor hijo del mundo.
La pareja sonrió enormemente ante lo tierno que era su nuevo hijo, no legalmente, pero ellos ya lo sentían así.
–¿Y ustedes? –Pregunto Liam.
Louis miro a Harry dudoso. Ellos ya tenían padres.
–Yo ya tengo un papá y una mamá –contesto Louis triste–. Solo que andamos perdidos.
–Sí –agrego Harry–. Yo quedo mucho a mis pades, Lou me prometió algún día voy a verlos.
Louis hizo una mueca. Él sabía que hacer eso no sería nada fácil.
–Podemos hablar esto mañana –sugirió Zayn con Niall sentado en su regazo–. Mejor vayamos a dormir.
Todos asintieron y más los niños que tenían mucho sueño.
El pelinegro los dirigió a las habitaciones de arriba. En una de ellas había dos camas. Una matrimonial y una individual. Le dijo a cada uno donde dormirían y les entrego indicaciones.
Los tres dormirían solo en bóxer. Pues la ropa que cargaban puestas estaba toda mojada. Zayn se encargó de arroparlos bien con cobijas y edredones.
–Señor –susurro tímido Niall que se encontraba acostado en la cama individual.
–Puedes decirme papá –sonrió el hombre–, o Zayn si te hace sentir mejor.
–Gracias por querer ser mis padres –dijo–. Nunca he tenido uno y no sé qué es eso. ¡Y esta cama es muy cómoda! –alago emocionado.
–No tienes por qué agradecer –el morocho sentía un sentimiento crecer dentro de sí poco a poco–. Te daremos todo el amor y nunca te faltara nada. Buenas noches cariño –dio un beso en su frente y se levantó despidiéndose.
–Buenas noches... papá.
Louis y Harry estaban en la misma habitación. Pero ellos estaban acostados en la cama matrimonial. Como era de costumbre Harry estaba acostado en el pecho del castaño mientras este rodeaba sus cinturas con sus brazos.
–Lou –susurro tímido el rizado.
–Dime, bebé.
–¿Nos quedademos con estos señodes? –pregunto mirándolo.
–¿Quieres quedarte?
–Yo nunca he tenido dos papas, Lou. Es dado –dijo el pequeño–. Pero si quedo quédame.
–Entonces nos quedaremos –Louis sonrió dándole un beso en la frente.
–¿Tú te quedadas conmigo?
–Toda la vida me quedara contigo. Eres mi bebé, nunca te dejaría.
Las semanas trascurrieron y Zayn y Liam hacían mucho papeleo. Adoptar a unos niños de la calle era muy difícil. Pero no imposible. Después de tantos días donde los tres niños se acostumbraban a estar con unos nuevos padres todo se resolvió. Bueno, no todo.
A la feliz pareja le habían dado la custodia del niño rubio. Niall Payne Malik.
Pero no habían tenido suerte con Harry y Louis. Los esposos habían contratado a un abogado y este les había explicado que la custodia de los otros dos era más difícil porque ellos tenían ya unos padres.
Liam y Zayn luego de tanto discutir el asunto. Decidieron mudarse a otro país.
Se trasladaron desde Inglaterra hasta Rusia. Dejando todo en el pasado.
A lo lejos pudieron ver una cabellera rizada que sobresalía entre todos agarrado de la mano junto a un castaño. Y a lado de ellos su otro hijo; Niall. Zayn sonrió enormemente. Aunque Louis y Harry no eran legalmente sus hijos. Él los quería como uno.
–¡Papas! –Grito emocionado el rubio corriendo hasta ellos–. ¡Los extrañe!
–¡Yo también! –Chillo Zayn.
Todos se abrazaron enormemente, y compartieron sonrisas.
–¡Están tan grandes! –Exclamo emocionado el pelinegro como todo buen padre.
–Exageras –bufo Louis–. Solo se fueron por dos semanas.
Todos habían crecido. Niall poseía 20 años al igual que Louis. Harry seguía siendo el menor de todos, aunque el más alto; tenía 18 años. Recién cumplidos su mayoría de edad.
Estos dos últimos eran novios y vivían juntos. Habían comenzado a trabajar desde temprana edad y gracias a sus padres pudieron montar su propio negocio. Y vivían felizmente de lo que ganaban.
–Déjenlo, esta viejo –comento burlón Liam.
–¡Hey! –se quejó Zayn mientras todos reían–. Tan solo tengo 39. Tampoco estoy tan viejo ¿cierto? –Pregunto esperanzado–. Además, tú estás más viejo.
–Tan solo 40 –Respondió a su defensa besando a su esposo.
Los tres adolescentes soltaron un Awwws.
Luego de ese emotivo recuentro. Se fueron a cenar. Era un bonito restaurante por una de las principales avenida de Rusia. Contaban las cosas que habían hecho en esas dos semanas.
–Niall tiene novia –soltó Harry haciendo que Liam y Zayn se atoraran con la comida.
–¿Qué? –Casi que grita Zayn–. ¿Cómo que novia, jovencito? ¡Aun estas muy joven para ello!
–Pá. Ya tengo 20 años –se defendió.
–¿Ves? –Dijo mirando a su esposo–. Crecen tan rápido –puso una mano en su pecho dramáticamente.
–Yo les tengo otra noticia –Todos pusieron su atención en Louis–. Harry yo viajaremos a Inglaterra. Hemos encontrado a nuestros padres.
La mandíbula de Liam casi cae al piso al escuchar aquello. ¿Sus padres? ¿Sus padres biológicos?
–¿Están seguro de ir? –pregunto asombrado.
–Sí –contesto firme Harry–. Extraño a mi madre. Llevamos 14 años desaparecidos, solo espero que se lo tome bien.
Zayn comenzó a llorar mientras tapaba sus ojos. Y es que él era el más sentimental.
–Los voy a extrañar –susurro–. Yo los amo como que si fueran mis propios hijos. Saben que siempre estaré para ustedes y... –no pudo terminar como las lágrimas no se lo permitían.
–Sera temporal. Prometemos volver.
(...)
El rizado y el castaño se encontraban camino a casa. Ya habían llegado a Londres que era donde se encontraban sus padres. Ellos habían averiguado todo gracias a un excelente detective que pudieron contratar. Estaban nerviosos, sí que lo estaban.
Se bajaron del taxi agradeciéndole al señor mientras tomaban sus pequeños bolsos que habían traído consigo.
Entrelazaron sus manos mientras se dirigían a tocar la puerta. Sus manos sudaban y ellos los sentían. Sus corazones se aceleraban. Habían decidido ir primero a la casa de Anne a petición del menor.
–Pase lo que pase estaré contigo, amor –susurro Louis besando a su novio.
Harry respiro profundo y toco el timbre. Escucharon un "ya voy", seguido de pasos y risas, al parecer la señora Cox no estaba sola. Se podía apreciar otra voz de mujer junto a la de ella.
La puerta se abrió revelando a dos señoras ya algo mayores. Sus cabellos agarrados en coletas altas mientras reían.
–A la orden... –Anne callo de repente al ver a su hijo allí parado. Podía jurar que era él. Su corazón lo sentía y sus ojos comenzaron a aguarse. A su lado se encontraba Jay quien también miraba atónita. Sus hijos estaban allí.
–Mamá –susurraron los dos al mismo tiempo.