Cántame {Larry Stylinson}

Capítulo 4: "Más nunca"

 Parte 2/2

La noche llego y él se acostó esperando a su mejor amigo. Él siempre llegaba y le cantaba. A veces se quedaba dormido y el pequeño Harry se iba para su casa. Otras veces se quedaba a dormir con él.

–Tienes que dormir, amor –le dijo su madre preocupada–. Trata.

–Quiero que Harry me cante.

–Él no puede venir, Louis.

–Lo quiero llamar.

Se levantó rápidamente de la cama. Agarro el teléfono y marco el número.

–¿Quién habla?

–Señora Anne. Soy yo, Louis.

–Ah, Louis –dijo con desprecio–. ¿Qué quieres?

–¿Puede pasarme a Harry?

Se escucharon unos ruidos al fondo. Hasta que la dulce voz del pequeño inundo la línea.

–¿Qué quedes, Louis?

–¿Vendrás a cantarme? –pregunto y luego de varios segundos fue que Harry respondió.

–No.

–¿Por qué no? –Pregunto con un nudo en la garganta.

–Mas nunca te cantade –escucho una especie de sollozo al otro lado de la línea. Y luego colgaron.

–Más nunca me cantara, mami.

Comenzó a llorar como el propio niño pequeño que era. Sabía que sin la voz de Harry él no podría dormir, se la paso sollozando por horas. Su madre le acariciaba la espalda en forma de consuelo, pero nada podía consolarlo. Porque el causante de sus lágrimas, era el único que tenía ese don. A pesar de solo tener 6 años. Sentía rabia. Enojo. No podía creer que tan egoísta era Harry. Él sabía que no podía dormir. Que lo único que lo hacía caer en un sueño era su voz. Y ahora le estaba negando aquello.

El pequeño niño de ojos verdes lloraba y lloraba. Se sobaba su espalda y brazos. Le dolía todo el cuerpo. Siempre creyó a su madre como un héroe. Una persona hermosa. Pero ahora no.

–Es lo mejor para ti, cariño –dijo Anne entrando a la habitación.

El cuerpo de su hijo comenzó a temblar al verla. No lo podía negar. Le tenía miedo.

–Yo lo quedo, mami.

–¡No digas estupideces! –Grito fuertemente dándole una bofetada.

El rostro de Harry empezó a arder. Se veía la mano de la señora Cox marcada en ella. Salió de la habitación hecha una furia.

El pequeño se acostó mientras sus lágrimas seguían fluyendo. Trato de cerrar los ojos pero las imágenes de horas antes vinieron a su mente.

–Harry –lo llamo su madre. Este bajo las escaleras alegremente con su oso entre sus brazos–. Es para ti. Es Louis.

–¿Qué quedes, Louis? –pregunto contento.

–¿Vendrás a cantarme? –la señora Cox que había puesto el teléfono en alta voz le dijo por señas que dijera que "no". Harry la miro confundido. Pero al sentir un fuerte golpe en la espalda se apresuró en contestar–. No.

–¿Por qué no?

–Más nunca te cantade –ahogo un sollozo y colgó.

–Entenderás por las buenas o por las malas –dijo su madre. Para luego recibir otro correazo por su espalda–. No quiero verte más con Louis –lo agarro fuertemente por los brazos.

–Mami, me duele –dijo con la voz pequeña.

Harry luego de tanto llorar se quedó dormido. Pero durante toda la noche. Las pesadillas lo atormentaron. El recuerdo de su madre pegándole, era lo que hacía que se despertara a cada rato.