Harry nunca fue un gran fan del olor a sangre.
Siempre trataba de esquivarlo, de evitar ensuciarse las manos a menos que fuera estrictamente necesario o realmente aquella otra persona se lo mereciera. El rizado no tenía mucho problema con ello, todos sus hombres – y alguna que otra mujer - demasiado enfermos como para rechazar la oportunidad de torturar y/o matar a alguien. Sabiendo los mismos, sin embargo, que no por no ensuciarse las manos el jefe era débil, ya teniendo eso grabado en sus mentes tras un evento en particular ocurrido hace unos cuantos años.
No obstante, el sujeto frente a Harry se lo merecía.
Pese a ser el líder de una de las mafias más importantes de toda Europa, Harry no era un mal hombre. No era abusador, no era violento, no juzgaba, y no discriminaba. Si, manejaba asuntos ilegales, asesinaba, torturaba y desaparecía cadáveres de vez en cuando, pero eso solo eran gajes del oficio, él era un buen sujeto. Trabajo, solo era trabajo.
-Disculpa, ¿Puedes repetir lo que dijiste hace unos minutos? Creo que no lo entendí muy bien.
Harry trataba de ser justo con la mayoría de sus denominados "clientes". Todos compartían las mismas características, todos compartían la misma historia, salvo por alguno que otro cuyo historial sobresalía de los miles archivados en los documentos de Harry. El rizado sabía a ciencia cierta que este hombre tenía una omega, dos hijas si no se equivocaba, familia que ciertamente, no se merecía perder a un integrante de ella. Bueno, casi. Tal vez Harry en realidad solo les estaba haciendo un favor.
-N- No – trato de hablar el alfa frente a él entre profundas respiraciones, cuerpo totalmente adolorido debido a la infinidad de golpes atestados contra el mismo – No te tengo m-miedo.
No era sorpresa para nada el hecho de que Harry tenía mucho dinero, el dinero suficiente como para vivir sin mover un dedo durante esta vida y muchas otras más. Claramente, que este hombre no le pagara una mínima parte de esa cantidad de dinero no le afectaba en lo más mínimo, solo eran decimales de una cuenta bancaria valuada en billones. Sin embargo, había algo que a Harry le importaba más que el dinero, algo que de pequeño se le fue inculcado y que siempre busco obtener, por las buenas o por las malas.
El respeto.
-Sabes Alex – comenzó el rizado, acomodando la manga de su traje levemente manchada con sangre – realmente me da igual que no me pagues, créeme, el dinero que tú manejas es por lejos más sucio que el que yo gano. – menciono acercándose al alfa atado frente a él, escuchando como su respiración se entrecortaba y se hacía cada vez más errática. Cobarde - Pero me faltaste el respeto, viéndome la cara de imbécil cuando tú lo eres más que yo al pensar que podrías andar por allí ensuciando mi nombre sin cargar con las consecuencias. – Sin despegar su mirada del hombre frente a él, Harry se preparó para decir las palabras que comúnmente terminaban de quebrar a la gran mayoría de las personas que pasaban por aquel pequeño cuarto de paredes oscuras, y del que nunca volvían a salir - Deberías agradecer que no fui por tu familia.
Pero Alex era muy raro. Y estúpido, también muy estúpido.
-Hueles a omega – fue lo único que menciono el alfa frente a él, ganándose un ceño fruncido por parte de Harry – ¿No te pone mal, acaso? ¿Saber que tu omega seguro ha de sentir asco de un alfa asesino? ¿Qué ha de tener miedo de ti?
Para sorpresa del hombre, una gran carcajada broto de los labios del alfa más poderoso.
-Dios, sí que eres gracioso. Enserio, muy gracioso – dejando de reír y volteándose a uno de sus hombres, el rizado volvió a hablar – Trae a mi omega aquí, dile que es importante.
Si aquel alfa tan solo supiera...
-¿Sabes que significa la palabra mafia, Alex? – Al no obtener respuesta, Harry le propino un golpe en el estómago, dejando al alfa boqueando por aire – Significa "mi familia", y como podrás notar, a mí me importa mucho mí familia.
Harry acostumbraba a no llevar a ningún hombre más que a Niall cuando realizaba aquellos trabajos, erróneamente haciéndolos demasiado personales como para que hombres que ciertamente no eran de su confianza lo presenciasen. Eran como su terapia personal.
-Mi omega se ha sentido muy mal últimamente, exámenes, familia de mierda, tú sabes, le das la misma vida a tus hijas – menciono, agarrando rápidamente el corto pelo del hombre para extender su cabeza hacia atrás cuando vio que el mismo bajo la mirada – ¿No te pone mal, acaso? – pregunto, de la misma forma en la que el alfa se lo había preguntado hace unos segundos. – Sin embargo, me has dado la brillante idea de animarlo. También le compre un yate, pero esto hace el trabajo más rápido.
Alex no se dio cuenta, demasiado aturdido por el dolor en su cuerpo como para darse cuenta, pero la mirada de aquel hombre a quien, muy a su pesar, temía, cambio drásticamente cuando aquel pequeño omega de brillantes ojos azules cruzo la puerta.
-Hola tesoro – menciono el alfa a penas su omega cruzo la puerta, extendiendo sus brazos para atraer al más pequeño en un abrazo, alzándolo en sus brazos y dejándolo reposar su cabecita en su hombro, aspirando rápidamente su aroma. Su alfa gruño de puro gusto, relajándose inmediatamente.
-Alfa – murmuro bajito el omega, batallando contra del sueño que su pequeño cuerpo tenia. Estaba durmiendo en la habitación del mayor cuando Niall fue a despertarlo con la excusa de algo urgente. Niall no debía decir a nadie como el pequeño castaño había hecho un berrinche todo el camino hacia aquel cuarto de paredes oscuras y luces amarillentas.
-Tenemos un invitado hoy bebe – comento el alfa de manera casual, dando vueltas por la habitación con su omega en brazos, quien, aún sin despejar su rostro del hombro del alfa, se mostró un poco más interesado en la conversación. – Él es Alex. Es un hombre muy malo. Ha contraído muchas deudas a lo largo de estos últimos años, afectando a su esposa y a sus dos hijas en el proceso. – Louis lo miraba con ojos de borrego, no entendiendo la situación. Todas las personas con las que su papi trataba eran iguales, no entendía cuál era la diferencia. - ¿Y sabes lo que hizo Alex, bebe? Pese a que papi le dio todas las posibilidades para salir de su situación, se vio con el descaro de ensuciar su nombre en casi toda la ciudad, el de él y el de su omega, ¿Tu qué crees que deba hacerle?
-Malditos enfermos – murmuró él alfa en un susurro casi inteligible, casi, porque de todas formas la pareja lo escucho – Son todos unos malditos... - Y así hubiera seguido insultando, si Louis no hubiera, en un rápido movimiento, tomado el arma que su alfa guardaba en uno de sus bolsillos y disparado a uno de los pies del hombre amarrado, quien vocifero un agudo grito de dolor. Solo Harry debía saber cuánto Louis amaba aquello.
Porque a Louis, no le importaba ensuciarse las manos de vez en cuando.
-Púdrete imbécil – tras decir aquello, el pequeño bebe de Harry volvió la vista al mencionado, balanceando el arma en una de sus manos - ¿Algo más?
-Maltrata a su esposa, quien es la única que hace el intento de pagar sus deudas. Hasta le es infiel. – Tras decir aquello, el omega señalo uno de los muebles de la habitación, a lo cual el alfa deposito un beso en la frente de su omega para dirigirse al lugar y volver a hablar - ¿Tu qué harías bebe?
Pidiéndole bajito que lo bajara, el alfa rizado deposito a su omega en el suelo. Louis abrió aquella cómoda blanca, la única dentro del cuarto, dedicada especialmente para él. De allí tomo un grueso cuchillo de punta afilada con pequeñas decoraciones en su mango. Harry había sugerido grabar su nombre en el mismo, Louis pensó que era demasiado.
-Mi padre es muy parecido a ti, ¿Lo sabias Alex? – comento casualmente el menor, dirigiéndose lentamente hacia el hombre atado en aquella silla quien rezaba internamente a cada Dios existente en el universo - Muy parecido a todos los hombres que pasan por esta habitación. Y yo detesto a mi padre así que también te detesto a ti – frunció el ceño cuando noto que el hombre tenía la fija vista en el suelo, posicionando así la punta del cuchillo en el mentón del hombre y alzando la mirada del mismo – Mírame cuando te hablo.
Harry estaba en la otra punta de la habitación, mirando a su omega orgulloso.
-Ayer fue un día particularmente malo, sin embargo. ¿Lo enfrente sabes? Le dije un par de cosas que no le gustaron, y como el imbécil que es me grito. – un bajo gruñido hizo eco en la habitación, el omega de Louis ronroneo - Se levantó de su asiento e intento golpearme. Mi madre lo detuvo, aún entre lágrimas lo detuvo, una gran mujer por lo que puedes notar. - El menor comenzó a delinear suavemente los rasgos del alfa frente a el, disfrutando internamente de verlo temblar - ¿Sabes lo que quise hacerle? ¿Sabes lo que quise hacerle a mi progenitor? ¿A aquel hombre que debería amar?
>>Quise agarrar sus dedos y sacarle sus uñas una por una – habiendo dicho eso, el omega cumplió su palabra. Sacando lentamente una de las uñas del alfa a sus pies, quien yacía allí retorciéndose de dolor y suplicando entre gritos que parase. Louis se limitó a sonreír – Luego quise cortar cada uno de sus dedos, el anular principalmente, no se lo merece – Así, el dedo de Alex cayo, añillo en su dedo y todo, sangre bañando ambas manos. Louis estaba un tanto sorprendido de que el alfa no se hubiera desmayado. - ¿Cómo te sientes Alex?
-E-El diablo – susurro como pudo, mirando con horror su mano llena de sangre y carente de un dedo. Con lágrimas saliendo a borbotones de su pálido rostro – Eres el diablo.
El omega chasqueo su lengua – No, ese es mi alfa, él se lleva la parte divertida. Yo aún soy demasiado sensible para ello. – El pequeño castaño golpeo amistosamente la mejilla del alfa castaño frente a el – Yo me encargare de tus hijas y de tu esposa, les comprare una casa, o unas vacaciones, lo suficiente para que ni siquiera noten tu insignificante ausencia. – Sonriendo, el pequeño omega se levantó para ir rápidamente hacia su alfa rizado y depositar un beso en su mejilla – Córtale las manos, si aún sigue vivo después de eso deja que Niall o alguno de tus hombres se encargue. No vale la pena.
Y así el omega se fue, dejando a un alfa sonriendo tontamente atrás, y la estancia llena de su aroma a galletas y chocolate. Luego de unos segundos, el alfa rizado retomo su postura seria, tomando un cuchillo más afilado en sus manos.
-Procura colaborar y morir rápido, ¿Sí? Mi omega odia esperar.
Se acuerdan cuando dije que Louis tenía una mente media perversa? Bueno, "media" no. Está más loco que todos juntos.
Holis! No llegamos a los 15 votos pero subo este capítulo igual porque me encanta y espero que a ustedes también les haya gustado, si es así, haganmelo saber mediante votos y comentarios.
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