Han Jisung.
Un Beta demasiado conocido en su Facultad y no precisamente por algo extremadamente bueno, como lo era en el caso de sus amigos. Cuando alguien mencionaba su nombre, probablemente luego iría una frase completamente desagradable hacia él y es que, él era especialmente conocido por ser un Beta que despreciaba a los Alfas, sin embargo, sus mejores amigos eran Alfas.
Los Alfas lo odiaban simplemente porque, él no les tenía miedo y les decía sus verdades en sus caras, sin ningún tipo de filtro o temor. Ningún Alfa sería capaz de intimidarlo. Los Omegas lo odiaban porque era bastante cercano a aquellos Alfas codiciados en la Facultad y creían que todo aquello que odiaba a los Alfas solamente era un cuento para mantenerse cerca de aquellos chicos.
Pero, a él realmente no le importaba lo que los demás dijesen sobre él. Se había acostumbrado toda su vida a ser criticado, que, luego de mucho tiempo había aprendido a vivir con ello sin que pudiese causarle algún tipo de dolor.
Pero aquella faceta de alguien completamente fuerte, un Beta al que no le dolía nada y no tenía temor, era simplemente una máscara que había creado con el paso del tiempo, en el que había aprendido muchas cosas.
Constantemente había sido repudiado por sus padres, por ser un inútil Beta y no un Alfa como lo era su padre, por no seguir las normas sobre lo que era correcto y lo que no, en un Beta. Y es que, él pensaba que nadie más que él mismo podría controlar su vida.
Él no quería mantenerse atado a personas, a lugares o siquiera a una jerarquía y una sociedad que estaba tan podrida con estereotipos de mierda que no servían para nada más que causar dolor.
Él tenía sus pensamientos, sus creencias y convicciones que nada ni nadie podrían cambiar. Sabía quién era y perfectamente hacia donde quería llegar. Le había tocado ser fuerte a una edad en la que, él simplemente estaba descubriendo lo que quería hacer de su vida. Había tenido que mantenerse fuerte luego de caer a aquel agujero que, en algún momento creía sin salida.
Sin embargo, luego de aquello, había terminado conociendo a aquellos dos Alfas, en una situación realmente irónica, teniendo en cuenta que él, en esos momentos odiaba como nunca a los Alfas, los deseaba muy lejos de él, porque el solo percibir sus aromas, le daba nauseas. Sin embargo, aquellos chicos habían sido una excepción impresionante, porque Jisung mediante ellos, se había dado cuenta que, no todos los Alfas eran unos idiotas que se dejaban llevar por su instinto, que había algunos Alfas que eran buenos.
Pero, hasta en aquellos momentos, no había conocido a nadie más como Changbin y Hyunjin, probablemente jamás lo haría y estaba bien con ello, no quería tener a más Alfas cerca de él, era suficiente con sus mejores amigos.
Changbin era alguien bastante interesante a los ojos de Jisung. Probablemente, él la mayoría del tiempo solía juguetear con la paciencia del chico, porque aquello realmente le divertía. Para Jisung, era increíble la manera en la que Changbin estaba llevándole la contraria a su parte animal, que le decía que debía de estar con un Omega. Changbin estaba enamorado de una Alfa, dejando de lado que él también era uno.
Porque a los ojos de la sociedad, aquello era una atrocidad. Porque un Alfa debía de estar con un Omega y un Beta con otro Beta. Y Jisung realmente no entendía cual era aquella necesidad de catalogar algo como bueno o malo.
¿Por qué no podían tomar sus propias decisiones?
Hyunjin, en cambio, a pesar de estar enamorado de un Omega, era interesante la manera en la que, él no parecía como un Alfa, era bastante tranquilo y muchas veces callado, él tampoco se dejaba llevar por su parte animal, a pesar de estar enamorado de un Omega. A simple vista, el chico a veces podía parecer un Omega y no un Alfa, de no ser por su fuerte aroma a chocolate y menta.
Jisung se compadecía de Hyunjin, el chico era alguien que sufría demasiado, un sufrimiento que, sin duda alguna, él no merecía. Jisung pensaba que, su mejor amigo, se merecía la mayor de las felicidades, sabía que, era un chico increíble que siempre pensaba en la felicidad de los demás, antes que la suya y por aquello, lo envidiaba de cierta manera.
Porque, Jisung no era alguien precisamente muy empático con los demás, todo lo contrario. Aunque, había algunas excepciones a aquello y realmente eran contadas las personas que le agradaban.
Y era por ello que, en aquellos momentos, él se dirigía hacia el salón de clases de aquel dulce Omega que traía irremediablemente enamorado a Hyunjin.
Jisung lo había podido ver desde la primera vez que había observado a aquel dulce y posesivo Omega, pudo ver como sus ojitos brillaban mientras miraba a Hyunjin, observó cómo parecía que fuesen los únicos en el lugar. Jisung aseguraba que, eran una pareja destinada y aun cuando no fuese de aquella manera, ellos se amaban como nunca amarían a alguien más.
Y en parte, le divertía ver cómo, aun con todo el tiempo que llevaban conociéndose mutuamente, no podían notar que ambos estaban irremediablemente enamorados del otro.
Una vez llegó al salón en el que recibía clases Jeongin, buscó la silla donde usualmente se sentaba Jeongin y al encontrarla pudo observar la mochila del Omega. Una sonrisa se formó, sabiendo que, probablemente aquella sería una de las últimas cartas que le dejaría Hyunjin al chico, antes de decirle la verdad.
Había sido realmente difícil convencer a Hyunjin, el cual se empeñaba diciendo que podría arruinar su amistad con Jeongin al decirle la verdad, detrás de todas aquellas notas anónimas. Pero, finalmente, luego de insistir mucho junto a Changbin, habían convencido al Alfa menor y este había accedido a hacerlo en la próxima semana.
Y es que, hasta el mismísimo Jisung estaba terriblemente nervioso de lo que podría ocurrir. Es decir, cuando en un principio, Hyunjin le había comentado aquella idea descabellada que había tenido Changbin, había llegado a pensar que sería un completo desastre ¡Se trataba de una idea de Seo Changbin! Ese Alfa solo podía tener ideas desastrosas que luego los metería a problemas. No había ocurrido una sola vez, ni dos, ni tres, habían sido muchísimas veces que Jisung hasta había perdido la cuenta.
Pero, luego se había terminado por convencer, que probablemente, una idea de Changbin podría salir bien por primera vez.
Finalmente, se acercó para luego abrir la mochila y cuando estuvo a punto de guardarla, pudo percibir un fuerte aroma a tierra mojada y nuez moscada, le restó importancia aun sabiendo que, era un Alfa el que se estaba acercando. Guardó la nota en la mochila del Omega para luego cerrarla.
—¿Quién eres tú y que haces? —Escuchó a alguien preguntar.
Soltó un suspiro y arrugó su rostro en una mueca al sentir aquel despreciable aroma que, juraba haber sentido alguna vez. Negó lentamente sabiendo que, él jamás podría prestarle tanta atención al aroma de un Alfa.
Se dio la media vuelta, encarando a aquel Alfa que, sin haber visto, ya le parecía repugnante y solo lo confirmó al tenerlo frente a él.
—Ugh, alfa. —Dijo con desprecio.
El ceño de aquel Alfa pelinaranja se frunció, sin comprender a qué, se debía aquel comentario despectivo hacia él.
—No respondiste mi pregunta —Dijo colocándose serio, lo que hizo que Jisung soltase una pequeña risilla llena de gracia.
—No estoy obligado a hacerlo y mucho menos si se trata de un Alfa. —Contestó, causando que el pelinaranja se acercara amenazante hacia él, lo que no causó ningún efecto esperado en aquel pequeño Beta.
—¿Eres un Beta? —Preguntó el Alfa— ¿Tú eres el que le deja las notas a Jeongin? —Preguntó luciendo bastante curioso sobre aquel Beta, especialmente porque lo reconocía de aquel Bar, pero no mencionaría aquel hecho, porque sabía que podría ser peor— ¿Esperas que Jeongin elija a un Beta?
Jisung soltó un suspiro rodando los ojos. Sabía que, en algún momento alguien lo descubriría dejando las notas, sin embargo, jamás se esperó que fuese un Alfa tan preguntón e insoportable, él definitivamente no soportaba a los Alfas y si eran como aquel pelinaranja, menos.
—Deja de meterte donde nadie te ha llamado —Murmuró justo antes de pasar por el lado del Alfa, dispuesto a irse de aquel lugar tan asfixiante a aquel repugnante aroma.
—Es Hyunjin ¿Cierto? —Preguntó haciendo que el Beta se detuviese abruptamente.
Jisung cerró fuertemente los ojos, mordiendo su labio inferior, pensando qué podría responder a aquello para no perjudicar a su mejor amigo, sin embargo, Jisung bajo presión, hacía que su cerebro no funcionase correctamente, que sus neuronas no se conectaran como deberían.
—¿Quién es Hyunjin? —Preguntó, sintiéndose completamente estúpido al escuchar aquella frase que salió de sus labios.
Sí, definitivamente lo había arruinado.
El Alfa empezó a reír bastante divertido, causando que algo dentro del Beta se removiese incómodo. Quiso huir bastante lejos, sin embargo, la mano del Alfa se apoderó rápidamente de su muñeca cuando quiso hacerlo. Hizo una mueca mordiendo su labio inferior, definitivamente le hacía mal juntarse con Changbin, le contagiaba su estupidez.
—¿Crees que soy tan idiota? —Preguntó el pelinaranja con una sonrisa en su rostro.
—Todos los Alfas lo son, pero creo que, tú excedes los limites —Contestó con una falsa sonrisa adornando sus pequeños labios.
El pelinaranja enarcó sus cejas, bastante impresionado con la actitud arisca del chico frente a él.
—Eres bastante directo, me gusta.
—Nadie te preguntó —Dijo Jisung completamente fastidiado por aquel Alfa.
—Hyunjin es quien le manda esas notas a Jeongin ¿Cierto? —El Beta se quedó en silencio, sin estar completamente dispuesto a revelar el secreto de su mejor amigo antes del tiempo establecido.
—No conozco a ningún Hyunjin.
El pelinaranja volvió a reír.
—Ah, Han Jisung, no pensé que fueses tan divertido.
El mencionado abrió los ojos bastante sorprendido que, aquel chico conociese su nombre. Él definitivamente no había dicho su nombre y jamás había visto a aquel Alfa en su vida.
—¿Cómo...?
—Eres amigo de Hyunjin —Respondió sin dejar que el chico terminase de formular la pregunta— Y estoy lo suficientemente seguro que, es él quien le está mandando las notas a Jeongin.
—Ya, entonces... ¿Qué es lo que quieres exactamente? —Preguntó.
Porque Jisung no era nada estúpido y sabía que, aquel chico estaba buscando obtener algo a cambio de su silencio y esperaba que no fuese demasiado, porque estaba seguro que, aquel estúpido Alfa no pediría algo fácil.
—¿Yo? —Preguntó falsamente ofendido— ¿Cómo puedes pensar eso de mí?
Jisung rodó los ojos con fastidio.
—Bien, entonces me voy —Hizo el amago de soltarse de la mano que sostenía fuertemente su muñeca, sin embargo, el Alfa no lo permitió.
—Bien —Suspiró— Quiero una cita. —Pidió para luego formar una sonrisa.
Jisung frunció el ceño.
—¿Con Hyunjin? Imposible —Contestó negando lentamente— No sé si te ha quedado lo suficientemente claro, pero, está terriblemente enamorado de Jeongin. —Dijo luciendo falsamente triste.
—No con él. —Dijo soltando un bufido.
—¿Con el psicólogo? —Preguntó bastante curioso y confundido— Ufff, lo necesitas, es que es solo de verte y escucharte para saber que lo necesitas urgentemente, además....
—¡Contigo, idiota! —Exclamó el Alfa completamente frustrado con aquel lindo Beta, que parecía jamás entender.
Jisung frunció el ceño mientras observaba a aquel Alfa bastante confundido por lo que había dicho, entonces, como si aquello fuese un mal chiste, empezó a reírse descontroladamente confundiendo aún más al pelinaranja que observaba un poco anonadado lo lindo que lucía aquel chico con sus ojos cerrados y aquella enorme sonrisa adornando su precioso rostro.
—No juegues —Dijo el Beta cuando terminó de reír.
—No estoy jugando —Aseguró el Alfa luciendo bastante serio.
—Entonces, no sueñes tan alto.
—¿Lo hago? —Preguntó.
—Estás lejísimos de mis estándares, de aquí a la luna —Dijo bastante divertido.
—Entonces no estoy muy lejos —Respondió con una sonrisa— Al menos sé cuánto debo recorrer.
—Estás loco —Dijo Jisung con fastidio— Ahora, ya me hiciste perder mucho de mi tiempo extremadamente valioso, así que, me voy...
Se soltó del agarre que el Alfa mantenía en su muñeca y cuando estuvo a punto de irse, la voz del pelinaranja lo hizo detenerse.
—Le diré la verdad a Jeongin —Suspiró fuertemente para mirar al lindo Beta que estaba a unos pasos de él— Sí no vas a una cita conmigo, le diré que Hyunjin es quien le manda las notas.
Jisung abrió los ojos sorprendido y un poco asustado. No, eso no podría ocurrir, sería un completo desastre. Sin embargo, tampoco iba a salir a una cita con aquel odioso Alfa, empezando por el importante hecho que... ¡Era un Alfa, un repugnante Alfa!
—Dile, no me importa —Se encogió de hombros.
—Bien, espero que Hyunjin esté listo para el rechazo —Dijo con una sonrisa.
Sí, Minho estaba jugando demasiado sucio, sabía que Hyunjin jamás sería rechazado por parte de Jeongin, pero estaba terriblemente desesperado por conseguir una cita con el chico que le gustaba, que no importa si alteraba las cosas solo un poquito.
Jisung cerró los ojos, para luego soltar un suspiro.
Todo aquello sería solamente por ayudar a obtener la felicidad de Hyunjin, lo haría solamente por Hyunjin, por nadie más.
—Bien, acepto —Dijo haciendo que una enorme sonrisa se formara en los labios del Alfa pelinaranja— Pero, solo será por esta vez.
Ah, Hyunjin le debería algo grande luego de aquello.
—Por cierto, me llamo Minho, pero puedes llamarme el amor de tu vida —Guiñó el ojo hacia el chico que simplemente rodó los ojos con fastidio.
—Ugh, eres repugnante.
Y tras eso, se alejó por completo de aquel salón de clases, dejando a un muy emocionado Alfa. Bien, puede que su amor hacia aquel lindo Beta no haya empezado de la mejor manera —Porque no se supone que te enamores de alguien que, sin conocerte, te quiera moler a golpes— pero, estaba seguro que, al final terminaría obteniendo el corazón de aquel precioso Beta, o se dejaría de llamar Lee Minho.
—Uh, ¿Por qué sonríes como un idiota? —Preguntó alguien, llamando completamente la atención de aquel feliz Alfa.
Seungmin.
—No sabes lo que descubrí —Dijo con aquella sonrisa que seguía sin borrarse de sus labios, estaba feliz y nadie le quitaría aquella alegría— Hyunjin es quien le manda las notas a Jeongin —El menor frunció el ceño.
—¿No era muy obvio? —Preguntó para luego apartar extrañamente la mirada— Pero, supongo que eso no es lo que te tiene con esa sonrisa.
—El amor de mi vida, el futuro padre de mis hijos ¡Aceptó una cita conmigo! —Exclamó para luego soltar un chillido que asustó al Beta frente a él.
—Por Dios, Minho, no seas tan extremista.
—Estoy muy feliz, sé un buen amigo y comparte mi felicidad. —El Beta rodó los ojos con fastidio.
—Bien, ¿Cuándo es la cita? —Y entonces aquella sonrisa se borró de los labios del Alfa, mostrando pánico y desesperación— ¿No se lo dijiste? —Preguntó aun imaginándose la respuesta.
—No...
Y entonces, Seungmin se golpeó la frente, luciendo bastante frustrado por lo idiota que solía ser muchas veces, Minho.
—Para ser idiota, definitivamente no se necesita estudiar. —Dijo rodando los ojos y mirando como el Alfa desaparecía del salón, el cual supuso que corría por los pasillos en busca del chico que tanto le gustaba.
¿El amor hace estúpidas a las personas?
Jeongin disfrutaba de su almuerzo, mientras sentía como la pesada mirada de Chaeryeong estaba posada sobre él, colocándolo extremadamente nervioso, ella no solía ser así, a menos que quisiera saber o decirle algo. Bien, él hacía mucho estaba esperando una respuesta a lo que le había contado a la chica, pero definitivamente, lo estaba colocando nervioso aquel silencio.
—Ya dilo de una vez —Dijo cuando ya no pudo soportar la intensa mirada de la chica.
Chae soltó un suspiro apartando finalmente la mirada del Omega, frunciendo luego el ceño.
—¿Me estás diciendo que no tienes una tan sola idea de quién puede haber sido? —Preguntó completamente confundida— Es decir, Jeongin, estamos hablando de tu admirador y no tienes idea de quién puede ser ¿No hay alguien que te mire de demás? —Preguntó.
Jeongin soltó un suspiro.
—Chae, no es como si anduviese mirando quien me observa —Rodó los ojos— ¿Crees que soy tan extremista? No soy como tu hermano.
—Tienes razón —Suspiró— Aunque, decirte que, yo tengo una pequeña idea de quién puede ser —Dijo formando una sonrisa.
Aquella oración definitivamente llamó la atención del Omega. Claro, él más que nadie quería saber quién era la persona que le estaba dejando notas en los últimos días, especialmente, porque, aun sin conocerlo, Jeongin estaba empezando a interesarse en aquella persona, por la manera dulce en la que, le preguntaba cómo iba su día, o simplemente, la manera en la que lo hacía sonrojarse, aun sin estar frente a él.
—¿Quién? —Preguntó bastante interesado, con sus ojos brillando por la emoción.
La chica pareció bastante dubitativa, como si el decirle cuál era su sospecha, fuese algo delicado.
—Hyunjin —Dijo con una sonrisa, que solamente hizo que la emoción desapareciera de los ojos del chico, lo que confundió a la Omega— ¿Qué? ¿Dije algo malo?
Jeongin suspiró ¿Por qué todos se empeñaban en decir que se trataba de Hyunjin? ¿Y si no era él? Jeongin definitivamente, se terminaría llevando una enorme decepción y no quería hacerse falsas ilusiones, no quería lastimar a la persona que se estaba empeñando tanto en ganarse su corazón, si no se trataba de Hyunjin.
Y es que, Jeongin se encontraba demasiado confundido, tenía tantas cosas en su cabeza que, no podía pensar correctamente, lo que había ocurrido entre ellos en aquella noche, no dejaba de reproducirse en su cabeza, en lo correctamente impresionante que se sintió.
Pero, Jeongin sabía que, todo aquello no tenía por qué haber sucedido. Es decir, se trataba de Hyunjin, su mejor amigo de toda la vida, él no quería que las cosas entre ellos empezaran a cambiar, no quería perderlo, aun conociendo sus sentimientos hacia él, aun sabiendo que, nadie más que Hyunjin podría hacerlo sentir de aquella manera.
Estaba consciente de lo que estaba sucediendo, pero tenía miedo que todos aquellos años se fuesen a la borda.
—¿Por qué todos piensan que es él? —Preguntó mordiendo con inquietud su labio inferior.
—Es demasiado obvio. —Contestó la chica.
—¿Por qué?
—Porque cada vez que te mira, es como si solo tu existieses y nadie más, porque te mira con amor, eres la única persona que ha conocido el lado tierno de Hyunjin, eres el único que puede sacar lo mejor de él, Jeongin, no sé qué estés pensando, pero estoy segura que, ambos se aman y tienen miedo a decirlo. —Suspiró— Y los entiendo, pero ¿Qué vas a ganar si no arriesgas? La amistad que tienen es increíblemente inquebrantable, así que, estoy segura que nada ni nadie podría romperla.
Jeongin sonrió sabiendo que ella tenía razón, pero, aun estaba aquel miedo, miedo a lastimar a la persona que más adoraba, a su otra mitad. Él se odiaría toda su vida si ocurría aquello.
Estuvo a punto de decir algo, cuando algo inesperadamente llamó su atención. Frunció el ceño al reconocer a aquella Omega que iba junto a Hyunjin ¿Qué hacían ahí? ¿Por qué Hyunjin no le había dicho que iría al Centro Comercial?
Sintió una presión en su pecho, al ver lo cercanos que parecían. Hyunjin le había dicho que solamente era una amiga, entonces ¿Por qué estaban tan juntos y sonreían como si no existiese nadie más que ellos dos?
—Estás equivocada —Murmuró con un inexplicable nudo en su garganta— Definitivamente no puede ser Hyunjin.
¿Por qué su corazón había dolido tanto al decir aquello?
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Holaaaa
He de decir que, amé escribir este capítulo ♡ especialmente porque amo la relación extraña que tendrá el Minsung aquí ♡♡
Ahhh, prepárense para los próximos capítulos, estoy tan emocionada de lo que se viene!!
Espacio para dejar sus teorías y dudas sobre la historia.
Nos leemos pronto ❤