Aunque al principio Jungkook se sentía muy fuera de lugar en la fiesta de Jackson, poco a poco comenzó a integrarse en el ambiente. No se separó de ningún momento de Chaeyoung. Buscó a Jimin con la mirada, pero no lo encontró. Estuvo bailando con la joven y con algunas de sus amigas, una vez hubo bebido lo suficiente como para no avergonzarse al salir a la pista.
La chica tenía bastantes cosas en común con él, y también había estudiado en el extranjero. Era fácil hablar con ella, pese a que solo la conocía de dos días, y socializar nunca había sido lo suyo. Incluso su risa era sonora y bonita. Y Jungkook seguía sin tener mucha idea de las intenciones que tenía con él, pero sentía que, por muy a gusto que se encontrase con ella, su mente continuaba vagando muy lejos de allí.
Después de muchos bailes y copas, Jungkook empezó a mirarse las manos con detenimiento, con los ojos muy abiertos. Chaeyoung temió por un momento que alguno de los chicos que había en la fiesta le hubiera dado alguna pastilla con efectos alucinógenos.
-¿Has visto mi anillo?-preguntó el chico, preocupado, sujetándola ansiosamente por la muñeca.
-¿Llevabas un anillo?
-Sí...Es muy importante que no lo pierda...Me lo regaló alguien muy importante para mí...
-Está bien, Kook, cálmate-dijo ella-. Lo encontraremos...Quizá lo dejaste cuando estuvimos en la piscina...Vamos allá, ¿de acuerdo?
Jungkook, que estaba bastante ebrio, se tiró de cabeza al agua, completamente vestido, después de buscar por los alrededores de la piscina. Tampoco lo encontró en el interior de esta, pero consiguió pillar una buena caladura. Chaeyoung le quitó la chaqueta e intentó secarle un poco, pero ya era tarde. Su amigo tenía la nariz roja y no dejaba de estornudar. Eso sin contar con que tenía la sombra de ojos hecha un desastre, y el pelo pegado a la cara por culpa de la humedad.
Chaeyoung ya había dicho en la sala que, si alguien encontraba un anillo de latón sencillo, la avisaran, pero la sortija seguía sin aparecer. Se sentó junto a Jungkook al borde de la piscina. Él seguía sorbiéndose la nariz y sollozando suavemente.
-¿Estás bien?-preguntó ella, pasándole la mano por la espalda.
-No. Yo...No sé como he podido perderlo. Lo llevaba justo aquí...
Se echó a llorar sobre el hombro de Chaeyoung, prorrumpiendo en sollozos más violentos.
-No pasa nada, a cualquiera le puede suceder...Está bien...
-No, no lo está. Seguramente debería haberlo guardado en un cajón hace años, cuando Taehyung me dejó...Así por lo menos hubiera seguido teniéndolo conmigo.
-Ohh. ¿Taehyung el de la facultad? ¿El que es muy guapo?
-Sí-Jungkook asintió, cabizbajo.
-O sea que es...tu ex...Y todavía no lo has superado.
-No es tan sencillo como eso. Se supone que es él quién no puede superarme a mí...-empezó a decir Jungkook, con dificultad-. Yo me enamoré de él antes de que él se enamorase de mí, hace años. Estuvimos juntos por un tiempo y la vida a su lado era como un cuento de hadas. Hasta que sentí que me habían contado aquel cuento demasiadas veces...y me cansé. Yo no quería dejar de amarle, pero ya no sentía lo mismo...Y no tenía el valor de decirle que quería dejarlo, así que rogué internamente para que fuese él quién acabase con la relación...Y lo hizo, pero no importó quién de los dos fuera...Él sufrió de todas maneras, y yo también lo pasé mal. No lo entendía...no entendía por qué no era siquiera capaz de ser constante en lo que sentía por él...
-¿Y ahora?-preguntó Chaeyoung.
-Me fui por un tiempo, y volví a encontrarme con él hace poco. Pero me da miedo. Me da miedo que siga mirándome con los ojos con que lo hacía entonces. Me da miedo saber que ama de manera desinteresada...Cualquier persona que sea amada como ama Taehyung, es una persona afortunada...pero yo no. Yo soy un cobarde y un desagradecido. Estoy harto de esa adoración con la que me reflejo en sus pupilas. Quiero que me baje de ese pedestal, porque en realidad siempre he sido yo quién no estaba a su altura...Yo soy no soy perfecto, y no quiero que él siga mirándome como si lo fuera...como si mereciera siquiera una mínima parte del amor que malgasta en mí...¿Cómo voy a ser perfecto...? Si fuera perfecto, yo...yo no hubiera perdido su...-se interrumpió. Ya no estaba llorando, pero había una gran tristeza en el fondo de su mirada.
-Sí, Jungkook pero...¿y ahora? ¿Qué es lo que sientes por él ahora?
Jungkook guardó silencio durante varios minutos, sin mirarla a la cara, antes de sentirse preparado para responder.
-No...no lo sé...Supongo que más de lo que sentía cuando me fui...
-¿Más...?
Él se encogió de hombros, como queriendo quitarle importancia a lo que acababa de decir.
-Después de él, nunca ha habido nadie más para mí. Cuando volví a Corea me di cuenta de lo mucho que había echado de menos nuestra rutina. Y empecé a recordar cosas, como cuando me pidió que me casara con él-sonrió levemente-. Yo...pensé que tal vez Taehyung tenía razón cuando decía que éramos almas gemelas, y que estábamos destinados a estar juntos, incluso si cualquier circunstancia nos separaba en el camino...Pero también pensé en algo que me dijo Yoongi...Yoongi me advirtió que no volviera a besarlo si no estaba seguro de que sentía lo mismo que él...y no estoy seguro. Sé que yo también me sentí bien al besarlo, pero no quiero arriesgarlo todo por eso. No quiero volver a lastimarle, o a ilusionarlo en vano si no sé lo que quiero de él. Lo único de lo que estoy seguro es de que ya no me es indiferente, de que quizá nunca lo fue...Pero soy un inútil que ni siquiera ha sido capaz de conservar el anillo...No lo merezco...
-Jungkook...-dijo Chaeyoung-¿Por qué no intentas hablar con Taehyung? A lo mejor te viene bien sincerarte un poco con él, y decirle que sí sientes algo...Yo no quiero meterme, pero creo que lo que sea que decidas hacer os concierne y os afecta a ambos. Y deberías intentarlo un poco antes de rendirte del todo, incluso si no estás del todo seguro de qué es lo que quieres. Cuando una incógnita como esa te ronda por la cabeza, no puedes simplemente ignorarla y seguir con tu vida como si nada. Necesitas hablarlo con él para estar un poco más en paz contigo mismo, sea cual sea tu decisión.
-Suenas como Kim Namjoon, y no estoy en condiciones de procesar todo eso-dijo Jungkook, sacudiendo la cabeza-...Yo...no quiero hablarle de eso...No quiero que me diga que está bien porque soy yo, o que se deje lastimar por mí de nuevo. Tengo tanto miedo de no saber lo que hay dentro de mí. La manera en que me miró anoche...Estábamos en la misma cama, no podíamos dormirnos y él trató de besarme...pero yo me aparté, porque Yoongi me dijo que no lo besara...y me asustó que me mirase así, porque era como si estuviese completamente...no lo sé...¿vacío? No quiero volver a hacerle daño...solo porque creo que podría estar enamorándome de él de nuevo...¿Y si me equivoco?
Chaeyoung sonrió.
-¿Y si no te equivocas? ¿Y si por este temor que sientes pierdes la oportunidad de tu vida? Sé que puede parecer una estupidez, pero intenta creer en eso de las almas gemelas que me has dicho antes...Las cosas nunca son tan fáciles, pero no hay casi nada que no pueda lograrse si se pone un poco de empeño y voluntad. Habla con él, Jungkook. Por favor. No creo que vayas a arrepentirte. Eres tú quién debe decidirlo, pero ese es mi consejo.
-Hablaré con él-accedió él, con un suspiro.
Seguía sin estar del todo convencido, y no sabía si cambiaría de opinión a la mañana siguiente, cuando estuviese más despierto y ya sobrio.
La joven aplaudió, entusiasmada, y le echó los brazos al cuello, para después besarle impulsivamente en la punta de la nariz, que seguía colorada por culpa de la humedad y del frío.
-Lo de quedar el martes para jugar a Overwatch sigue en pie, ¿verdad...?-preguntó Jungkook-O para ver películas bonitas y llorar, si la cosa sale mal y me quiero hundir todavía más en la miseria...
-Claro-dijo ella, abrazándole.
Jungkook se despidió de Chaeyoung poco después. No entró en la sala más que para agradecer a Jackson por organizar la fiesta, con la intención de regresar a casa cuanto antes y, como solía decirse, consultar sus preocupaciones e inquietudes con la almohada. Y fue entonces cuando se encontró con Jimin, que llevaba puesta una aureola brillante decorada con plumas, y unas alas de similar material colgadas en la espalda.
-Jungkook, estás hecho un desastre-señaló su amigo-. Te he buscado por todas partes...Creo que te dejaste el anillo en el coche esta tarde...
Le tendió la baratija, que Jungkook tomó con una rapidez insólita, poniéndosela de nuevo en el dedo anular. Murmuró un "gracias" y salió de la casa de Jackson, incapaz de aguantarle la mirada a Park Jimin. Lo cierto era que sí, estaba hecho un desastre. Por fuera y, sobre todo, por dentro. Distaba mucho de ser perfecto, de ser como lo veía Kim Taehyung pero, en aquel momento, estaba decidido a intentarlo...¿A intentar qué...? Ni él mismo sabía muy bien la repuesta, pero quizá pudiese averiguarlo con ayuda de Taehyung...
Pasó todo el fin de semana encerrado en su piso, trabajando en proyectos de la universidad que llevaba atrasados. Solo tenía una cosa en la cabeza, pero era más que suficiente para desconcentrarle y hacer que no fuese capaz de entregar todo su potencial en sus obras. Lo vería, inevitablemente, al día siguiente. Y, de algún modo, el hecho de que su corazón se acelerara solo con pensarlo debería haber sido suficiente para apaciguar todas las dudas que lo atormentaban. Sin embargo, sus pensamientos no se detenían, y sentirse así, lejos de darle respuestas, le generaba aún más dudas. No sabía si era por nervios, por cobardía o por amor.
Algo que sí se había atrevido a admitirse era que él también se sentía incapaz de volver a amar después de haber sido amado así. Aunque no estuviera seguro de sus sentimientos, sí sabía que le resultaría casi imposible encontrar a alguien como Tae, que lo quisiera de una manera tan incondicionalmente pura, simplemente por ser él, aunque no lo mereciese la mayor parte del tiempo. Y no era solo por todo lo que Tae era capaz de aportarle, o por lo que estaba dispuesto a darle, sin exigir jamás algo a cambio. También era porque Tae era así con todo el mundo, no solo con él. Era porque tenía una imaginación extraña y una sensibilidad insólita, y una belleza que no era de este mundo. Era por la manera en la que le hablaba, por la manera en que sonreía cuando algo le hacía feliz. Por su forma de besar, de pintar...por lo bien que le quedaban las boinas y los abrigos de color café. Por sus manos largas y suaves, por su voz grave y áspera que, sin embargo, parecía acariciarlo cuando hablaba...
¿Cómo había sido capaz de dejar de amarlo? ¿Cómo había sido capaz de dejar de sentir el mundo entero temblar bajo sus pies cada vez que él lo tocaba? Definitivamente, Tae era demasiado bonito como para llorar por él. Y Jungkook no quería volver a ver lágrimas en sus ojos sabiendo que él era el culpable, pero bien podía arriesgarse si eso significaba que podría sacarle una sonrisa.
A primera hora del Lunes, Jungkook saludó tímidamente a Tae desde el otro lado del pasillo, pero lo dejó ir sin intercambiar una sola palabra con él. Chaeyoung se le acercó por detrás y le pellizcó las mejillas con fuerza.
-¿Dejaste que se fuera? No puedes dejarlo siempre para otro momento, Kook.
-Durante el descanso hablo con él.
-Más te vale. Y sé sincero con él. Dile todo lo que sientes, pero no lo exageres ni tampoco le quites importancia. -le advirtió la joven, con gesto amenazante, antes de despedirse de él para entrar a la siguiente clase.
Jungkook fue al comedor de la universidad en el descanso, y divisó a sus amigos en una mesa. Jimin acababa de caerse de una silla y Taehyung se estaba riendo de él. Yoongi estaba fingiendo que le molestaba que Hoseok le diera a comer directamente a la boca. Le hizo una seña a Tae desde lejos, porque quería hablarle a solas. El chico se levantó con rapidez, después de decirle algo a Jimin al oído. Jungkook era tristemente consciente de que, con solo chasquear los dedos, ya lo tenía a sus pies.
-Quiero hablar contigo.
-Oh-Taehyung asintió, bajando los ojos.
Le había visto con Chaeyoung en el pasillo y suponía que la razón por la que quería hablarle en privado era que quería explicarle, con tacto, que había empezado a salir con ella. Y no era en absoluto necesario que lo hiciera, a pesar de su buena intención. Tae prefería asumirlo e ignorarlo antes que oírlo de sus labios.
Por supuesto que iba a terminar sucediendo, era solo cuestión de tiempo...Pero de solo pensar en que lo tendría delante de sí besando a otra persona como antes lo había besado a él, o diciéndole las mismas cosas y teniendo los mismos detalles...Taehyung sentía ganas de llorar.
Subieron al tejado por una de las escaleras de emergencia, pero había una pareja besándose y metiéndose mano, así que Jungkook decidió recurrir al segundo de sus refugios en la facultad: el baño del segundo piso, que era el más limpio del lugar. Y eso no le sentó nada bien a Tae, porque era en aquel mismo servicio donde los dos se habían quedado accidentalmente encerrados en el primer año de carrera. El nombre de ambos todavía estaba grabado en la pintarrajeada puerta de madera, dentro de un corazón. Incluso la manera de escribir de Kook era bonita...
Cerró la puerta detrás de ellos y carraspeó antes de hablar, frotándose las manos, nervioso.
Tae le interrumpió antes de que pudiera pronunciar una sola sílaba.
-¿A qué te crees que estás jugando, Jeon Jungkook?Acabas de atrancar la puerta del baño donde grabamos nuestros nombres y nos prometimos que no nos íbamos a separar nunca, porque tienes algo que decirme. Que seguramente sea que vas a empezar a salir con esa chica y no quieres herir mis sentimientos. ¿No te das cuenta de qué yo no pedí sentir esto, de qué no puedo cambiarlo o evitarlo...? -se le quebró la voz-Y no puedes hacerme esto...¿entiendes...? Necesito tiempo...necesito todavía más tiempo para hacerme a la idea de que ya no eres mío pero yo en cambio sigo siendo tuyo...
-Tae, ni siquiera sabes lo que te iba a decir-repuso Jungkook, intentando aparentar más calma de la que en realidad sentía.
-¿No estás saliendo con ella?
-No; solo somos amigos. En serio. Yo quería decirte que...lo he estado pensando y...tú y yo no estamos bien así como estamos. No te quiero lejos, ni tampoco cerca de esta forma, sin haber hablado las cosas...Lo que quiero decir es que yo...no tengo ni idea de lo que debería hacer, de lo que realmente sería mejor para los dos pero yo...tenía que hablarte a solas porque...
-¿Sí, Koo...?-Tae cada vez entendía menos lo que estaba pasando.
-¿Me darías una segunda oportunidad...?-preguntó el menor de los dos.
Tae no tuvo tiempo de procesar lo que acababa de escuchar, a pesar de que era lo último que esperaba oír. Eso no le impidió abrir la boca para decirle que sí, ya casi al borde de las lágrimas.
-Espera...Yo...No quiero que digas que sí porque soy yo. No quiero que me aceptes pensando que al final te haré daño. No puedes tomar todo lo que tenga para ofrecerte sin que te importe salir herido al final. Piensa un poco en ti mismo, por favor... Lo que te pido es que confíes en mí...aunque no me lo merezca, aunque te esté pidiendo más de lo que ya me has dado, y no sienta que tenga derecho a ello...
-Sí confío en ti-dijo Taehyung, tomándole de las manos. Su corazón latía con fuerza, pero comprendió que, de alguna manera, Jungkook estaba todavía más confuso y nervioso que él-...pero, ¿qué es lo que sientes? ¿Y qué es lo que quieres?
-Siento más por ti que cuando me fui. No sé explicar lo que provocas en mí pero yo...quiero intentarlo de nuevo...porque, incluso si no estoy muy seguro de la intensidad de lo que siento, sí sé que ahora mismo no me veo enamorándome de nadie...de nadie que no seas tú.
-Eso es suficiente para mí. Voy a hacer que te enamores de mí-dijo Taehyung, con una sonrisa entre tierna y seductora.
Se adelantó para besar a Jungkook, pero este le detuvo:
-Espera, Yoongi dijo que....
-No me importa lo que haya dicho Yoongi. Yoongi no viene a pedirme permiso cada vez que quiere besar a Hobi. Si así fuera, lo tendría encima todo el día. Y no es a él a quién quiero tener todo el día encima...
Jungkook se sonrojó y aprovechó el reducido espacio donde se hallaban para dejarse caer en sus brazos como si se tratara de un accidente. Fue un beso parecido al que habían compartido en el armario, aunque la sensación que lo rodeaba era de mayor seguridad. Quizá ya no estaban caminando por la cuerda floja, sino por un tablón de madera, pero bien sujetos de la mano de forma que, si caía uno, el otro caería con él. El timbre que indicaba el regreso a clases ya había sonado hacía rato.
Alguien estaba golpeando insistentemente a la puerta, y llegó un momento en que no pudieron seguir ignorándolo. Cuando Taehyung abrió, tenía los labios hinchados y Jungkook, que llevaba una camisa abierta por la zona del pecho, estaba cubierto de marcas bastante notorias. Yoongi, que era quién estaba llamando desde fuera, no tuvo qué pedir explicaciones para hacerse una idea de lo que había pasado. Entornó los ojos y los apremió para que salieran, porque hacía ya casi un cuarto de hora que había empezado la clase de pintura, y tenían que entregar los proyectos que habían hecho durante su estancia en la casa de campo.
Jungkook y Taehyung caminaron detrás de Yoongi, claramente fastidiado por haber tenido que quedarse a sacarlos del baño, y rezando internamente para que nadie hubiese ocupado su asiento al lado de Hoseok. Kook iba frotándose la cabeza, porque Tae le había empujado con tanto ahínco al besarle que se había golpeado contra la pared.
-Te amo-murmuró Taehyung-, pero esperaré todo el tiempo que sea necesario para que tú también me lo digas, cuando estés seguro al ciento uno por ciento de que es así.
Jungkook sonrió por toda respuesta, y tomó la mano de Tae para colocarla alrededor de su delgada cintura. Taehyung también sonrió. Tal vez solo estaban a prueba pero, por primera vez en mucho tiempo, se sentía bien. Simplemente bien, y no iba a ponerse a pensar en todo lo que podía salir mal, porque estaba demasiado absorto en lo que acababa de salir mil veces mejor de lo que esperaba.
-Un día vais a matarme de tantos disgustos que me dais-bufó Yoongi.
Cuando Tae entró en clase, Yoongi sujetó a Jungkook por el cuello de la camisa, ya bastante dado de sí. Sabía que el interés amoroso de su ex no era un mal chico, pero quería asegurarse de que, ahora que las aguas parecían haberse calmado, nadie iniciase una nueva cadena de sufrimiento.
-Si vais a poner a prueba vuestra relación o lo que sea que tengáis, más te vale poner de tu parte. No quiero ver a Tae haciendo de todo para reconquistarte y que tú simplemente te dejes mimar. Quiero que des un cincuenta por ciento, como mínimo. No merece menos de eso.
-Lo sé-dijo Jungkook, con voz queda.
Y por supuesto que él también quería intentarlo, y conseguir que funcionara. No se trataba solo de dejar que Taehyung lo enamorase de nuevo. Tampoco se trata de que Taehyung volviese a estar enamorado de él, porque nunca había dejado de estarlo. Jungkook iba a esforzarse por ser digno de todo aquel afecto desmedido que lo abrumaba y, al mismo tiempo, le hacía sentir más especial de lo que seguramente era.